La Cámara de Senadores finalmente aprobó la Ley de Alcohol Cero al Volante, impulsada por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) con el objetivo de reducir la siniestralidad vial, la principal causa de muertes en personas menores de 35 años en la Argentina.
El proyecto fue aprobado con 48 votos afirmativos y 9 negativos. Con la implementación de esta normativa, la tolerancia de 0% de alcohol en sangre a la hora de manejar un vehículo (que ya se aplicaba en 13 provincias) expande sus alcances a nivel nacional.
Sin embargo, desde el sector de la producción vitivinícola rechazaron el proyecto por el impacto que podría tener en el consumo de vinos. Por esta razón, les productores alzarán su reclamo para que la ley no sea aplicada en las provincias de Mendoza y San Juan, las principales productoras de vino del país.
En este sentido, la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) declaró que la siniestralidad vial es una “problemática compleja que necesita un abordaje integral” y que la ley es una respuesta “ineficiente e inviable que, además de no ofrecer una solución, afectará fuertemente a las libertades individuales y dañará al sector gastronómico argentino, al enoturismo y a la industria vitivinícola”.
El rechazo en defensa de la industria de vinos
En el Senado, les legisladores radicales por la provincia de Mendoza Alfredo Cornejo y Mariana Juri encabezaron la oposición al proyecto. También votaron en contra los senadores Cristina López Valverde, José Uñac, Roberto Basualdo, Dionisio Scarpi, Juan Carlos Romero, Alfredo de Angeli y Julio Martínez.
Durante la sesión, Juri reclamó que la reducción de la tolerancia no resuelve la problemática vial de fondo, por lo que el Senado “está perdiendo una gran oportunidad para evitar las muertes en Argentina. La contracara de eso también tiene que ver que estamos atentando contra las fuentes laborales de miles de argentinos en un momento tan crítico, como es el que vive el país”.
Desde COVIAR sostienen que la tolerancia cero dañaría “una actividad económica generadora de empleo de calidad que está presente en 18 provincias argentinas”, ya que pone en riesgo el comportamiento cultural de que “el vino para nosotros es parte de la comida”. Además, comunicaron que “0,5 g/l de alcohol en sangre no es alcohol al volante. Solo se está penalizando a quienes hoy cumplen con la ley”.
Los casos de Mendoza y San Juan
El gobernador mendocino Rodolfo Suárez anticipó que la ley no será aplicada en los límites de la provincia, que concentra el 65% de la producción y el 84% del total de exportaciones del cultivo de vid y sus productos industriales derivados.
Meses atrás, el mandatario había expresado su rechazo: «Lo que se está sancionando es una norma que no va a tener la finalidad que se busca porque si nosotros vemos las estadísticas en el mundo, no solamente en Mendoza, que tiene una legislación que dice 0,5 de alcohol, en esa franja de menos de 0,5 no se producen accidentes de tránsito», afirmó.
Por otro lado, el presidente de la Federación de Viñateros de San Juan, Eduardo Garcés, declaró que pedirá al gobierno provincial que la ley no sea aplicada en el territorio sanjuanino por su potencial impacto negativo en el sector vinícola y gastronómico.
En diálogo con el medio local Tiempo de San Juan, manifestó que «deberían realizar controles cerca de los boliches, donde salen con 2 o 3 grados de alcohol en sangre y no molestar a una pareja que se toma una botella de vino en un restaurante o una reunión de amigos”.