El pasado lunes comenzó la convocatoria de 2000 voluntaries para testear la vacuna argentina ARVAC – Cecilia Grierson contra el Covid 19.
Así lo anunció la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, quien destacó que “el enrolamiento de los sujetos voluntarios posibilitará testear el fármaco y poder realizar el ensayo clínico fase 2/3 como refuerzo”. La funcionaría precisó que del estudio participarán 2.000 personas y sostuvo además que espera concluir la etapa “de un modo relativamente rápido”.
Además, Vizzotti remarcó el gran logro científico que significa esta vacua. “Es la primera vez en la historia que se hace un ensayo clínico fase 1 y fase 2/3 en la Argentina de un producto nacional”, expresó.
El desarrollo del fármaco
La vacuna es producto de la colaboración entre la Universidad Nacional de General San Martín (UNSAM), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y el Laboratorio Cassará. En total participan en la investigación más de 100 científiques, todes pertenecientes a diversas disciplinas.
Además de las mencionadas entidades colaboran en el estudio el Centro de Medicina Comparada de la Universidad Nacional del Litoral (CMC UNL), F.P. Clinical Pharma, Nobeltri, el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida de la Universidad de Buenos Aires (INBIRS) y el Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas Norberto Quirno (CEMIC).
Según señaló la UNSAM, los resultados obtenidos hasta el momento muestran que ARVAC “es muy inmunogénica ya que logró aumentos de hasta 30 veces los anticuerpos neutralizantes contra el virus”.
Dichos resultados se suman a otras características positivas de la vacuna, entre ellas que es adaptable a otras variantes que circulan en países de la región. Sus valoraciones hasta la fecha la posicionan como la candidata ideal para dosis de refuerzo en Argentina y Latinoamérica.
Las ventajas de la vacuna argentina
ARVAC presenta algunas características que la distinguen de otros desarrollos. Se trata de un fármaco de segunda generación, cuyo diseño, el cual contiene el cambio de variante, contempla su uso como refuerzo.
De acuerdo con la UNSAM, el fármaco permite aumentar la protección frente a las nuevas variantes del virus, respecto a las vacunas que actualmente se utilizan como refuerzo. La versión argentina se basa en la tecnología de proteína recombinante, que se utiliza desde hace décadas para fabricar la vacuna contra la Hepatitis B.
La vacuna se puede almacenar y transportar refrigerada (a temperaturas de 2 – 8 °C). Además, el fármaco está diseñado para que, en cuatro meses, su principio activo pueda actualizarse para hacer frente a nuevas variantes del virus que escapen a la respuesta inmunológica de la población.
ARVAC vs otras vacunas
Las vacunas que utilizan un virus como vector, al igual que la Sputnik o la AstraZeneca, presentan su desventaja. Según la UNSAM, esta radica en la posibilidad de perder eficacia en personas cuyo sistema inmunológico creó anticuerpos específicos contra esos vectores virales. Por su lado, la vacuna argentina ARVAC tiene un formato más tradicional, ya que consiste en inyectar una muy pequeña porción purificada del virus producida en laboratorio mediante biotecnología. Por ese motivo, es apta para su aplicación como fármaco de refuerzo en individuos ya vacunados con otro tipo de inmunizaciones.