Este viernes 3 de junio YPF cumplió cien años desde su fundación. En la celebración que tuvo lugar en Tecnópolis, lugar emblemático para el kirchnerismo, Alberto Fernández y Cristina Fernández se reencontraron luego de las tensiones que fragmentan al Frente de Todos. La jornada abrió con el discurso de Pablo Gonzales, el actual presidente de YPF, pero toda la atención se la llevaron las declaraciones de las cabezas de Estado.
A diez años de la recuperación de los yacimientos, Cristina expresó: “recuperamos YPF y le pagamos el corralito a la primera alianza”. Luego, prosiguió diciendo que la recuperación no fue una “decisión ideológica”, sino que era un deber para con los argentinos. Así también, la vicepresidenta trajo consigo una impresión de las tapas de los diarios del momento que operaban contra la nacionalización. “Vos te debes acordar Alberto”, dijo refiriéndose al presidente de la Nación.
“Se puede, pero hay que sentarse”
Cristina siguió su discurso reconociendo la difícil situación que atraviesa el país. No obstante, dijo que “el que quiera gobernar una Argentina sin tensiones ni conflictos, que se postule a la presidencia de Suiza”. La vicepresidenta no dejó de recordar la importancia de recuperar la soberanía hidrocarburífera. En esta misma línea se refirió constantemente a los resultados positivos de las gestiones anteriores, sobre todo la de Néstor Kirchner y el mandato que ella misma llevó a cabo hasta 2015.
CFK arremetió contra los que llamaron a su gobierno “estrafalario” e hizo referencia a las acusaciones de endeudamiento a la república. La funcionaria no dejó de dirigir sus palabras directamente a Alberto Fernández, quien, a juzgar por su lenguaje corporal, no estaba muy predispuesto a ser objeto de declaraciones. “Gobernar también es administrar. Te pido Alberto que uses la lapicera, que no significa pelearse», sentenció lapidaria.
Más tarde volvió a mencionar su conocida frase diciendo que “nada de lo que hicimos fue magia. Si no producto de la toma de decisiones”. Para concluir, recordó al movimiento Ni Una Menos y expresó: “Antes de la violencia física siempre hay una simbólica, la de las palabras. Como la primera presidenta mujer de este país puedo dar catedra de la violencia simbólica”.
Alberto llamó a aunar esfuerzos
El presidente de la Nación comenzó agradeciendo tanto a Pablo, como a Cristina. Sin embargo, pareciera que todo en su discurso fue dado para contradecir de manera disfrazada las declaraciones de su vice. “Yrigoyen fue el primer presidente nacional y popular” y “ que YPF esté en manos del Estado no es garantía de nada” fueron algunas de las frases que más impacto generaron en la audiencia presente. Entre los invitados se encontraban los hombres del kirchnerismo Daniel Scioli y Axel Kicillof.
Ambos funcionarios hicieron referencia a la figura de Néstor Kirchner. CFK lo recordó, como lo hace usualmente, de manera más cercana a la emoción. “Gobernar sin endeudarse es un acto de responsabilidad”, dijo el presidente. Y prosiguió: “Néstor siempre me decía que cuando estás endeudado perdés libertad». El mandatario no dejó de destacar la importancia de aunar esfuerzos para que “la ganancia no quede en manos de pocos”. Luego, expresó que es “un deber moral para con los más postergados”.
“En política no todo es lo mismo”
En relación a las reminiscencias al pasado de Cristina y la vanaglorización de las gestiones kirchneristas Alberto pareció apuntarle al citar a Luis Alberto Spinetta. “No me vengan con que todo tiempo pasado fue mejor”, dijo el presidente intentando ponerle humor a la situación diciendo que la vicepresidenta desdeñaba esa “vena hippie”. No obstante, a Cristina pareció no causarle mucha gracia. Durante toda la presentación ambos funcionarios se mostraron distantes y reacios el uno con el otro.
Alberto se mostró esperanzado con el futuro, otra vez contradiciendo las declaraciones de CFK al decir que “el futuro se construye en el presente” y dijo que “el mundo va a demandarnos lo que más tenemos: alimento y energía”. Para concluir, dijo que hará «lo posible para hacer la Argentina justa libre y soberana. Con la que soñaron Perón y Evita, que soñaron Néstor y Cristina y con la que sueño yo».