A 50 años de la muerte de Pablo Picasso, que murió el 8 de abril de 1973 en Francia, el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) se suma a los espacios culturales que homenajean al artista en todo el mundo.
En este sentido, el espacio ubicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) brindará la muestra gratuita “Picasso en el patrimonio del Museo”, que reúne más de 30 ejemplares entre dibujos, grabados, cerámica y pinturas que pertenecen al acervo institucional.
“A medio siglo de su fallecimiento, y en sintonía con los principales museos del mundo, queríamos sumarnos a este aniversario presentando una serie de piezas de nuestra colección que dan cuenta de su talento, y de sus múltiples intereses y búsquedas a través del dibujo, el grabado y la cerámica”, expresó el director del Bellas Artes, Andrés Duprat. Además, destacó que “se exhibe ‘Mujer acostada’, óleo de gran formato de 1931, una pieza mayor de nuestro acervo”.
La exposición puede visitarse de martes a viernes de 11 a 20 y sábados y domingos de 10 a 20, en la Sala 33 del museo, en Avenida del Libertador 1473.
La propuesta del Bellas Artes
La muestra del MNBA consiste en un recorrido en el cual les espectadores pueden conocer parte de la vida y obra de Picasso. Para conocer sus comienzos, hay expuestos algunos de sus primeros grabados.
Además, se podrá divisar el desarrollo de su carrera con acuarelas, dibujos, un óleo de gran formato y hasta cerámicas, una técnica que aprendió a los 65 años. En estas obras pueden verse las principales temáticas en las que el español trabajó durante su vida, como las mujeres, los ateliers, la situación política, la tauromaquia y los animales fantásticos.
Este recorrido fue ideado por Paola Melgarejo, la curadora de la muestra, que es una de las investigadoras del Bellas Artes y especialista en arte europeo de los siglos XIX y XX.
Respecto a la carrera de Picasso, Melgarejo explicó que el artista experimentó con todas las técnicas y lenguajes de las artes plásticas. De joven quiso aprender grabado, que entonces no se enseñaba en las academias. Incluso innovó durante su etapa más exitosa: después de catapultarse con el cubismo, lo abandonó por un tiempo en un período que se conoce como el retorno al orden.
Cinco etapas de la obra de Picasso
La muestra está organizada en cinco núcleos temáticos. El inicial, “Primer tiempo. De la figuración al cubismo”, da cuenta de los primeros grabados de Picasso en punta seca y al aguafuerte, realizados a comienzos del siglo XX. En ellas estampó arlequines y personajes de circo en sus momentos cotidianos, incluyendo mujeres desnudas en escenas de baño.
El segundo eje, llamado “En el atelier. El artista y su modelo”, reúne obras donde aparecen representades el artista y las mujeres cercanas a él. Entre ellas, su joven amante Marie-Thérèse Walter, quien posó para pinturas y grabados sobre este tema en las décadas del 20 y del 30. Trece de estas obras se publicaron en 1931 en una edición de “La obra maestra desconocida”, del francés Honoré de Balzac.
En tanto, “Femmes. Retratos de mujeres” identifica el tercer conjunto de obras exhibidas. Se trata de imágenes de algunas de las mujeres que marcaron la vida del artista y se reiteran por etapas, formando parte de sus búsquedas experimentales en torno a la figuración y el cubismo. Luego de relacionarse con Fernande Olivier, Olga Khokhlova, Marie-Thérèse Walter y Dora Maar, en los últimos 30 años de su trayectoria, Picasso se vinculó con Françoise Gilot y Jacqueline Roque.
El cuarto núcleo, “Hacia el Guernica. Arte y compromiso político”, recoge la serie de grabados que, en 1937, en plena Guerra Civil Española, el gobierno republicano le encargó a Picasso. Estos fueron destinados al pabellón del país en la Exposición Internacional de París, junto con un mural, el “Guernica”. Los grabados, a los que llamó “Sueño y mentira de Franco”, se vendían en la feria y componían una sátira al general Francisco Franco, que aparece ejerciendo su acción destructiva.
El quinto y último eje expositivo es “Metamorfosis. Entre lo animal y lo humano: faunos, centauros, toros y caballos” y presenta escenas de tauromaquia. Este espectáculo, que apasionó a Picasso desde su niñez, está representado en la serie “Corrida de toros”, formada por ocho platos de loza roja realizados en 1959 en la Factoría Madoura.