Haciéndole frente a una economía compleja, y con una inflación que ya superó el 94% en 2022, empezaron a surgir propuestas que buscan paliar una de las principales preocupaciones de les argentines: la comida.
Sin embargo, la inseguridad alimentaria producto de la crisis económica no es el único problema en torno a la alimentación. Como contracara, de manera paradójica, Argentina también enfrenta la pérdida y el desperdicio de alimentos.
Entre las iniciativas ideadas para dar batalla a esta problemática, se destaca el programa que dona frutas y verduras del Mercado Central de Buenos Aires para 450 comedores.
Denominado Programa de Reducción de Pérdidas y Desperdicios y Valorización de Residuos (PRP), se encarga de recuperar los alimentos que antes se desechaban. Además, funciona también como una fuente de trabajo para más de 20 personas.
A través de gestiones por parte del área de Calidad y Transparencia del Mercado, los productos que antes se enviaban a la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE), comenzaron a ser recuperados para su consumo.
Así, desde el inicio del PRP en 2020 hasta noviembre del 2022, se redujo en un 46% las pérdidas de alimentos. En total ya fueron donados 2.5 millones de kilos de alimentos. Por otra parte, se generaron 3.8 millones de kilos de residuos para el compostaje.
Winim: la app que busca que todes ganen
Otra herramienta para batallar el hambre es la PyMe que devino en app y que lucha contra el desperdicio de comida. Bautizada como “Winim”, nació en 2019 bajo la premisa del “win-win-win” (“ganar-ganar-ganar”). Gracias a ella, los comercios pueden vender la comida y les usuaries pueden adquirirla a un precio accesible.
De esta manera, la aplicación sirve para hacer circular los productos en sobrestock de aquellas empresas de alimentos que, por diversos problemas, no pudieron comercializarse a pesar de estar aptos para su consumo.
Entre los motivos que suelen presentarse se encuentran la sobreproducción; packaging defectuoso (pero que aún preserva la calidad); cambios en su envoltorio o imagen de marca o fecha de vencimiento cercana.
Santiago Guglielmetti, uno de los fundadores de Winim, en diálogo con Télam, explicó: «Lo que hicimos fue encontrar en el gran producto de sobrestock de grandes de empresas. Localizamos lo que no se va vender, lo conseguimos con un gran descuento, y lo llevamos a barrios populares. Por ejemplo, en el Barrio Padre Mugica, Rodrigo Bueno o la Fraga”.
Los alimentos: una preocupación social y ambiental
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cada año se pierde alrededor del 14% de la producción alimentaria. Además, minoristas y consumidores acaban desperdiciando otro 17%.
En Argentina, por su parte, cada año se desaprovechan aproximadamente 16 millones de toneladas de alimentos, lo que representa el 12,5% de la producción agroalimentaria.
La cifra resulta alarmante si se tiene en cuenta que, según un informe de UNICEF, en 2022 más de un millón de niñes y adolescentes argentines dejaron de alimentarse con alguna comida por falta de dinero. En el caso de les adultes, el número total ronda los tres millones.
Por otro lado, la pérdida y el desperdicio de alimentos también contribuyen a la crisis climática. Es que estos desechos alimenticios producen el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
Además, según un estudio del Instituto de Ingeniería Sanitaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA), estos descartes representan más del 40% del total de la basura en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Mientras que en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) alcanzan más del 37%.