La lucha por la igualdad de género y por la preservación del ambiente tienen más de un punto en común. El sistema que los oprime y la desigualdad que genera pueden entenderse desde el ecofeminismo. ¿Pero a qué refiere este término?
El ecofeminismo es una corriente de pensamiento y de activismo que analiza de forma crítica las creencias que apuntalan el modelo de vida ecocida, patriarcal, capitalista y colonial. Su eje principal se basa en la denuncia sobre los riesgos a los que somete a las personas y al resto del planeta y, a su vez, en proponer miradas alternativas.
En el ciclo de charlas sobre Ambiente y Géneros, organizado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Paula Nuñez, docente e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), brindó una presentación sobre ecofeminismo. Allí explicó que el mismo puede plantearse a través de una pregunta: “¿De qué forma construimos eso que es subalterno?”. A su vez, detalló que “es una perspectiva de análisis y para pensar el cambio” y que “no existe un ecofeminismo, sino que existen muchos”.
En este marco, Nota al Pie dialogó con Nahir Mónaco, integrante de la organización ecofeminista Eco Notes. Desde la cual invitan al debate por medio de un espacio que contempla “las condiciones y las posibilidades de todos los que desean participar en esta comunidad”. La entrevistada indicó que el ecofeminismo plantea “el ecologismo y el feminismo como luchas que tienen como sujeto de empoderamiento dos cuestiones que sufrieron a lo largo de la historia el mismo sometimiento”. Además, expresó que tienen “la misma fuerza destructora: el capitalismo patriarcal”.
El ecofeminismo es plural y se presenta de formas muy diversas, aunque tiene una serie de rasgos que les son comunes. Todos los ecofeminismos someten a revisión los mitos que provocan y mantienen la falsa fractura entre las sociedades humanas, la naturaleza y los cuerpos. De esta manera, deconstruyen y reformulan conceptos como el de economía, producción, progreso, trabajo o individuo.
Mujeres y tierra como lugar de conquista
El 80% de las personas desplazadas por el cambio climático son mujeres. Además, existen diversos estudios científicos que manifiestan que los desastres naturales se cobran más vidas de mujeres que de hombres debido a factores socioeconómicos.
En relación a ello, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) plantea que las mujeres son más pobres que los hombres. En Argentina, por ejemplo, cobran un 29% menos en el sector formal y un 35,6% menos en el informal.
Además, según la Organización Mundial del Trabajo, las mujeres realizan, en promedio, el 76,2% del total del trabajo doméstico o de cuidados no remunerado, algo que las vuelve más vulnerables ante la crisis climática. A su vez, por estar más abocadas a tareas de cuidado, suelen ser las primeras en detectar las consecuencias en la salud como consecuencia de problemáticas socioambientales.
En este sentido, Mónaco señaló que “tanto la degradación del medio ambiente como la dominación hacia la mujer son problemáticas que surgen a partir de los modelos económico y social vigentes”. La integrante de Eco Notes explicó que la idea del movimiento ecofeminista es “partir a la lucha desde la unión de estas dos problemáticas para tratarlas de base y poder acercarnos cada vez más a un sistema más armónico”.
Para la activista, ambas luchas “se cruzan solas por su propia naturaleza”. Sin embargo, mencionó que “socialmente está muy fraccionado y esta relación entre las luchas y los objetivos de ambos movimientos se conocen menos de lo que se espera”. “Es como que sos medioambientalista o sos feminista, o sos medioambientalista y feminista”, cuestionó.
Para Mónaco no sólo “van de la mano”, sino que “son lo mismo”. Tal como explicó, esto se debe a que los objetivos de uno no se concretan sin que las metas del otro estén en cuestión también. “A la hora de obrar y actuar son lo mismo, y deberían luchar de la mano”, sostuvo.
¿Cómo trabajar desde la militancia?
El ecofeminismo se ve en las luchas de muchísimas mujeres y disidencias por la defensa de los territorios, de la salud, y contra todas las actividades extractivas. Según cifras internacionales, el 60% de las luchas la encabezan líderes mujeres.
Mónaco mencionó que desde Eco Notes trabajan mucho con el activismo por medio de campañas y acciones junto con voluntaries. Además, trabajan desde la concientización, “ya sea desde el aprendizaje constante de quienes formamos parte de la organización, como también el trabajo que se hace con quienes nos siguen en redes”.
Para finalizar, la activista mencionó que “las conversaciones sobre esta interseccionalidad y la interdependencia entre la perspectiva ambiental y de género están muy presentes y en nuestro espacio”. Para la joven esas charlas “son muy nutritivas” y tienen “una potencia extra”.