En 2006, luego del evento “Dinastía M”, un futuro devastador se desarrolló para los Mutantes en Marvel Comics. Como sucede con cada arco de importancia, los efectos se ramifican. David Hine logró tomar para escribir una miniserie sobre el desdichado Pietro Maximoff, hermano de Scarlet Witch. Esta historia de seis números llamada Heredero de M (Son of M en inglés), e ilustrada por Roy Allen Martinez, se desarrolló de forma íntima.
No solo se encargó de explorar al ex mutante velocista. La responsabilidad de este evento fue crear un nuevo arco, que traería consecuencias para más grupos, incluyendo los Inhumanos y los Cuatro Fantásticos. Aquí se abre la puerta para la Silent War, y Decimation.
«Heredero de M»: ser un desgraciado humano
Luego del fracaso de la Dinastía M, cuando se descubrió que el responsable de todo fue Pietro, quien manipuló a Wanda, ella se sintió devastada. La promulga de “No Más Mutantes” causó un efecto devastador en el mundo: si bien todo parecía volver a la normalidad, no era así para los “hijos del átomo”. El gen X fue borrado de casi todos los mutantes, y de millones, quedaron solo 198.
Pietro Maximoff fue uno de los mutantes que sufrió el destino de la Bruja Escarlata. Ahora, sin su velocidad, es solo un humano más que recorre el mundo, uno como esos sobre los que siempre se sintió superior. En Heredero de M, debe lidiar no solo con los problemas mundanos, si no también con quienes saben qué fue lo que hizo, uno de los más afectados: Spider-Man.
Luego de un enfrentamiento con el trepamuros, Pietro es recogido por su esposa inhumana Crystal, que lo lleva a Attilan para ser curado. Allí, el ex mutante no solo logra reunirse con la hija, si no que recuerda el proceso inhumano de la terragénesis. Pensando que esto puede devolverle sus poderes mutantes, Pietro desata eventos que no entiende cómo pueden desarrollarse.
La miseria en todo su potencial
David Hine toma a un Quicksilver roto, en un mundo donde hay héroes dañados por lo que hizo, y lo hace caer aún más bajo. En esta historia, el primer enfrentamiento que tiene el antiguo villano, hijo de Magneto, es intentar salvar a un pobre mutante, sin éxito. Hine escribe al muchacho en peligro como uno de los 198 que quedaron con habilidades, pero con características deformes.
Esto solo potencia la miseria por la que pasan algunos de los hijos del átomo, no todos los poderes son beneficiosos para el portador. Nos encontramos aquí con un muchacho con una suerte de ser viviente con tentáculos en su pecho que odia su condición. Este joven que era abusado físicamente por una pandilla ve un intento fallido de rescate por un mutante que ya no tiene poderes y sufre por ello.
Que sea Spider-Man quien salve la situación solo empeora las cosas, porque el trepamuros busca resolver con Pietro su trauma de la Dinastía M. Peter Parker, en el mundo de Wanda estaba casado con Gwen Stacy, y tenía un hijo. Para quien lea esta nota, y necesite contexto, en Nota al Pie reseñamos Spider-Man Blue, que explica la importancia de estos personajes.
Este careo con el arácnido lleva a Pietro a un intento de suicidio, evitado por el héroe, solo para, al final, ser salvado por su ex mujer. Aquí comienza la toma de decisiones más funestas que puede haber. El hermano de la Bruja Escarlata se pone en mente restaurar a los mutantes por un camino muy peligroso. En el camino, incluso termina lastimando a su propia hija.
Semillas de tristeza
La desesperación de Pietro por redimirse hace que robe las piedras que producen las nieblas terragénicas. Este elemento desata un proceso de cambio genético muy peligroso, y es por eso que los Inhumanos tienen prohibido su uso. El mutante escapará con este producto a Genosha, donde intentará restaurar la nación mutante, diezmada en el arco E de Extinción.
La terragénesis afecta de forma caótica a todo ser que la utilice, y aquí es donde Hine aprovecha para establecer un punto de conflicto inevitable. Magneto continúa desaprobando a Pietro quien reniega de esto de forma desesperada, y los inhumanos llegarán buscando lo que les fue robado. El tercer punto en la discordia es el ejército norteamericano que tomará posesión de los cristales.
Todo este camino solo tiene una dirección: la guerra. El conflicto entre Inhumanos y Terrícolas tendrá graves consecuencias, y el factor nostálgico de Genosha y el fracaso de Pietro son los puntos más importantes. Sin lugar a dudas, las malas decisiones, pese a que se tengan las mejores intenciones, son algo que no beneficia a nadie. Y no hay como Quicksilver para demostrarlo.
El arte de Roy Allen Martinez en Heredero de M recuerda un poco a Frank Quitely (E de Extinción), pero con proporciones mucho más adecuadas. El realismo que se busca choca de lleno con las y los lectores que lean la obra, haciendo que se tome en serio.
Heredero de M fue editado en Argentina como parte de la “Colección Definitiva de Novelas Gráficas de Marvel” en la entrega número 39 por Editorial Salvat.