El pasado miércoles, en el marco del Día Internacional de la Mujer, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) junto con otras agencias de las Naciones Unidas anunció la realización de una campaña en relación a la mortalidad materna.
La finalidad de esta iniciativa es comprometer a los países de América Latina y el Caribe a tomar medidas para acelerar la reducción de los decesos, en una región donde más de 8.000 mujeres mueren cada año debido a complicaciones evitables en el periodo de gestación, parto o puerperio.
Lo más alarmante de esta situación sanitaria es que son muertes evitables. Nueve de cada diez embarazadas podrían haberse salvado con cuidados de calidad, acceso a métodos anticonceptivos y reduciendo las desigualdades de acceso a la atención.
Durante el acto de lanzamiento de la campaña tomó la palabra la directora del Centro Latinoamericano de Perinatología, Salud de la Mujer y Reproductiva (CLAP) de la OPS, Suzanne Serruya. “Si queremos retomar el camino del descenso de la mortalidad materna debemos abordar las inequidades socioeconómicas, de género, etnia, educación y lugar de residencia que determinan la muerte de muchas de nuestras mujeres”, expresó.
La hipertensión en el embarazo, las infecciones, la hemorragia y las complicaciones por aborto inseguro son las causas más comunes detrás de estas muertes. En América Latina y el Caribe muere una mujer por hora solo por no contar con una atención médica adecuada.
“Todavía demasiadas mujeres, sobre todo indígenas, afrodescendientes, migrantes, con bajos ingresos y menor escolaridad, mueren durante el embarazo y el parto”, aseguró el director de la OPS, Jarbas Barbosa, en el acto de lanzamiento de la campaña presentada en el Día Internacional de la Mujer.
La campaña “Cero Muertes Maternas. Evitar lo evitable” busca acelerar el ritmo para alcanzar la meta de menos de 30 muertes maternas por cada 100.000 nacides con vida. La principal función de la iniciativa es difundir mensajes en las redes sociales y desarrollar acciones específicas en países hasta mayo. Además, incluye un llamado de acción a toda la sociedad, al gobierno y al sector privado para que protejan a las mujeres y recién nacides.
¿Cuáles son los datos detrás de esta situación?
En 2022, la tasa de mortalidad materna en esta región fue de 68 madres muertas por cada 100.000 nacides con vida. En este sentido, Barbosa remarcó que “es hora de invertir urgentemente en la salud materna para cambiar esta realidad inaceptable (…) Hacerlo requiere el involucramiento de todos los sectores de gobierno y de la sociedad”.
Cada día mueren en todo el mundo unas 830 mujeres por complicaciones relacionadas con el embarazo. En 2015 se estimaron unas 303.000 muertes por esta situación y todas en países de ingresos bajos. Además, la mortalidad materna es más alta entre las mujeres que viven en zonas rurales y en las comunidades más pobres, siendo las adolescentes quienes enfrentan un mayor riesgo de complicaciones y muerte como resultado del embarazo.
Los expertos consideran que este empeoramiento en el ámbito se vincula con que la pandemia por coronavirus provocó un retroceso de 20 años en los indicadores de salud materna en América Latina y el Caribe, donde la razón de mortalidad materna se incrementó en un 15% entre 2016 y 2020 luego de una reducción del 16,4% entre 1990 y 2015. Esto debido a que la prioridad principal en la salud fueron los pacientes de COVID-19 y la búsqueda de una cura.
Contar con servicios de salud materna accesibles, así como profesionales disponibles, entrenados, equipados y respetuosos de los derechos e idiosincrasia de las futuras mamás, es también clave para reducir la mortalidad materna.