El Proyecto Cisne es parte de un trabajo conjunto entre operadores sociales del Centro Socioeducativo del Régimen Cerrado (CSRC) Manuel Belgrano y el programa de Intensificación y Diversificación Curricular (INDICU).
A su vez, el CSRC Manuel Belgrano se trata de un espacio destinado al cumplimiento de medidas privativas de la libertad ambulatoria. Aloja a jóvenes que alcanzaron la mayoría de edad mientras cumplían alguna medida dependiente de la Dirección General de Responsabilidad Penal Juvenil (DGRPJ).
Este último depende, a su vez, del Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (CDNNyA). El Proyecto Cisne funciona en el espacio que comprende el CSRC Manuel Belgrano, ubicado sobre Avenida Belgrano 2670 (Balvanera), en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
El programa que se aplica es el de Intensificación y Diversificación Curricular (InDiCu), dependiente del Ministerio de Educación de CABA. De este modo, se conforma el lugar donde jóvenes buscan rehacer su vida y buscar nuevas oportunidades.
El funcionamiento del Proyecto Cisne
Para conocer a detalle sobre sus actividades, este medio entrevistó a Adrián Berrozpe, operador socio-educativo del centro y delegado del sector ATE Capital.
“El proyecto cisne nació el año pasado y es impulsado por los trabajadores del programa InDiCu, por lo que es un trabajo que se realiza entre operadores socioeducativos del CSRC”, explicó.
El mismo, tiene como objetivo “trabajar la inclusión de diferentes maneras con los pibes que están privados de su libertad acá en el centro”, manifestó el entrevistado.
A modo de ejemplo, contó: “se laburó en todo el año con los chicos para presentar la muestra de un cisne gigante en la ex ESMA, donde la idea era construir una obra artística de manera colectiva”.
Respecto a la exposición de la muestra, Berrozpe destacó que les chiques la construyeron a partir de una técnica de origami. De este modo, en el día a día, hacen diferentes tipos de trabajos en la escuela que está dentro del Centro, con la esperanza de obtener un futuro estable.
La experiencia laboral
Uno de los trabajos más recientes producidos en el taller socio productivo “La Revancha”, que es parte de la iniciativa Proyecto Cisne. Allí realizan unos cuadernos que surgen a partir de una experiencia de trabajo autogestiva y cooperativa entre los jóvenes alojados en el CSRC.
En la cuenta de Instagram de Proyecto Cisne, se pueden ver los materiales producidos que están a la venta. Se trata de cuadernos realizados artesanalmente, desde su diseño hasta su ensamblado con diferentes motivos y tamaños.
En torno a estos talleres socio productivos, Berrozpe cuenta que la idea es la de “generar una experiencia laboral real, donde los chicos realicen producciones que tengan un valor económico. Y que con esa plata la puedan usar para comprar cosas de necesidades básicas que utilizan acá”, explicó.
Sobre el futuro de estos jóvenes, expresó la idea de conseguir un vínculo con una cooperativa. En la actualidad, “estamos trabajando con Lidia Pérez, que es parte del INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo). Proyectamos formar una alianza estratégica o un convenio con la cooperativa Hombres y Mujeres”.
En este sentido, el entrevistado destacó que “la idea es formalizar este proyecto de inclusión laboral, que los chicos empiecen trabajándolo acá en el centro y que el día que salgan puedan ser recibidos por estas cooperativas con la experiencia y formación laboral”.
A su vez, ponderó la transformación del lugar donde se realizan estas prácticas. «Lo que antes eran espacios de castigos, es donde hoy desarrollamos los talleres», apuntó Berrozpe, dando cuenta de los cambios que se vienen desarrollando.
Cambio de paradigma
Si bien el Proyecto Cisne tiene un año, el operador socio educativo del programa, Adrián Berrozpe, contó que llevaban más de cuatro años peleando por su aplicación.
En este sentido, destacó el cambio de eje y visión política en la DGRPJ: “con la llegada del nuevo Director, Nicolás Echarri, empezaron a ver que nuestro proyecto era una salida posible”.
Por otra parte, se lamentó: “el corazón de estos proyectos solemos ser los trabajadores que estamos precarizados y mal pagos, que vivimos en muchas situaciones que no se nos reconoce debidamente”.
Pese a ello, afirmó que apuestan “a construir estos proyectos que creemos que son emancipadores, cuando un pibe genera el principio de esperanza y lo construye con herramientas para creer en sí mismo y poder tener otro margen de vida social”.
Para cerrar, Bezrrope agregó: “creemos que ese destino no se construye individualmente, sino de forma colectiva y creemos importante que esto sea a través de la economía popular, social y solidaria”.