A modo de cierre tras otro año de lucha por la igualdad de oportunidades para la comunidad travesti-trans, el Bachillerato Travesti-trans Mocha Celis realizó un viaje de egresades para coronar el 2022.
Con el objetivo de conocer más sobre la experiencia y qué significó para elles, Nota al Pie habló con el director de la institución educativa, Francisco Quiñones. El mismo abordó, además, las diferentes problemáticas que todavía atraviesan el colectivo travesti-trans y otras diversidades sexuales.
El Bachillerato Travesti-trans Mocha Celis surgió formalmente como institución educativa en 2011. Desde aquel año desarrolla sus funciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), en el barrio de Balvanera.
Respecto al viaje de fin de ciclo lectivo 2022, Quiñones afirmó que “fue muy impactante, muy hermoso”. Además, contó que ya tuvieron una experiencia en 2021 y agregó: «Unas organizaciones nos cedieron un espacio en sus colectivos para que egresades de esa camada pudieran conocer Embalse (ciudad argentina)”.
Al viaje del año pasado asistió toda la comunidad de la escuela y el destino fue la ciudad de Chapadmalal, en el partido de General Pueyrredón. Al respecto, el entrevistado destacó la política pública del Ministerio de Turismo en cuanto a la concreción del mismo.
Por otra parte, Quiñones enfatizó en que se trata “de una población que tiene un promedio de vida de 35 años”. A su vez, expresó: “Muchas y muchos de nuestros estudiantes, que tienen entre 25 y 30 años, no conocían el mar. Y eso fue muy impactante, verles disfrutar”.
Ampliar derechos
En el marco del cambio de año, el director de Mocha Celis hizo un balance acerca de lo que fue el 2022 para el Bachillerato. “Nos mudamos a un edificio nuevo que nos permite acompañar el crecimiento en nuestra matrícula”, comentó.
Además, en relación a la comunidad estudiantil, Quiñones afirmó: “Pasamos de tener 30 estudiantes por curso a tener una inscripción de casi 100”.
En referencia al incremento, el entrevistado explicó que solicitan al Gobierno de la Ciudad el reconocimiento de su planta funcional duplicada. “Esto es porque no podemos dar respuesta a tanta gente que ha quedado por fuera del sistema educativo y que desea finalizar sus estudios en la Mocha”, precisó.
En tanto, les egresades 2022 fueron la novena camada de recibides del Bachillerato Travesti-trans. El curso estaba conformado por 28 estudiantes, quienes recibieron el título de “Perito Auxiliar en Desarrollo a las Comunidades”.
“Estamos muy contentes con el año 2022 porque no solo creció el Bachillerato, sino que creció nuestra asociación civil. Tanto así que nos reconocieron en la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Francia”, celebró Quiñones.
Continuidad de la lucha
Por otra parte, el entrevistado habló acerca de la situación actual de la población travesti-trans y no binarie (TTNB) en cuanto al acceso a la educación. En ese sentido, reflexionó sobre los aspectos que se deben trabajar.
El director de la Mocha Celis señaló: “En 2022 pudimos generar el Encuentro Federal de Educación Travesti-trans. Y hay más de 20 espacios educativos que están generando en las provincias para dar respuesta a esta necesidad de acceso a la educación”.
Además, indicó que “durante la pandemia quedó muy expuesta la diferencia en términos de acceso a derechos para la población TTNB”. En esa línea, aseguró: que “en educación concretamente hay una brecha; por ejemplo, en el acceso a la tecnología”. Sin embargo, destacó que esa deficiencia se pudo abordar por medio de un proyecto de alfabetización digital.
Asimismo, analizó los aspectos que deben mejorar respecto de la educación para las personas TTNB. “Hay que seguir trabajando con la aplicación de la educación sexual integral. Nuestra propuesta lo que hace es tratar de reparar esa expulsión temprana que hubo de las escuelas de la comunidad de TTNB y que están teniendo ahora la oportunidad de finalizar sus estudios”, planteó.
A su vez, sostuvo que “hay que pensar la educación en un sentido de doble vía. Para la población travesti trans y desde la población travesti trans hacia la sociedad”. Por último, se refirió al rol del Estado, el cual “debe recoger las demandas y modificar sus protocolos para una educación laica, gratuita pública y con perspectiva de género y diversidad”.