Arcoiris es una niña de 6 años que reside en la provincia de La Rioja. A sus dos años de edad confesó los reiterados abusos sexuales que sufría por parte de su abuelo paterno. Desde ese momento, tiene prohibido por orden judicial tener contacto con el agresor. La madre de la víctima, Delfina Silva Zarranz, este miércoles 26 de abril, tendrá que llevar a la niña a que tenga contacto nuevamente con su padre y la familia del mismo.
El pasado 17 de abril se hizo de público conocimiento un comunicado en el que se informa la grave situación que atraviesa la menor de edad. El documento está respaldado por el equipo de trabajo de Justicia por Arcoíris, organizaciones sociales y de derechos humanos, diputadas nacionales y militantes feministas. En el comunicado se informa que la integridad psicofísica e incluso la vida de la niña están en un estado de alto riesgo.
La familia aún no encuentra medidas de resguardo. El Poder Judicial es el que permite que la niña aún mantenga contacto con su familia paterna, aunque su abuelo, quien es el agresor, tiene una restricción de acercamiento vigente.
Debido a la postura de vulnerabilidad extrema que sufren los derechos de Arcoiris, desde el comunicado exigen a les funcionaries judiciales y a los organismos de protección de derechos que comiencen a actuar de manera inmediata a proteger a la niña. Al igual que piden a la sociedad, solidaridad para con la niña, su madre, Delfina, y las personas que acompañan a ambas en busca de justicia.
‘’Hablar no sirve de nada’’
Desde sus primeros años de vida, la niña sufre de manera sistemática abusos sexuales, llevados a cabo por su abuelo paterno. En el 2018 a la edad de dos años, Arcoiris le manifestó a su psicóloga y a su madre que sufría de abuso, por lo cual su progenitora procedió a realizar la denuncia correspondiente.
Su padre y toda la familia paterna aún es cómplice de lo que la niña vive junto a su abuelo. Inclusive, en las visitas parentales, cuando queda la niña a cuidado del agresor. Sin dar importancia a la prohibición de acercamiento vigente entre el abuelo y la víctima.
Al mismo tiempo, la pequeña en reiteradas ocasiones declaró delante de diferentes personas y profesionales que fue agredida por su abuelo. Relató incluso, el terror que le genera pasar tiempo con su padre y el agresor. Expresó la necesidad de no estar con ellos. Sin embargo, de todas maneras, es obligada a tener que continuar con las visitas parentales, de las cuales regresa con lesiones sexuales y le dice a Delfina Zarranz que “hablar no sirve de nada”.
En búsqueda de justicia por el caso Arcoíris
La progenitora de Arcoiris hasta la actualidad realizó cuatro denuncias. La primera el 12 de junio de 2018, luego en agosto de 2019, la tercera el 14 de marzo de 2022, y la más reciente el 31 de marzo del corriente año. Las mismas fueron efectuadas tras cada confesión que la niña hacía a pesar de ser amenazada.
No obstante existen evidencias físicas, algunas verificadas por la policía técnica y pericias psicológicas, el agresor fue sobreseído en una oportunidad. La justicia no llega, incluso en las causas que están en proceso, ya que siguen sin tomarse medidas correspondientes de protección hacia la víctima.
La Dra. Jésica Diaz Marano, jueza del Juzgado de Instrucción de Violencia de Género y Protección Integral de Menores, junto al defensor de menores, Dr. Pablo Ernesto Cubillo, han permitido y ordenado, desde los dos años de Arcoiris que ella mantenga el contacto con su padre y abuelo en periodos de entre 3 a 6 meses.