Este martes se celebra el Día Internacional de la Internet Segura, que busca concientizar sobre los usos correctos del Internet, sobre todo entre les más jóvenes. En este marco, la organización civil sin fines de lucro Chicos.net realizó un informe para evitar usos excesivos de la tecnología en las infancias.
El estudio debate si se puede hablar de una “adicción” a la hora de referirse a la relación entre les jovenes e Internet. Así también, aborda el uso que le dan las diferentes generaciones al término. Al respecto, desde la organización pidieron evitar utilizar el término “adicción” para no encasillar a les niñes y adolescentes y “permitirles ir moderando su tiempo de conexión”.
Asimismo, brinda recomendaciones para las familias, aconseja consensuar con les niñes momentos de desconexión de las tecnologías en horas claves del día. Por ejemplo, al momento de comer y antes de dormir. Del mismo modo, se aconseja no recaer en el entretenimiento tecnológico y proponer salidas al aire libre y encuentros con amigues. No obstante, es importante remarcar que pautar el tiempo de pantallas no significa prohibir el acceso a Internet.
La organización sugiere que les padres y madres no deben asumir que sus hijes saben lo que hacen porque son “natives digitales”. Además, es necesario diferenciar actividades que estimulan la creatividad de otras que proveen un consumo pasivo.
Internet, ¿un consumo problemático?
A partir de entrevistas, focus group y encuestas realizadas a nivel nacional entre 2020 y 2022, Chicos.net profundizó en las diferentes percepciones que tienen las distintas generaciones de padres, jóvenes y niñes sobre el concepto de “adicción”.
Según los resultados que observó el laboratorio, hay una brecha en las percepciones de adultes y adolescentes sobre el uso de las tecnologías. Mientras les padres y madres consideran que sus hijes tienen un vínculo adictivo con los dispositivos, les más jóvenes creen que lo tienen bajo control.
En este sentido, les adultes perciben que les niñes y adolescentes no pueden despegarse de los dispositivos electrónicos y siempre eligen lo digital, inclusive en actividades presenciales. Según el informe, “estos temores son más pronunciados entre quienes tienen hijas mujeres y cuanto más pequeños son de edad”.
“Los adultos utilizan la palabra adicción para describir este vínculo porque es un término muy instalado en nuestra sociedad”, aseguró Marcela Czarny, directora de Chicos.net. A la vez, ejemplificó: “Solemos decir ‘tengo una adicción a la comida’, ‘no puedo dejar de ver la tele, estoy adicto’, etcétera”.
Sin embargo, para Czarny “cuando hablamos de cómo los chicos y chicas utilizan los dispositivos conectados, es mejor hablar de uso excesivo, uso indiscriminado, pero no hablar de adicción”. Además, aclaró que “no cualquiera es un adicto”.
De esta forma, si bien remarcó que como adultes hay que estar atentes frente a los peligros del Internet, advirtió que generalizar desde el prejuicio “sólo conlleva una estigmatización en vez de ayudarlos a desarrollar criterios y estrategias de protección frente al uso de los dispositivos”.
En este contexto, hay otro perfil más minoritario de adultes que acepta la tecnología como “la nueva realidad hoy y a futuro”. La directora explicó que aquelles “ven de modo más positivo y optimista el vínculo de sus hijos con la tecnología y celebran la multiplicidad de opciones y aprendizajes a cero costo que esta les puede ofrecer”.
Qué consecuencias puede tener el uso excesivo de Internet
Según el psicólogo especialista en juventud y miembro del equipo consultor de Chicos.net, Sergio Balarnini, en la mayoría de los casos no se trata de un consumo que afecta orgánicamente a determinadas áreas del cerebro. Sin embargo, frente al exceso de uso pueden observarse síntomas de deterioro físico por falta de sueño y de actividades deportivas, entre otros efectos nocivos para el desarrollo en etapa de crecimiento.
A su vez, les jóvenes pueden enfrentarse a un estado de ansiedad y una eventual depresión como consecuencia a la exposición frente a ciertos mensajes y publicaciones en las redes sociales. Por ejemplo, el uso de filtros tensiona entre el valor social de jugar con la propia imagen y el efecto real en la autoestima al ver imágenes idealizadas.
Recomendaciones
Desde la organización recomendaron a les adultes pactar reglas para fortalecer la autogestión del tiempo y consensuar horas para pasar frente a las pantallas. Esta medida ayudaría a “la construcción de criterios que ayuden a equilibrar por sus propios medios las actividades online y offline”.
Además, remarcaron que hay que “pensar en que las diferentes etapas de la niñez y la adolescencia implican un abordaje diferente con relación al vínculo que tienen con la tecnología”. En les más pequeñes, “es necesario seleccionar actividades y juegos que estimulen el aprendizaje y evitar usar los dispositivos para que estén tranquilos”. En el caso de les más grandes, les especialistas hablaron de la importancia de conversar en familia sobre lo que les gusta y no les gusta del videojuego, “es una manera de comenzar a reflexionar y formar criterios”.
Según el informe, poder comprender y conversar en familia sobre el funcionamiento de plataformas, redes sociales y videojuegos es muy beneficioso. “Permitirá desarrollar estrategias que ayuden a decidir cuándo conectarse y cuándo desconectarse, en lugar de que la tecnología decida por nosotros”, concluyeron.