El pasado viernes, en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana comenzó la XXVIII Cumbre Iberoamericana con la representación de los 22 países de la región. Este sábado, luego del día inaugural, se realizó la sesión plenaria del encuentro, que contó con la presencia de 14 mandataries.
Entre los presentes se encontraron Alberto Fernández (Argentina), Luis Arce (Bolivia), Xiomara Castro (Honduras), Gustavo Petro (Colombia), Gabriel Boric (Chile), Luis Lacalle Pou (Uruguay), Miguel Diaz Canel (Cuba), Rodrigo Chaves Robles (Costa Rica), Mario Abdo (Paraguay), Guillermo Lasso (Ecuador) y Luis Abinader (República Dominicana).
Además, el evento contó con la presencia de Pedro Sánchez y el Rey Felipe VI por España y con la asistencia de Marcelo Rebelo de Sousa y Antonio Costa, en representación de Portugal.
La unidad como horizonte
La XXVIII edición de la Cumbre Iberoamericana, al margen de los encuentros bilaterales, estuvo basada en 4 ejes transversales que marcaron el rumbo del encuentro. El cambio climático, la seguridad alimentaria, la construcción de sociedades digitales igualitarias, un sistema financiero más justo y la unidad en diversidad fueron los temas de discusión. Incluso también se debatió sobre la arquitectura financiera internacional.
Más allá de las visibles diferencias políticas entre los diversos gobiernos, en la cita en Santo Domingo hubo un consenso: la necesidad de la unidad iberoamericana para afrontar los retos que vive la región en este momento histórico. Bajo el lema “Juntos por una Iberoamérica Justa y Sostenible”, les representantes de los países asistentes llegaron a un acuerdo en 3 de los 4 ejes propuestos por el país anfitrión.
De esta manera, la Cumbre cerró con una propuesta de una “Ruta Crítica de Seguridad Alimentaria, Inclusiva y Sostenible”, una “Carta Medioambiental Iberoamericana” y, finalmente, la “Carta Iberoamericana de Principios y Derechos en Entornos Digitales”.
Sin embargo, como era de esperar debido a la diversidad ideológica de los gobiernos asistentes, no hubo un acuerdo sobre la promoción de políticas para una nueva arquitectura internacional.
La historia de la Cumbre Iberoamericana
Las Cumbres Iberoamericanas se llevan a cabo desde 1991, año en que se realizó la primera edición en la ciudad de Guadalajara, México. En el encuentro, a través de la Declaración Final consensuada entre los países miembros, se reconoció a Iberoamérica como un espacio común tanto de articulación política como de cooperación económica.
Es a partir de ese fundamento que, además de los 19 países de nuestra región que tienen tanto a la lengua castellana como a la portuguesa como idioma oficial, participan 3 naciones europeas: Andorra, Portugal y España. Hasta el 2014, las cumbres se organizaban todos los años, aunque desde esa fecha el evento pasó a realizarse de manera bienal.
De esta manera, cada dos años, dicha reunión es organizada por la Secretaría Pro Tempore, que es otorgada al país anfitrión de la Cumbre, junto a la Secretaría General Iberoamericana (SGI). Luego de la Cumbre, en la Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores (el segundo evento de importancia después del evento bienal), los funcionarios de cada país se reúnen para dar seguimiento a lo acordado por los mandatarios.
También existen otras instancias previas a la realización del evento principal, como foros o encuentros donde participan diversos actores de la sociedad civil, gubernamentales e incluso de la Comunidad Internacional, para priorizar los temas a abordar en la Cumbre.
Como resultado, el encuentro se configura como un mecanismo de integración multilateral en donde la Comunidad Iberoamericana comparte diagnósticos y planificaciones para afrontar las principales problemáticas que aborda la región.