Este jueves anunció Boris Johnson su renuncia como primer ministro británico. En diciembre de 2019, logró la mayor victoria electoral de los conservadores desde 1987. Sin embargo, después de meses de conflictos y escándalos, perdió el apoyo no sólo de sus votantes; sino también de sus propias filas conservadoras que llevaron a múltiples renuncias de minsitres y funcionaries.
Johnson renunció como líder del Partido Conservador y declaró que habrá una elección para decidir quién será el nuevo primer ministro frente a la puerta negra de 10 Downing St, donde vive y trabaja. Aunque, frente a la posibilidad de un ministro temporario, aclaró que hasta que un nuevo líder conservador sea elegido, él seguirá al frente del Gobierno.
“En los últimos días he tratado de convencer a mis colegas de que sería excéntrico cambiar de Gobierno cuando estamos entregando tanto”, pronunció en su discurso final; y agregó: “Cuando tenemos un mandato tan amplio y cuando estamos solo un par de puntos por detrás en las encuestas”.
Existen algunas causas concretas que empujaron al ex primer ministro a elevar su renuncia públicamente. Se disparó con la renuncia del ministro de Salud y el canciller frente al manejo de Johnson sobre las acusaciones por conducta sexual inapropiada contra Chris Pincher, subjefe de la bancada del Partido Conservador en el Parlamento.
Este último también renunció durante la semana, imputado por haber abusado de dos hombres. A partir de la denuncia, el pasado miércoles comenzaron a sumarse renuncias de ministres subalternes y parlamentaries.
El Partygate puso a Boris Johnson en la mira
Durante la pandemia, cuando les britániques estaban en confinamiento debido al COVID-19, Downing Street nunca dejó su vida social de lado. Allí se celebraban eventos como fiestas de Navidad, despedidas y cumpleaños, además del conocido Partygate.
La alta funcionaria Sue Gray elaboró un informe independiente sobre estas fiestas celebradas en las oficinas del Gobierno británico. Dicho documento, que contiene 37 páginas y fotos del primer ministro en las celebraciones, dice: “Muchos de esos eventos no deberían haberse permitido”. A su vez, asevera que “la forma en que se desarrollaron no se ajustaba a la normativa covid en ese momento”.
Gray investigó 16 reuniones a las que asistió Johnson en 2020 y 2021. Johnson afirmó asumir la responsabilidad aunque se negó a dimitir del cargo.
Sumado a esto, la gestión de Johnson al inicio de la pandemia generó muchas críticas por no actuar inmediatamente en función de los cuidados necesarios para prevenir el COVID, sobre todo, en la poca protección hacia les trabajadores de la salud y les ancianes en residencias.
Sin embargo, las críticas se fueron diluyendo con el buen construido esquema y campaña de vacunación.
La derrota en las municipales de mayo, elección de medio término, motivó una primera votación a principios de junio en la que obtuvo una victoria. Aunque 41% de sus propies diputades conservadores votaron a favor de su destitución.
Más de 50 renuncias
El pasado 30 de junio, se conoció la noticia respecto al entonces subjefe de la bancada del Partido Conservador en el Parlamento, Chris Pincher. En la misma se denunciaba que había abusado de dos hombres en un club privado de Londres. Frente a la denuncia, Pincher renunció inmediatamente a su cargo que había sido otorgado por Johnson.
Pero la denuncia desató un revuelo en los medios británicos, donde se hicieron públicos, al menos, seis casos más de conducta sexual inapropiada por parte del exsubjefe. Como consecuencia, el Partido Conservador destituyó a Pincher, quien se puso a disposición para las investigaciones.
A partir del caso Pincher, a Johnson se le cuestionó su buen juicio, así como la transparencia con la que el Gobierno manejó el caso. Durante los primeros días, la oficina del Gobierno expresó que el ministro no era consciente de las acusaciones. Esto fue desmentido el 4 de julio cuando el portavoz del mandatario dijo que Johnson conocía “acusaciones que fueron resueltas o no progresaron hasta la fase de queja formal”.
Además, detalló que no se había considerado apropiado detener el nombramiento de Pincher debido a “acusaciones no sustentadas”.
Las respuestas del Ejecutivo al caso Pincher cambiaron progresivamente a medida que fueron surgiendo otros elementos. Lo mismo que sucedió con el Partygate, lo que causó un gran descontento social.
La ola de renuncias comenzó el martes pasado con el ministro de finanzas Rishi Sunak; y el de salud, Sajid Javid. Ese mismo día, partieron secretarios de Estado y asistentes. Las deserciones continuaron el miércoles y, ante la resistencia de Johnson, el jueves. En total, fueron más de 50 las dimisiones para que el primer ministro aceptara que había llegado la hora de retirarse del Gobierno.