Durante diciembre continúa la presentación de Una obra más real que la del mundo, que invita a redescubrir el Cementerio de la Chacarita de la mano de guías teatrales. La segunda creación de la compañía teatral La Mujer Mutante consiste en casi dos horas en las que, entre cuentos de ficción y realidad, les actores trasladan a les visitantes por los laberínticos espacios del Sexto Panteón o Gran Panteón de la necrópolis.
En ella, cada visitante hallará, desde sus recuerdos y vivencias, la manera de reflexionar sobre la vida y la muerte. Además, podrá sumergirse en parte de la historia argentina, descubrir otra manera de mirar un cementerio y sosegar la curiosidad.
A su vez, representa una reivindicación histórica de una mujer, Ítala Fulvia Villa, y su increíble obra arquitectónica. Las funciones tienen lugar los sábados a las 14 horas y son gratuitas, con una invitación a colaborar. Las entradas se reservan cada viernes a través de https://www.eventbrite.com.ar/o/la-mujer-mutante-53806486213.
Cabe mencionar que la experiencia no es apta para personas con algún tipo de discapacidad motriz, ya que por más de dos horas se suben y bajan escaleras, se caminan diferentes espacios, galerías y calles de esta increíble necrópolis de la ciudad porteña.
Una obra más real que la del mundo fue ideada por Victoria Roland y Juan Coulasso, y se encuentra dirigida por este último. La pieza teatral cuenta con textos de ambos sumados a colaboraciones de les actores, quienes representan diferentes personajes entre históricos, revolucionarios y fantasiosos. Elles son Milva Leonardi, Nahuel Caputto, Ignacio Pereyra, Flor Sanchez Elia, y Agostina Botta.
El origen de la propuesta
Ya han pasado cuatro años desde que la compañía teatral La Mujer Mutante buscó, con total ingenio, la manera de expandir su arte. Lejos de lo tradicional, sus integrantes crearon una obra que se convierte en una experiencia increíble y movilizadora.
En 2019, la obra fue parte y coproducida por la Bienal de Arte Joven, el XIII Festival Internacional de Buenos Aires, el Programa Barrios Creativos, BaCultura y Roseti. Hoy, si bien la compañía que la lleva adelante ofrece su arte de manera gratuita, se puede efectuar una colaboración a voluntad.
Galería subterránea número 19
El escenario mayormente elegido para la obra es el Gran Panteón del Cementerio de Chacarita, diseñado y construido por Ítala Fulvia Villa (1913-1991) entre 1950 y 1958. Se trata de la sexta mujer recibida de arquitecta en la Universidad de Buenos Aires (UBA), quien formó parte de los debates del Grupo Austral, la vanguardia moderna argentina de esa época.
Sin embargo, en el panteón no aparece su firma y hay quienes atribuyen la obra a Tesla, que en verdad trabajaba para ella. Los colosales mausoleos subterráneos se encuentran en el corazón de las 95 hectáreas que forman el predio de esta necrópolis.
La llamada parte nueva de la Chacarita constituyó el primer ensayo mundial de arquitectura moderna aplicada a un ámbito funerario. Se trata de una propiedad horizontal en negativo de galerías subterráneas, creada para alojar 40 mil nichos, en una distribución racional de varios niveles.
Es una obra de estilo brutalista, desarrollada con extremo cuidado por los detalles, en el límite entre la arquitectura y el urbanismo. Este es un sello de la arquitecta, quien en esa época formaba parte de la Dirección General de Arquitectura y Urbanismo. En este sentido, la hacedora buscó darle a la estructura una visión funcionalista de la muerte y dejó atrás los estilos clásicos de los cementerios históricos.
Deambular por los pasillos de la muerte
La cita de Una obra más real que la del mundo comienza en el portón de la entrada al Cementerio de Chacarita, ubicado en Av. Guzmán 680, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Allí, uno de los personajes introduce y narra brevemente parte de la experiencia. Además, entrega un mapa que servirá como un guía para conducirse por los espacios subterráneos en donde transcurre esta pieza performática a dos pisos bajo tierra.
El actor porta un grabador de música antiguo, que dará un marco sonoro a toda la experiencia. Durante el desarrollo de la obra, distintos personajes se sumarán para contar parte de la historia de la creación de la necrópolis, del sexto mausoleo y de su arquitecta, quien nunca fue reconocida.
La experiencia es única, entre poética y resignificativa, sin golpes bajos y de suma estética. Las actuaciones son muy buenas, con textos que indagan sobre el dolor, los cambios de rituales y entierros de los fallecidos.
Con una puesta teatral cuenta con momentos picarescos y hasta reivindicatorios al espacio sepulcral de la clase trabajadora. De esta forma, interpela a les visitantes, les permite filosofar acerca de la vida y la muerte y percibir al cementerio desde otra mirada. Imperdible.