Si bien conocemos la premisa de las 3 “R” involucradas en el reciclaje: Reducir, Reutilizar y Reciclar, para este 17 de mayo, Día Mundial del Reciclaje, queremos introducir una R más: Reparar. Una acción necesaria que no sólo promete una mejor calidad de vida para las generaciones presentes y futuras, sino que además, habilita un salto en el concepto de innovación de cara a una economía verde, plenamente sustentable.
El cambio climático es una realidad presente que nos afecta a todos por igual, a pesar de la exaltación que produce en la agenda actual, se trata de un tema que data de al menos medio siglo. El encuentro Estocolmo+50, que se realizará a principios de junio, da cuenta de esto: celebra la primera conferencia mundial sobre medioambiente que abrió el debate en la temática y habilitó medidas de relevancia para mitigar la acción del hombre sobre su entorno.
La preocupación por el medioambiente es algo que ha logrado colarse en la agenda de líderes políticos, mediáticos y personalidades de relevancia social. No obstante, las modificaciones profundas, que mitiguen el cambio climático, aún están pendientes por parte de las potencias mundiales, que son también las que más contaminación producen.
Sin embargo, existen experiencias destacables que, a través de políticas públicas, promueven una transformación positiva de los procesos y del relieve, e involucran a la ciudadanía con el futuro de nuestro planeta. Tal es el caso de la ciudad de Carmen de Areco, que impulsa una revolución para mitigar el impacto ambiental a través del “Programa Carmen Sustentable 2030”. Con la asistencia de la UVT CEDyAT, propone constituir al municipio como referente en el tratamiento de los residuos sólidos urbanos, articulando un programa ambiental con un plan transversal e integral de economía circular y reciclaje que incluye separar en origen, minimizar las cantidades de residuos, reutilizar los desechos y generar subproductos esenciales para la vida humana.
Esta idea parte de considerar a la ciudad como ecosistema urbano y al ser humano como responsable de la toma de decisiones. Se trata de una iniciativa que no sólo promueve la participación activa de los vecinos al momento de separar y transformar los residuos en el hogar, sino que el compromiso se extiende al interior de las aulas, empresas y negocios que son parte del municipio.
Se trata de promover una “Ecópolis” al interior de un programa de intervención socio-cultural y tecnológica, que persigue un cambio en la ciudadanía frente a la gestión de sus recursos.
Según datos oficiales, cada argentino hoy desecha alrededor de 1 kg de residuos sólidos urbanos a diario. La dramática situación que la humanidad enfrenta ante estos residuos requiere de creatividad, innovación e intervención, para transformar los productos en bienes reutilizables. Demanda la acción de políticas públicas junto a una ciudadanía activa y consciente que asuma el potencial de la basura, ya no como un descarte sino como un elemento de la economía social.
El cambio climático exige acciones urgentes, enfocadas en la reestructuración, la recuperación, el reciclaje y la reparación del medioambiente. Pero también el compromiso de todos los sectores, con empresarios y comerciantes, decisores, ciudadanos y formadores para lograr establecer una cultura del reciclaje, estableciendo así un nuevo modo de relacionarnos, producir y consumir, al interior de una sociedad consciente.
Por Marcelo Spotti, Coordinador del programa ambiental del CEDyAT.