El género de los superhéroes no tuvo reparos en mutar de vez en cuando y jugar con el estilo para crear algo original. Sin embargo, por mucho que se intenten experimentar con la ´subversidad´, difícilmente una película o serie de superhéroes fue tan lejos como para romper la línea de vanguardia.
Incluso cuando cineastas con visiones artísticas únicas como Todd Phillips, Guillermo del Toro, Christopher Nolan, Taika Waititi o Chloé Zhao encabezaron alguna producción de una superfranquicia, las convenciones de la fórmula del género regresaron en el tercer acto de sus películas.
A pesar de esta tendencia, una entrada perdida en las adaptaciones iniciales de cómics vio aparecer una de las primeras encarnaciones en pantalla de Batman en un ejemplo hiperestilizado, con una narrativa ambigua y posmoderna, dirigida por quizás el más definitivo vanguardista de todos los tiempos, Andy Warhol.
El Caballero de la Noche es el superhéroe por excelencia. Tuvo más de una docena de películas live action desde que el personaje apareció por primera vez en las páginas de Detective Comics en 1939.
Sus representaciones en pantalla van desde el cursi protagonizado por Adam West hasta la reinvención gótica de Tim Burton encarnada por Michael Keaton a finales de los años 80, pasando por las interacciones modernas retratadas por Christian Bale, Ben Affleck y Robert Pattinson. De todas estas adaptaciones, ninguna es tan misteriosa como Batman Drácula, el audiovisual experimental filmado en 1964 por Warhol.
Andy Warhol, el padre del pop art
Warhol es conocido por su poderosa influencia en el arte de vanguardia, por sus extravagantes lecciones de sexo, por sus pinturas en latas de sopa Campbell y por los retratos de Marilyn Monroe y Muhammad Ali.
Este estatus proviene en particular de la experimentación de Warhol en el cine de vanguardia, con obras como Sleep (1963), Blow Job (1963) y Empire (1964). Sleep tiene una duración de 521 minutos y consta de tomas largas que muestran al amigo y amante de Warhol, John Giorno, durmiendo.
Para hacer Sleep, Warhol combinó 22 tomas, durante las cuales se centró en retratar diferentes partes del cuerpo de Giorno, desde la cara hasta las nalgas. El resultado es una película obsesivamente voyerista, cuya cualidad aburrida subraya de manera paradójica la intensa fascinación que el objeto de deseo puede tener para un observador.
Dentro de esta obra creativa, Warhol decidió abordar la historia de Batman. Batman Drácula se traslada a través de los rascacielos de Nueva York a Long Island y a ese momento en el que Bruce Wayne se enfrenta a su mayor miedo: un monstruo romántico y la quintaesencia de los vampiros, Drácula.
Batman Drácula, un duelo de murciélagos
Batman Drácula en realidad es anterior a la histórica serie de televisión Batman protagonizada por Adam West (1966). Sin embargo, algunos críticos sugirieron que la estética propuesta por Warhol para el personaje impregnó de forma significativa la versión televisiva posterior cuyo impacto fue mundial.
El actor Jack Smith, amigo de Warhol, interpretó los papeles tanto del millonario Bruce Wayne como del Conde Drácula, lo que le da a la pareja protagonista un paralelismo inquietante: el miedo más profundo se tiene a alguna forma de une mismo.
A diferencia de la mayoría de las adaptaciones de Batman y Drácula, la película no tiene una estructura narrativa tradicional y presenta imágenes surrealistas. Aunque la película nunca se estrenó comercialmente, fue objeto de una cierta cantidad de atención crítica e histórica.
En general, se la considera una obra de arte que refleja la estética y los intereses del movimiento pop art de los años 60. También es conocida por su estilo de filmación experimental y su uso de efectos visuales.
Además, fue objeto de controversia debido a su contenido explícito, incluida la desnudez frontal masculina y las referencias sexuales. Como resultado, fue clasificada como una obra de «culto» y se convirtió en un objeto de fascinación para muchos cinéfilos y fanáticos del arte contemporáneo.
El destino de la película
DC Comics, propietaria de los derechos de Batman, no otorgó ningún permiso para la filmación, por lo que el trabajo terminado se considera oficialmente una fanmovie. A la compañía no le gustó ni siquiera las proyecciones privadas de Batman Drácula y prohibió que se hicieran copias. Es por eso que Warhol solo la exhibió en un puñado de lugares a lo largo de los años.
De hecho, la película nunca se completó. Durante décadas, se pensó que se había perdido o que estaba enterrado en las profundidades de los archivos de Warner Bros, actual titular de los derechos de DC Comics. En 2006, una parte de la filmación apareció en un documental sobre Jack Smith. Sin embargo, estaba muy dañada.
Como hizo con muchos elementos icónicos de la cultura pop, Warhol quiso incorporar a Batman en su trabajo. Las pocas imágenes que trascendieron se sienten apropiadas para una producción de Warhol, pero muy lejos de como se conoce hoy el género de superhéroes. Para el momento en que el artista filmó su película, solo existía una versión del personaje en pantalla, el de Lewis Wilson en la serie de 15 episodios Batman, que se transmitió en 1943.
La película de Warhol no fue la única que se hizo sobre el Caballero de la Noche y el vampiro más famoso de la literatura. El 3 de junio de 1967 se estrenó en los cines filipinos Batman Fights Dracula, una parodia escrita por Bert R. Mendoza y dirigida por Leody M. Diaz. Al igual que la película de Warhol, se hizo sin el permiso de DC.
Años más tarde DC Comics publicó tres novelas gráficas en las que Batman lucha contra Drácula en la década de 1990. Ambos personajes se volverían a encontrar en la pantalla, ahora de forma oficial, en la película animada Batman vs Drácula de 2005.