El pasado miércoles, el Poder Ejecutivo promulgó la Ley N.º 27.714 (Ley de Alcohol Cero), que prohíbe que se conduzcan vehículos con un nivel de alcohol en sangre superior a cero. Tiene como objetivo, la reducción de víctimas fatales y lesionades, producto de siniestros vitales provocados por conductores que estén bajo el efecto del alcohol.
Mediante el decreto 254/2023 firmado por el presidente Alberto Fernández; el jefe de Gabinete, Agustín Rossi; y el ministro de Transporte, Diego Alberto Giuliano; se modificó el inciso A del artículo 48 de la Ley de Tránsito Nº 24.449 para incluir que “queda prohibido conducir cualquier tipo de vehículos con una alcoholemia superior a cero (0) miligramos por litro de sangre”.
La Ley de Alcohol Cero había sido aprobada el 13 de abril con 48 votos a favor y 9 en contra. Previo al cambio del artículo, el límite establecido de alcohol en sangre para manejo de vehículos era de hasta 500 miligramos y hasta 200 mg para motocicletas o ciclomotores.
Al respecto, Santiago Saccoccia, miembro del comité consultivo de la Agencia Nacional de Seguridad Víal (ANSV) y padre de Facundo, joven asesinado por un automovilista borracho, destacó en diálogo con Nota al Pie: “Que finalmente se reglamente es ver plasmado el esfuerzo y la lucha de muchos años, veinte para algunas madres que conozco. Es un desahogo”.
Mientras que Viviam Perrone, integrante de Madres del Dolor, remarcó lo importante que es haber llegado a la reglamentación sabiendo que “hay leyes que se votan y nunca se reglamentan”, y otras que tardan años en llegar a eso. No obstante, reclamó: “Queremos ver su aplicación. Queremos ver controles en la calle”.
En ese sentido, el director ejecutivo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), Pablo Martínez Carigliano comentó que durante su gestión, entregaron a autoridades provinciales y municipales más de 900 alcoholímetros y que van a dar 1000 más en la búsqueda de “ampliar controles y lograr tener menos víctimas en siniestros viales como consecuencia del alcohol”.
Además, la ANSV también aseguró que van a reforzar la “realización de operativos de control y trabajará junto a las fuerzas federales de seguridad para que se cumpla efectivamente la nueva ley”.
Su aplicación
A pesar de ser una ley nacional, no va a ser obligatoria para las provincias y municipios. Las provincias deberán adherirse a la ley, aunque pueden no hacerlo. En aquellos lugares que decidan esto último, la nueva regla solo regirá en sus rutas nacionales, donde tiene jurisdicción la Agencia Nacional de Seguridad Vial, una de las impulsoras del proyecto, con el apoyo de las organizaciones de familiares de víctimas.
Previa a esta reglamentación, había trece provincias argentinas que contaban con una normativa de alcohol cero (Córdoba, Entre Ríos, Jujuy, Río Negro, Santa Cruz, Chaco, La Pampa, Tierra del Fuego, Salta, Buenos Aires, Tucumán, Chubut y La Rioja), al igual que 50 municipios, entre los que están, por ejemplo, Mar del Plata, Ezeiza, Tigre y Rosario.
Una de las provincias que no adhiere a esta norma es Mendoza, porque su gobernador, Rodolfo Suárez, consideró que “en las capitales internacionales del vino no existen medidas de tolerancia cero porque es un poco contradictorio”.
En ese sentido, Santiago Saccoccia, entiende que ese fue uno de los máximos obstáculos por los que tardó en aprobarse la ley. “El principal problema fue el lobby del sector vitivinícola de Mendoza que nunca entendió que esto es una ley de tránsito, no de comercio de alcohol”, explicó.
No obstante, en un informe realizado por el Observatorio Vial de la ANSV en marzo de 2022, llegaron a la conclusión que “las leyes de Alcohol Cero para conductoras/es (o tolerancia cero) no tienen una influencia directa sobre los valores de consumo general de alcohol en la población”
Esa misma opinión tiene Viviam Perrone, que pone como ejemplo, Córdoba, que tiene tolerancia cero al volante desde 2014: “Tienen fiestas como el Oktoberfest, donde hay alcohol, pero la gente va, disfruta de la fiesta y después se vuelve a su casa en un remis, en un micro de turismo, o quien conduce no ingirió alcohol”. Por eso, ella cree que “es mentira que si tenemos alcohol cero al volante va a perder dinero la industria vitivinícola o cervecera”.
¿Cómo sigue la lucha?
Tanto Santiago Saccoccia como Viviam Perrone coincidieron que la próxima instancia, luego de haber peleado tanto por esta ley, ya empezó y se trata de reformar artículos del código penal. Por un lado, para que “los delitos viales sean tipificados como tales y en los casos con agravantes, se defina el Homicidio Vial con penas similares al Homicidio Simple”. Esta idea se había presentado con alcohol cero, pero en Diputados lo separaron, por lo que Saccoccia dijo que lo van a presentar como un proyecto aparte.
En ese sentido, Perrone explicó: “Lo que ocurre hoy es que si alguien mata a una persona y estaba en estado de ebriedad, se había pasado un semáforo o abandonó a la víctima, lo que puede llegar a ocurrir es que le den una sentencia en suspenso o sea nada”. Por eso quieren cambiarlo en el Código Penal, para “que, con agravantes, si alguien mata una persona que la sentencia sea efectiva”, concluyó la integrante de Madres del Dolor.