lunes 9 de diciembre de 2024

El estreno de Brutus, en la voz de sus protagonistas

La pieza teatral, basada en la clásica obra de William Shakespeare “Julio César”, hizo su debut en los escenarios de la Ciudad de Buenos Aires el pasado fin de semana. Nota al Pie dialogó con su protagonista, Paulo Brunetti, y el director Oscar Barney Finn.
Brutus
“Brutus” es una nueva versión teatral de Oscar Barney Finn basada en la tragedia de “Julio Cesar” de William Shakespeare. Crédito: Prensa Brutus.

El pasado viernes 14 y sábado 15 de abril, la obra “Brutus” llegó a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), más precisamente al Teatro Payró, ubicado en San Martín 766. Dirigida por Oscar Barney Finn y con Marcelo Zapata como coautor, esta versión teatral tiene su origen en la obra trágica Julio César del reconocido dramaturgo, poeta y actor inglés William Shakespeare, escrita en 1599.

La sinopsis de la obra expresa: “Brutus es una obra dramática de cámara basada en el protagonista de la famosa conjura que terminó con la vida de Julio César, poco antes del fin de la República y la instauración del Imperio Romano”.

“Si bien la obra tiene como fondo tal hecho histórico no se propone ser una crónica de la historia sino, sobre todo, un examen introspectivo del personaje protagónico, Marco Junio Bruto: sus dudas, sus temores, la incertidumbre con respecto a su filiación, las relaciones interfamiliares, las violentas fuerzas encontradas en esas relaciones que tanto influyeron en la decisión final de encabezar el complot, y su posterior arrepentimiento”, concluye el resumen.

Nota al Pie dialogó con el guionista, director de cine y teatro argentino Oscar Barney Finn y con el actor argentino radicado en Chile Paulo Brunetti, quienes contaron detalles del proyecto.

¿Cómo llegó la historia de “Brutus” a usted?

Paulo Brunetti (PB): En 2007 hicimos con Oscar “La gata sobre el tejado de zinc caliente«, junto a Antonio Hugo, y ahí a él se le despertó esta idea de poder meterse en la historia de Julio César, de Shakespeare, que le venía dando vueltas hace tiempo. Hace 15 años o 16 años que viene detrás de esta historia, y hace poco tiempo se juntó con Marcelo Zapata y le contó de esta inquietud que tenía de esta obra, de esta historia, de este personaje.

Empezaron a trabajar con Marcelo Zapata, y luego me lo comunicaron a mí. Cuando lo hicieron fue fantástico porque sabía que iba a formar parte de este grupo, y que él siempre se había imaginado este personaje para mí. Cosa que considero como un regalo porque es sin duda el personaje más importante de todos los que he hecho. Totalmente alejado de lo que puede ser mi persona, y esos son los personajes más interesantes porque hay que escarbar, buscar dentro de uno y sacar cosas que a veces uno no sabía que las tenía y eso es muy gratificante.

¿Qué lo motiva a querer seguir formando parte del teatro argentino?

PB: El teatro argentino está visto como uno de los mejores del mundo junto a Broadway, Londres, y sobre todo el teatro independiente. Uno está del otro lado en la cordillera, se da cuenta que el chileno también viene a ver mucho teatro, admira mucho el teatro argentino y yo lo necesito como actor, no solo como actor subirme a un escenario, sino como actor espectador, que también nos formamos de esa manera. 

Mis colegas son unos actores extraordinarios, entonces aprendo mucho de eso, y también es el querer. Yo siempre digo que estoy en Chile pero que no me fui de Argentina, entonces eso quiero subrayarlo bien, tengo como un pie allá y otro pie acá. Estamos al lado, nos separa una cordillera y la cultura argentina es muy potente y eso es algo que no quiero abandonar.

He armado una productora en Chile, donde estamos dando los primeros pasos en producciones teatrales, audiovisuales. Ahora a mitad de año, en octubre, empiezo a filmar mi ópera prima como director: “Niña”. Incluso mi productora se llama Sur Media, donde tenemos más de veinte proyectos, y de alguna manera también queremos empezar a dar los primeros pasos acá en Argentina.

Entonces el hecho de un pie allá, un pie acá, estamos al lado y no me parece estar alejado de este país, del que nunca me quise ir, nunca me fui y seguiré estando. Yo sé que después de esta obra se viene alguna otra con Oscar, armamos un buen equipo, no solo con él, sino con el equipo que lo acompaña detrás de abajo del escenario y eso a mí me gusta mucho, así que me verán más seguido por acá.

PRENSA BRUTUS
El director y guionista Oscar Barney Finn junto al actor Paulo Brunetti compartiendo “Brutus”. Crédito: Prensa Brutus.

¿Cuál es su papel en esta obra y que puede destacar de él?

PB: Este personaje es el más importante que me toca hacer. Por suerte en mi carrera me ha pasado eso, he trabajado mucho con Barney Finn y siempre buscamos obras que hay como que subir un peldaño en tema de realización de personajes, de escritura, de obras, de autores, y este sí es un un escalón muy alto. 

Hay un abanico de investigación muy potente, imagínese que hasta Dante Alighieri lo puso en el último círculo del infierno junto a Judas, entonces estamos hablando de un personaje muy muy complejo. 

Es una obra, no es un Shakespeare, pero se asemeja mucho a un Shakespeare, y eso es lo que me encanta. Yo siempre me corrijo mucho en el director, y más acá que es el autor de la obra. 

Entonces, estaba muy bien respaldado. La investigación la hicimos juntos, leímos las mismas cosas, vimos algunos documentales y series. Siempre preguntando también a Marcelo Zapata, que la verdad es una enciclopedia, y poder hacer crecer cuanto más posible este personaje mejor, por más que sea el personaje más alejado de mí que he interpretado.

¿Cómo nació “Brutus” y porque decidió transformar esta historia en obra de teatro? Asimismo, ¿cómo podría describir usted el papel de «Brutus» y el por qué hacer hincapié en él?

Oscar Barney Finn (OBF): Creo que fue en el 2007 cuando montaba “La gata sobre el tejado de zinc caliente” de William Shakespeare. Claro que en ese momento aborde la posibilidad de la obra shakespeariana con un análisis e investigación que con el correr de los años me llevaron a esta decisión final de crear un nuevo texto. 

He podido ver muchas versiones de la obra, desde que vi en 1950 la película de Joseph Mankiewicz con James Masón y Marlon Brando y sus clásicos discursos. También, no siempre tuve buenas experiencias ya que algunas puestas me parecieron libérrimas y más que acercarme me alejaban de lo que me interesaba. 

Desde que Harold Bloom, analista de la obra del bardo, expresara que Julio César debió llamarse “Brutus”, mis intenciones se centraron en este personaje, su historia y sus motivaciones. Llegue a establecer una nueva estructura para hacer una obra de cámara que soslayará la reconstrucción histórica.

Pero la verdadera pudo crecer cuando se suma Marcelo Zapata, amigo, escritor y periodista a quien conocía desde hacía mucho tiempo. Había leído su novela “El secreto de Puccini” hacía un tiempo y me había seducido la minuciosa elaboración de la trama y sus personajes. Entonces, cuando surgió la posibilidad de esta colaboración, no tuve dudas. El camino ha sido muy creativo y alentador. 

Luego, las lecturas y la información fueron dando lugar a la conformación del cuerpo dramático de la obra y su protagonista con el triángulo familiar Servilia, Porcia,  Brutus fue central. Los personajes de Casio y Cicerón nos dieron lugar a los caracteres.

Brutus enfrenta su destino y a los dioses que en ese momento, no estaban muy presentes: establece su recorrido en medio de tinieblas y miedos, que lo acercan a verdades presentidas, y acuciantes al fin de reveladoras de una identidad. 

Nadie le develará lo que él desea, menos justificará su acto final, pero él irá construyendo un camino desde la actitud política comprometida con la causa de la República a la desolación del campo de batalla en donde los afectos no están presentes y él intuye una verdad final que lo empuja acto definitivo.

Es allí donde la obra y su protagonista, nos indican la inutilidad de la violencia frente a un mundo que parece inmodificable.

Brutus ph Federico Pancaldi
La obra se estrenó este viernes 14 en el Teatro Payró, en San Martín 766. Crédito: Prensa Brutus.

¿Qué siente al estar nominado a los premios Trinidad?

OBF: Siempre estar nominado frente a una producción anual tan intensa es gratificante. También es alentador porque de alguna manera nos corrobora en el hacer renovado y desafiante. Soy de los que siempre agradece el aliento y reconocimiento, mi vida profesional ha sido distinguida en cada uno de los medios que he trabajado, y continúa recibiendo estos gestos.

Pero en mis 55 años de tarea, esta es la primera vez que los “Premios Trinidad Guevara” me nominan. Solo una vez una actriz amiga osó nominarme para el “Premio Trayectoria”,  y le respondieron que a mí no me hacía falta porque vivía del campo. Me desconcertó porque yo creía que era por mérito, no por mi situación económica. 

En ese momento me causó gracia, pero luego con el correr del tiempo me preocupó, ya que nunca más se repitió. La verdad es que me gustaría hoy, ante la realidad que vivimos, tener un “campito” que me reasegure algo. Por eso me sorprende gratamente esta nominación; y como ya le expresé, lo agradezco, pero también sé que sigo teniendo inventiva y creatividad para seguir batallando y las obras quedan.

Por último, ¿cómo fue la elección de les actores?

OBF: Elegir actores es una ardua tarea, porque allí se confronta la imaginación y la realidad. Uno construye personajes cuando tiene referencia icónicas, donde vio obras y películas, pero la última verdad la tiene frente a su actor y lo que lograra en escena.

En este caso, como en otras oportunidades, como “Muchacho de Luna”, “Poder absoluto” o “La gata sobre el tejado”, fueron pensados para Paulo Brunetti, con quien hace largo tiempo que venimos desafiando el escenario. Sin embargo, esto no se termina de construir hasta que no se define en un espacio escénico y se conviven los ensayos y se interactúa con los otros personajes.

En ese caso cada uno fue pensado. Lograr a Ana Yovino, a quien vi en otros roles interesantes, o Carlos Kaspar, con quien hicimos otras puestas como “Poder Absoluto”, fue un nuevo buen encuentro. A ello se suma Nelson Rueda para “CASIO”, a quien vi actuar en muchas obras, y en particular “Ver y no ver”, dirigida por Hugo Urquijo.

Pero por suerte, hay sorpresas como Beatriz Dellacasa, una actriz que nos regala su intensidad, y al fin hay gente nueva que debuta y pone nuevos deseos, ganas e intensidad. Nada está descuidado porque también me interesa un buen grupo de buena gente, así como el equipo técnico con creativos de primera como Ramón López que llegó de Chile con escenografía y luces, Mini Zucheri y su diseño de vestuario, a Sergio Klanfer y su banda sonora, Tomas Heck en asistencia junto a Belen Gonzalez, y por último Sol Vanelli en producción como lo viene haciendo desde hace tiempo.

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