Este martes, Gianni Infantino, presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) aseguró que las obras de los estadios de Qatar le «dieron dignidad y orgullo» a todes les trabajadores que participaron en ellas. Estas declaraciones las dio en una conferencia que brindó en Los Ángeles, Estados Unidos, mientras recorría los países sedes del Mundial 2026.
No obstante, los dichos del mandatario no fueron bien recibidos en varios sectores. Se calcula que más de 6.500 personas fallecieron en las construcciones. Además, según denunció Amnistía Internacional, las condiciones de trabajo eran deshumanizantes.
“La FIFA no es la policía del mundo”
Desde un primer momento, les dirigentes y referentes de la entidad encargada de la regularización del fútbol mundial tomaron la postura de apartarse de toda polémica. Siempre buscaron defender los avances que se realizaron en el país anfitrión en relación a los derechos laborales.
Se le consultó a Infantino si la FIFA donaría parte de las ganancias recolectadas en el Mundial para compensar a las familias de les trabajadores fallecidos durante las obras. El presidente de la organización respondió que se llevan a cabo diferentes proyectos. Y recordó que ya se había conseguido «un salario mínimo y mejores derechos laborales«.
Asimismo, en la conferencia realizada en Los Ángeles, el referente del ente afirmó que, a pesar de las condiciones en las que se trabaja, «las obras del Mundial de Qatar dieron dignidad y orgullo a los trabajadores qataríes”. Insistió en que “la FIFA no es la policía del mundo ni tampoco la responsable de todo lo que sucede».
A su vez, reveló que la FIFA investiga estos casos con entidades externas y puntualizó en que fueron “tres personas” las que fallecieron y no 6000. También, subrayó que “gracias a la FIFA y gracias al fútbol hemos podido abordar el estado de los 1,5 millones de trabajadores que trabajan en Qatar».
El año pasado, el diario inglés The Guardian difundió una investigación que revelaba que desde el 2010 más de 6500 trabajadores migrantes habían perdido la vida en el país anfitrión.
Qatar 2022 y el costo real de las construcciones
Lamentablemente, los fallecidos en las obras de los estadios no es algo que solo sucede en Qatar. En la preparación del mundial de Brasil 2014, nueve obreros perdieron la vida en las construcciones. Siete fueron por accidentes laborales y dos por las condiciones de trabajo, las cuales fueron denunciadas por las familias de los fallecidos.
Según un documento de Human Rights Watch titulado “Tarjeta Roja”, publicado en junio de 2017, 17 obreros fallecieron en las preparaciones para el mundial de Rusia 2018. Las muertes fueron notificadas por la Organización Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera. Este ente mostró su preocupación por el número de fallecidos y las condiciones laborales existentes.
Igual a como sucede en Qatar, los obreros que trabajaron en Rusia eran migrantes provenientes de países de bajos recursos cómo: Bielorrusia, Tayikistán, Kirguistán, Uzbekistán y Ucrania. Eran recurrentes las situaciones de abuso, explotación, tener pagos retrasados y trabajar sin contratos.
El negocio de los estadios
En una entrevista con el medio Notas, el periodista deportivo Ezequiel Fernández Moores especificó que antes para la FIFA no era requisito la realización de los estadios. Explicó que antes, en “los mundiales anteriores, no se exigía construir estadios, Francia en 1998 construyó uno solo, el estadio de Marsella es del Mundial de 1938”.
De esta forma, explicó que el negocio de las constructoras empezó post mundial de Francia. A partir de ahí se gestó la idea de “te designamos sede pero a cambio de algo, de que construyas estadios”.
Es por esto que no le llamó la atención cuando Rusia y Qatar fueron designadas para las copas del mundo de 2018 y 2022. Explicó que en ambos países se “está gastando una guita infernal y donde la posibilidad de la protesta democrática está restringida”.
De los últimos tres mundiales, solo Rusia tuvo un balance económico favorable de manera inmediata. Sudáfrica, que fue sede en el 2010 e invirtió cerca de 4.000 millones de dólares, no logró recuperar su gasto hasta el año 2016. Por su parte, Brasil tardó cinco años en superar la inversión realizada.
Por otro lado, las cifras de asistencia a los estadios mundialistas, son más bajas que los balances económicos. En Sudáfrica, donde el deporte rey es el rugby y no el fútbol, hizo que la asistencia a los estadios no supere los 10.000 espectadores. En Brasil y Rusia los predios con más capacidad son el Maracaná y el Luzhniki de Moscú. Estos solo alcanzan su capacidad máxima en eventos internacionales.