El próximo viernes 30 de septiembre se estrenará “La rebelión de las flores” a las 19 h. en el Centro Cultural San Martín (Sarmiento 1551, Ciudad de Buenos Aires). Su estreno cuenta con una especial frase referencial, que engloba su concepto: “Sembraron terricidio, cosecharán rebelión”.
Dirigida por la directora, guionista y productora María Laura Vásquez, este documental busca reflejar la realidad de los pueblos aborígenes. Su emisión se desarrollará durante todo el mes de octubre, posterior a su fecha principal de estreno.
Sinopsis de «La rebelión…»
“En octubre del 2019 un grupo de mujeres indígenas autoconvocadas de territorios en conflicto ocuparon pacíficamente el Ministerio del Interior argentino durante 11 días, reclamando el cese del Terricidio en sus comunidades”. Esta presentación es el puntapié inicial para reflejar esta «rebelión» y sus acontecimientos a lo largo de este trabajo.
“Allí se enfrentaron a la desidia del Estado y a la indiferencia de parte de la sociedad. Pero lograron reivindicar la necesidad de recuperar un modo de habitar donde la reciprocidad y la solidaridad entre los pueblos y la naturaleza es una necesidad urgente”. Dicha resolución fue reflejada por Vasquez, en diálogo con Nota Al Pie.
La directora y guionista expresó la intención de querer resaltar, a lo largo de esta producción, la historia de las mujeres aborígenes. Y, sobre todo, las historias de nuestros pueblos ancestrales originados en estas tierras. Asimismo, también comentó sobre la intención de darle voz a los pedidos de JUSTICIA de las mujeres representantes de sus diversas comunidades.
¿Desde dónde surge la intención de querer hablar sobre la actualidad y el pasado de los pueblos originarios?
Básicamente he trabajado en cine político e histórico, especializada en la temática de “revoluciones latinoamericanas”. Sin embargo, no había trabajado antes el tema de las mujeres originarias ni los pueblos originarios.
Pero a medida en que uno comienza a analizar la historia de Latinoamérica, sin duda siempre es el origen al que se llega. Partiendo desde la desigualdad y la estratificación que tienen nuestros pueblos, como parte del comienzo de la conquista y colonización en América.
¿Qué hechos puede destacar del documental, de sus historias, de esta «rebelión»?
La película comenzó de una manera fortuita. Conocí a Moira Millán en una reunión con un amigo e inmediatamente me impactó muchísimo. Tanto lo que ella decía, como su planteamiento civilizatorio. Era un planteamiento diferente desde los pueblos originarios, desde las mujeres originarias y para mí, absolutamente revolucionario.
Comencé a registrar con ella algunas situaciones sin tener muy en claro hacia dónde iba el relato audiovisual. Y cuando comenzaron a pensar en hacer la ocupación pacífica del Ministerio del Interior, les pregunté si podía acompañarlas en esa acción.
Finalmente, pasé con ellas esos 11 días donde nos asentamos en el Ministerio del Interior para pedir que se acabara el parricidio en sus territorios en conflicto. Cuando ellas hablan de terricidio, hablan de todos los tipos de muerte.
Estas van desde el sicariato a sus hijos, a sus familias, incluso, a la muerte de los territorios. Todo esto enfocado de las diferentes formas de extractivismo. Y bueno, para cuando termina la ocupación pacífica, para mí quedó claro que era representante y mostraba muy cabalmente, muy concretamente que los conflictos que se habían iniciado con la colonización, seguían intactos hasta este momento.
Finalmente, ¿tuvieron respuestas por parte de los funcionarios políticos?
Al terminar la ocupación se hicieron varias promesas de tomar en cuenta los reclamos, en donde se realizó un pliego de demandas. Sin embargo, hasta el momento no sólo no se ha resuelto el tema de ninguna de las hermanas y los pedidos. Sino que están en una situación todavía más compleja que en ese momento.
¿Usted es parte de la lucha de las mujeres mapuches y qoms?
Si bien mi abuela era guaraní y como la mayoría de los argentinos, tengo herencia indígena en mi sangre, mi experiencia vivencial y experiencia cultural no ha tenido que ver con los pueblos originarios.
Pero bueno, ser parte de este registro durante todos estos años y acompañarlas me hace parte también de alguna manera de su lucha. Desde el lugar del registro y la documentación de esta.
¿Qué objetivo tuvo usted al realizar este film?, ¿Como fue recibido?
Las hermanas y Mayra, sobre todo ella que estuvo muy cerca mío, participaron en la concepción del film. Y vieron ediciones de la película intermedias, por supuesto. También se realizó un trabajo de seguimiento con algunas de ellas muy importante.
Para mí era realmente imprescindible hacer una película honesta para mí y honesta en función de ellas, de que realmente se sintieran representadas. Y si, muchas de ellas vieron el documental en el Parlamento de Mujeres Indígenas que se hizo en Salta (provincia de Argentina) hace unos meses atrás.
Realmente fue muy bien recibido en la función privada que hicimos para las hermanas. Fue muy emocionante todo lo que allí sucedió.