Les vecines del Barrio 1 de noviembre, ubicado en la localidad bonaerense de Ciudad Evita (Partido de La Matanza), reclaman, una vez más, un techo digno donde vivir y criar a sus hijes. Si bien compartieron su situación con las autoridades matanceras, estas no emiten una solución concreta para elles.
El conflicto cumplió un año desde su origen y aún no han recibido respuestas concretas de la municipalidad, quienes deberían garantizarles su bienestar y el cumplimento de sus derechos básicos. En definitiva, este es el reclamo central de les vecines: un lugar seguro donde vivir.
Nota al Pie dialogó con Sara Herrera, una de las vecinas referentes del barrio, quien se expresó ante esta situación preocupante. “En esta instancia, que cumplimos un año, fuimos a la marcha de Guernica, donde pudimos hablar y contar nuestra situación sobre la problemática habitacional que venimos padeciendo”, explicó Sara.
También destacó que tuvieron una reunión con una autoridad y se comprometieron a abastecer los merenderos y a censarlos. Pese a lo dicho, aún no tienen fecha establecida para el censo. Sara comentó que les dijeron que a partir de los primeros días de noviembre hasta diciembre tienen tiempo para llevarlo a cabo. Sin embargo, hasta el día de hoy no coordinan la fecha.
“Ayer jueves marchamos con los barrios linderos, como Virrey del Pino y “la Nicole”, para reclamar por un proyecto de urbanización que llevamos al concejo deliberante. Lo votaron positivo pero la municipalidad no quiere dar el brazo a torcer, no quiere solucionar el conflicto”, reclamó la vecina .
La última represión
El pasado 26 de octubre, les vecines del barrio sufrieron una cruda represión, cuando las familias que lo habitan fueron desalojadas sin tener una respuesta sobre la crisis habitacional. Hace un año están esperando una mesa de diálogo, una reubicación y el abastecimiento de merenderos donde se alimentan más de 300 niñes.
Les niñes no son un factor menor en la crisis habitacional. Por el contrario, son un gran foco de preocupación ya que todos sus derechos básicos y esenciales deberían ser cumplidos sin excepción.
Cuando la única preocupación de un niñe menor de edad debería ser jugar libremente con sus amigues, la realidad es muy distinta. Les niñes del barrio se preocupan por su alimento de cada día y el lugar en donde dormirán.
“Necesitamos una solución lo antes posible. No podemos vivir en situación de calle, solo pedimos tierra para vivir un futuro para nuestros hijos, que es el derecho más básico”, expresó Sara.
Por otro lado, les vecines depositan la responsabilidad del conflicto a la intendencia de Fernando Espinoza. Incluso, en la reunión que tuvieron a principio de año, en enero de 2022, la municipalidad se había comprometido a:
1) Articular la mercadería para los 5 merenderos para los niños del barrio 1 de noviembre
2) Compartir con las familias un informe catastral de las tierras ociosas
3) Hacer una mesa de diálogo con todas las partes para llegar a una resolución pacífica de este conflicto.
Sin embargo, ninguno de estos puntos fueron cumplidos por el municipio, ya que un año después les vecines siguen luchando y continúan sus reclamos por la causa de urbanización. Han pasado por diferentes reuniones, por diferentes autoridades que prometen una solución, pero aún no la reciben. En definitiva, se encuentran desamparados, a la espera de la misma.
“Las familias necesitamos viviendas dignas, soluciones, no necesitamos sus policías ni sus patrulleros. Solo pedimos un pedacito de tierra para vivir. Llamamos a la solidaridad de todos aquellos que puedan ayudarnos a proteger nuestro derecho”, comunicó Sara Herrera.
Al mismo tiempo, resaltó que todas las familias dicen basta de balas, basta de quemas a merenderos, basta de hostigamiento policial y sí a una solución. ¿Cuánto tiempo más tendrán que esperar para obtener un lugar digno donde vivir?. ¿Merecen el hostigamiento que reciben por solo reclamar un derecho básico como la vivienda?. Las preguntas siguen sin respuesta.