Según se conoció de manera reciente, el “clan Moyano” parece haber llegado a su fin en el fútbol argentino y de la peor manera. En ese sentido, tanto Hugo como Pablo Moyano sufrieron reveses que los colocan en el camino para volver a dedicarse solo al mundo sindical.
La actualidad deja ver que el fútbol es una gran oportunidad para muchos ajenos a este medio. En ese sentido, muchos de ellos pretenden vincularse a este deporte con el propósito de ampliar sus currículos. A su vez, lo que también se logra observar es que no siempre estos proyectos salen de la mejor manera, y ahora en Argentina le tocó pagar a los Moyano.
Malas gestiones, deudas y poco beneficio deportivo
Por un lado, están las elecciones a presidente que se realizaron hace unas semanas en Independiente de Avellaneda, momento en el que les hinchas del rojo exclamaron un cambio de timón.
En tanto, de manera más reciente, se consumó el descenso del Club Atlético Social y Deportivo Camioneros al Torneo Regional Amateur. Dicho club fue fundado por ellos en 2009. Es así que este tiempo de presencia en el fútbol solo dejó malas gestiones, deudas acumuladas y poco rédito deportivo.
Hugo Moyano fue electo como presidente de la institución de Avellaneda el 6 de julio del 2014, tras el ascenso del club a la Primera División. Su llegada supuso un “salvavidas” luego de una olvidable campaña en la segunda categoría del fútbol argentino, la extinta B Nacional.
En su momento, el sindicalista y dirigente deportivo sostuvo: “No vamos a defraudar a la institución ni a los socios”. Sin embargo, luego de 8 años la realidad demuestra lo contrario porque hace tiempo se pedía su renuncia.
De igual manera, no era la primera experiencia del sindicalista al frente de un club, ya que cinco años antes fundó, junto a su hermano Pablo, el club Camioneros.
De forma simultánea, con el ascenso del “Rojo”, la institución familiar lograba llegar al desaparecido Torneo Federal B. Así, el primer gran anuncio del flamante mandatario del “Rey de Copas” fue darle la bienvenida al nuevo técnico, Jorge Almirón, luego de la salida de Omar De Felippe.
En total el ex entrenador de Lanús dirigió 35 partidos con 14 triunfos, 11 igualdades y 10 caídas. La derrota más significativa fue ante Racing, la cual derivó en su renuncia. El presidente debía buscar un apellido con un proyecto que le permitiera al club volver a los planos importantes de la competencia. En efecto, los próximos técnicos le dieron caras distintas a Independiente dentro del fútbol sudamericano.
Grandes alegrías
Con la idea de contratar a un entrenador para construir un proyecto europeo, se concretó el arribo de Mauricio Pellegrino. A pesar de las altas expectativas, su ciclo se acabó al poco tiempo y pasó sin pena ni gloria.
La siguiente jugada del presidente se ejecutó en base al pedido masivo del hincha, por lo que se acordó la llegada de un histórico como Gabriel Milito. Aunque los simpatizantes estaban contentos, la nueva etapa solo duró 7 meses.
“No fue un paso más, pero no fui capaz de conseguir lo que pretendía”, explicó en aquel entonces el actual técnico de Argentinos. Para reemplazar el hueco en el banco de suplentes, Hugo Moyano acudió a su mejor decisión en 8 años, contratar a Ariel Holan. Desde diciembre del 2016 se observó un equipo con identidad y que sabía lo que jugaba. Con grandes performances deportivas obtuvo sus frutos un año después al conquistar la Copa Sudamericana luego de vencer al Flamengo en el mítico Maracaná.
Al unísono, en la zona de Esteban Echeverría se producía otra gran alegría para la familia sindical: Camioneros obtenía el ascenso al Torneo Federal A. Quedará en la memoria aquel 20 de diciembre cuando el “Verde” conseguía el campeonato para seguir con su escalada en el fútbol argentino. Además de que ambos hermanos estuvieron presentes en la cancha y dieron la vuelta olímpica con el plantel.
Segundo mandato de Moyano
Al poco tiempo de la consagración a nivel internacional hubo elecciones en Independiente y Moyano fue reelecto con el 89% de los votos de les socies. Con una estadística de votación enorme, comenzó el segundo mandato y a la vez el principio del fin de su estadía en Avellaneda. Lo primero que salió a la luz fueron fuertes cruces y diferencias dentro de la Comisión, lo que llevaría a renuncias importantes y críticas públicas.
De este modo el poder dirigencial se concentró en los hermanos Moyano y el secretario general, Héctor “Yoyo” Maldonado. Con la vara bien alta y el objetivo de conseguir la Copa Libertadores, se tomaron decisiones que complicaron el andar del club.
Se cumplieron todos los pedidos de Holan, mediante pagos exuberantes en los salarios pero los resultados no acompañaron y el club cayó al fondo. Por lo que, con la mira en lo deportivo, se dejó de lado lo más importante: equilibrar las finanzas.
Da cuenta de lo caótico que estaba todo se observa en el hecho de que desde mediados de 2019 hasta la fecha pasaron cinco entrenadores, sin contar interinatos. Incluso, a modo de cadena, Camioneros tampoco atravesaba un gran momento deportivo con pobres temporadas, malos resultados y preocupación en lo institucional. En Avellaneda cada nueva decisión para tapar una anterior agrietaba la relación con les simpatizantes que comenzaban a ver la realidad.
Un desenlace explosivo
Como muestra de lo que sufría Independiente, en su momento se vendió a Alan Velasco, la gran promesa del momento, para cancelar grandes deudas. De todos modos, lo financiero no tenía paz en el club, así fue el polémico caso de Gonzalo Verón. El futbolista le inició un juicio laboral en 2020 por 6,2 millones de dólares y el Tribunal N°2 falló a su favor. El “Rojo” fue sancionado con un embargo de los derechos audiovisuales por 18 meses.
A su vez, lo relacionado al marco institucional seguía el mismo curso que lo económico, ya que las elecciones a realizarse en 2021 fueron suspendidas. Lo cual fue lo que colmó la paciencia de les hinchas al impedirles que votaran por el futuro de su club.
En cada partido, tanto local como visitante, aumentaba la reprobación para los Moyano, quienes solo tenían el apoyo de la “barrabrava” oficial. La decisión del aplazamiento fue lo que enterró su ciclo.
Con un estadio a puro insulto por el mal presente económico, institucional y deportivo del club, todo estalló el pasado 22 de julio. Una masiva multitud de hinchas se acoplaron para exigir las elecciones en Independiente y esa noche, tras balas de gomas, corridas y piedrazos, Moyano supo que el fin llegó.
Lo que media localidad de Avellaneda pedía se dio el último 2 de octubre cuando se concretaron las ansiadas y problemáticas elecciones. Fabián Doman encabezó la lista opositora que ganó, lo que lo convirtió en el nuevo presidente de Independiente.
Para finiquitar la relación de la familia Moyano con el fútbol, menos de dos semanas después, Camioneros contempló su descenso al Torneo Regional Amateur tras una paupérrima campaña. Sin sustento económico solo consiguió ganar siete partidos de 31 y cambió tres veces el técnico.
Con trece años en el fútbol, desde 2009, la historia de los Moyano llegó a su fin con pocos éxitos pero mucho sufrimiento.