Durante la Semana de la No Dulzura, que comenzó ayer, distintos actores de la sociedad civil buscan generar conciencia sobre la importancia de reducir el consumo de azúcar. A través del lema “menos super y kioscos, más dietéticas y verdulerías”, pretenden prevenir enfermedades crónicas no transmisibles causadas por esta ingesta elevada.
Además, esta cuarta edición de la campaña se suma al apoyo a la implementación de la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos. Se promueve una mejor educación alimentaria tanto en las escuelas como en la sociedad en general a través de una concientización pública.
Esta iniciativa surgió en 2019 como una oposición a la famosa Semana de la Dulzura, que nació en 1989 para incentivar el consumo de golosinas en kioscos. Por lo contrario, esta campaña promueve una alimentación saludable y la compra de alimentos en dietéticas y verdulerías.
Cuenta con el apoyo de decenas de organizaciones; nutricionistas; emprendedores; periodistas; comunicadores; empresas y diversos actores del ámbito de la alimentación saludable.
Pancho Piñero Pacheco, presidente de la Asociación de Productores de Alimentos a Base de Plantas, explicó: “La Semana de la No Dulzura es una expresión más de una ciudadanía que crece en conciencia, reaccionando contra la vieja industria alimenticia y demandando una forma superadora de comer. Los consumidores tienden a elegir más saludable (con menos azúcar, sal, calorías y grasas), más basado en plantas, más inclusivo y ecológico. Como respuesta surge una mejor oferta, con nuevas marcas, productos, puntos de venta”.
Con un alto componente educativo, esta campaña propone “reeducar el paladar y repensar las costumbres”. Por eso, coincide con la última semana de receso escolar en algunas provincias, cuando hay mayor tiempo disponible en familia y se está más abierto a probar nuevos hábitos.
Menos exceso de azúcar, más salud
Respecto del consumo de azúcar, la nutricionista Luciana Paduano, integrante de la Asociación Argentina de Nutricionistas y Nutricionistas Dietistas (AADyND), informó que en Argentina se consumen 115 gramos de azúcar diarios por habitante. “Esto es el triple de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), que va de 50 gramos (como límite firme) y 25 gramos para obtener beneficios adicionales”, explicó
El azúcar es ampliamente utilizado en las industrias por su bajo costo, por ser conservante y porque aporta más sabor a los productos, “pero no es saludable para la población”, remarcó.
A su vez, Paduano indicó: “Favorece la obesidad y otras enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes tipo 2, el cáncer; las enfermedades cardiovasculares y enfermedades cerebrovasculares que, en su conjunto, constituyen la primera causa de muerte en el país”.
El rotulado de alimentos es importante porque muchas veces el azúcar está presente en mayores proporciones a las que se piensa. Además, existen más de 50 formas de azúcar, como jarabe de maíz o JMAF; fructosa; sacarosa; sirope de agave; dextrosa; melaza; panela; jarabe de glucosa; concentrado de fruta, entre otras.
Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos
La Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos fue promulgada en noviembre de 2021 y reglamentada en marzo de este año. El objetivo es una mayor concientización pública acerca del consumo de alimentos. A través de distintos etiquetados en el frente de los envases, les ciudadanes tendrán información clara y veraz sobre el valor nutricional de los alimentos.
Así, los paquetes podrán tener una o más imágenes de advertencia en aquellos productos que presentan niveles excesivos de nutrientes críticos o valor energético; como azúcar, grasas, sal o calorías.
“Entre otras cosas, mandará al frente al azúcar que hoy se esconde entre más de 50 nombres diferentes”, afirman les impulsores de esta campaña. “Pero la eficacia disuasoria de los sellos depende, entre otros factores, del grado de conciencia de la ciudadanía sobre la importancia de evitarlos”, señalan. Por eso, este año la propuesta es mostrar de manera directa que “el exceso de azúcar enferma y mata”.
La Licenciada en Nutrición, Antonella Robledo Irigoyen, una de las impulsoras de la Semana De la No Dulzura, sostiene que “la nueva Ley de etiquetado frontal es importante para combatir la pandemia de la obesidad y empoderar al consumidor para que pueda tomar decisiones de compra mejor informadas”.
Aclara, además, que el problema no es el azúcar en sí mismo, sino su exceso, “porque la dosis hace al veneno”. Se estima que en 1800 cada persona consumía un kilo de azúcar por año, lo que hoy consumimos en 10 días.
Los alimentos que tengan el sello frontal de advertencia no podrán ser vendidos dentro de las escuelas. Además, establece contenidos mínimos de “educación alimentaria nutricional” en los niveles educativos inicial, primaria y secundaria. “Proteger a las infancias también es uno de los objetivos de la Semana de la No Dulzura”, aclaran sus organizadores.