A 35 años de la creación de Libres del Sur, por entonces llamada Patria Libre, el actual presidente del partido, Humberto Tumini se hizo eco de los reclamos del pueblo trabajador y compartió el documento fundacional de 1987. “En nuestra Argentina vuelven a hacerse sentir con fuerza las voces de aquellos que anhelan un país libre, sin miseria ni opresión, sin explotadores ni explotados”, expresaba el mismo.
Defensa de la Patria y les trabajadores
En esta misma línea, el documento recordaba las raíces del partido y llamaba a los compañeros, compañeras y organizaciones “los continuadores de aquellos que desde el fondo de nuestra historia nos dicen que jamás en esta tierra aceptamos calladamente que nos roben”.
A través de un espíritu guiado por la defensa de la Patria y de los derechos de les trabajadores, la carta fundacional destaca la labor de San Martín y de los criollos federales. Así como también de los obreros de principio de siglo y los soldados de Malvinas.
En su difusión original, el documento realizaba un llamado a la “izquierda combativa y revolucionaria, nacional y popular, que viene brotando del seno de los trabajadores, de los estudiantes, de los barrios, de todo el pueblo” a unirse en “una nueva organización política”.
“Es este un desafío que tenemos los revolucionarios para avanzar en el agrupamiento de nuestras fuerzas; es una herramienta imprescindible que debemos ofrecer a los mejores activistas y luchadores, que canalice y multiplique sus voluntades”, expresaba el escrito.
La organización ideal, según Libres del Sur
En el momento de su fundación, la entonces llamada Corriente Patria Grande se constituía como “una organización para la lucha, capaz de estar al frente de todas las batallas que libra nuestro pueblo”. Al respecto, el documento señalaba: “Seremos radicalmente distintos de tantos partidos liberales que hoy vemos en nuestro país”. En este sentido, se refería a ellos como “estructurados para ser parte del sistema y no para cambiarlo”.
De este modo, se dibujaba una línea entre la actual Libres del Sur y el resto de los partidos. Según los principios expresados, la organización no estaría compuesta de afiliades desinteresades; sino que será una estructura de militantes de pura cepa que “no sólo simpatizan con un proyecto político, sino que además lo llevan al seno de las masas, construyen allí la organización y participan activamente de la vida de esta”.
Asimismo, el documento señalaba que “para alcanzar la liberación nacional y social es preciso luchar denodadamente muchos años y bajo distintas circunstancias”. Y criticaba a aquelles dirigentes que solo buscaban “hacer carrera política”.
En contraposición, el documento caracterizaba a les dirigentes ideales. En primer lugar destacaba que deben “ser los mejores, los más consecuentes, firmes y esforzados”. Además, establecía que “deben ser elegidos democráticamente por los compañeros” y no contar con privilegios ni prebendas.
“Su único interés personal debe ser defender los intereses de su pueblo y de sus compañeros respetando escrupulosamente el mandato de ellos, en las circunstancias que sean”, expresaba.
No hay prestigio, solo lucha
De acuerdo con lo que se ponía en manifiesto, tanto hombres y mujeres debían mostrarse “valerosos frente a los enemigos de la Patria, decididos a superar cualquier obstáculo y a no acobardarse ante las dificultades del camino emprendido”.
“En esta organización no hay lugar para la búsqueda de prestigio o de beneficios personales de ninguna índole, sólo hay un puesto de lucha”, proclamaba el documento. Además, entre sus párrafos señalaba como había que tomar las enseñanzas de quienes buscaron la liberación de la Patria, “entre el objetivo buscado y la organización que se construye no puede haber contradicciones”.
“No importa los sacrificios que tengamos que hacer ni el tiempo que haga falta, no tengan dudas vamos a vencer”, aseguró Tumini. En este sentido, agregó: “Dejaremos atrás este país para pocos, tan injusto, y nacerá una nueva Argentina que nos cobije a todos y a todas”.