“Ilustro para no olvidar” es un proyecto artístico impulsado por Natalia Kabarbian a través de la redes sociales. La arquitecta, como forma de honrar nuestra historia, plasma con líneas negras finas y acuarela digital la fachada de casas antiguas que fueron demolidas o que están a punto de demolerse.
Hasta el momento tiene casi 30 ilustraciones de casas históricas en distintas partes de la Ciudad Autónoma De Buenos Aires disponibles en su cuenta de Instagram. El próximo paso del proyecto es la gestación de un libro que reúna todos los trabajos junto a sus historias.
El inicio del proyecto
Kabarbian comenzó con las ilustraciones a partir de encontrarse con la demolición de casonas históricas del barrio de Belgrano, donde ella reside. El hecho implicó la pérdida de cuatro casonas ubicadas en la esquina de Olazábal y Vidal, un punto de referencia para todos los vecinos. Tales edificaciones eran de 1888 y fueron creadas por el arquitecto Alfredo Olivari, quien también habría construido el Hospital Fiorito de Avellaneda y la Farmacia Franco Inglesa.
Fue una noche de junio que inició la ilustración de las casonas de Belgrano, mismo día en que las demolieron.
En la presentación menciona que honra cada línea de la arquitectura que fue parte de una identidad, y que ahora no está debido a “intereses mezquinos sacando provecho de un nuevo código de edificación”.
Historia y desestimación
Kabarbian comienza sus ilustraciones en frente de las casonas, para luego terminarlas unos días después de manera digital. En cada dibujo toma cada detalle, forma y color de la fachada. La presentación de los dibujos va acompañada de la ubicación, altura, barrio y el mes de demolición. Además de incluir fotos reales del lugar antes y después del derrumbe.
Asimismo, en muchos casos muestra el documento de pedido de protección histórica, que es desestimado. Uno de los casos es de la casona que estaba en la calle Juncal 1291. El mismo caso se presenta con la edificación de la tienda La Ideal, ubicada en Av. Córdoba y Serrano.
“Muchas de las construcciones nuevas son simultáneas a las demoliciones, y muchas de esas demoliciones son edificaciones no recuperables. Irreemplazables. Que conforman una historia de tiempos, de barrios, con determinadas formas y escalas. Todo eso proporciona una identidad a Buenos Aires. Una casa puede estar catalogada o no, pero para la población hay muchas casas que tienen valor y sentido más allá de lo enmarcado por la ley” afirma Kabarbian.
Otra de las casonas que tuvo el mismo final estaba ubicada en Av. Rivadavia 5848, del arquitecto Jorge Kálnay, oriundo de Hungría. El mismo también realizó el Luna Park, el Teatro Broadway y la ex sede del Diario Crítica.
De igual forma, Kabarbian denuncia la demolición de la casona ubicada en Guatemala 4178. Según la arquitecta, esta se encontraba en perfecto estado, a vistas de sus paredes. Los cuatro casos comentados son solo un panorama de la gran cantidad de construcciones que son destruidas para ser negociadas, para el posterior nacimiento de nuevos edificios.
Honrar la memoria
Tanto la autora de los dibujos como muchos de sus seguidores lamentan y comparten sus experiencias en cada uno de los lugares. Que en muchas ocasiones remontan a su infancia.
“Hay un relato que al demoler se corta y una memoria que se pierde, por eso ilustro para no olvidar. Es una forma de revivirlo, de honrarlo. Ahora recibo mensajes de usuarios en redes con fotos de casas tapiadas; otros con datos y anécdotas que dan vida a las casas que ya dibujé. Se transformó en una red hermosa donde hay un interés general en común, una red necesaria ante la pérdida dolorosa” comenta la arquitecta sobre su proyecto a Télam.