El Tizón es un barrio ubicado en el kilómetro 40 de La Matanza, detrás de la fábrica de neumáticos “Pirelli”. El lugar está habitado por 30 familias que luchan por mantener su vivienda digna y evitar el desalojo por parte de las autoridades policiales.
Frente a esta situación, Nota al Pie dialogó con Sergio Núñez, vecino del barrio, quien explicó el trasfondo de la disputa con la policía.
¿Cómo decidieron habitar el lugar?
Principalmente, este era un lugar donde pasaban muchas situaciones extrañas y complejas. Dentro de ellas, la venta de droga, numerosos robos, violaciones a niñas. Incluso, en una laguna del barrio falleció un menor.
Antes de que nosotros lleguemos, el lugar era un basural lleno de ratas, donde nadie se hacía cargo de las problemáticas que pasaban. Luego de un incendio en el barrio (donde actualmente están nuestras casas), las familias ayudaron a apagar el incendio y comenzaron la toma. Por mi parte, el alquiler de mi casa aumentó, nuestra economía no daba abasto y decidimos venir a habitar el lugar.
¿Cómo se tomaron les vecines su llegada?
Se lo tomaron bien, incluso muchos vecinos del barrio nos decían que vengamos al lugar porque nosotros lo íbamos a cuidar mejor. Nos dijeron “¿Por qué no vienen, limpian el lugar y viven acá?, ustedes lo necesitan”. Por lo tanto, nosotros preparamos el lugar, lo pusimos en condiciones y vinimos hace 5 años. Nosotros armamos con lo pudimos, hay casas de materiales, y hoy en día ya es un barrio, pero no tenemos agua ni luz. No estamos hablando de un predio de 2000 hectáreas, son solo dos cuadras, sin contar un pozo de cloacas que es inhabitable.
Hoy reclamamos que se haga presente una persona realmente justa y honrada y que nos ayude porque nosotros no somos personas delincuentes. Hicimos esto por necesidad y porque queremos darle algo a nuestros hijos. Somos 30 familias que vivimos hace 3 años y tenemos hijos que estudian acá, vida hecha.
La llegada de la policía al barrio “El Tizón”
¿De qué manera comenzó la represión policial?
En la primera represión, los policías quemaron las cosas, lastimaron a dos menores y tiraban escopetazos. Al año, volvimos a tomar los terrenos por el enojo ante la impunidad. Los efectivos nos decían que supuestamente los dueños del lugar iban a hacer algo.
También, nos hicieron una causa, nos imputaron por la toma de terrenos.
La última vez que vinieron nos dijeron que nos iban a desalojar el 22 de abril, y por eso tenemos dos vecinos que nos representan.
Por otra parte, los policías no nos muestran nunca un papel de desalojo o un título de un propietario verdadero. Nos dieron a entender que si salimos de acá nos van a dar planes, materiales, pero por ley nos tendrían que dar 30 días para desalojar, pero no nos están dando ni 2 semanas.
Ellos dicen que la municipalidad nos va a ayudar, pero acá nunca se hizo presente nadie. Nos quieren correr de palabra.
Nuestros vecinos representantes nos advierten que nos van a venir a desalojar.
¿Creen que hay un arreglo detrás de los desalojos?
No sabemos si hay arreglos, tampoco si hay un verdadero propietario o no. No sabemos quién nos va ayudar, quizá hay una “tramolla” entre ellos, nos echan, lotean el terreno y lo venden.
Nosotros no sabemos nada y no tenemos quien nos ayude. Nadie nos dice: “esto es verdad acá hay un dueño”, o “es mentira acá no hay propietario”.
No tenemos donde ir, ni para arrancar por la mitad, ni de cero. Nosotros tenemos chicos, se viene el invierno y no tenemos a donde ir.
¿Qué solución les gustaría que les brinde el Estado?
No queremos un lugar para alquilar, porque si soy realista el programa para alquilar te lo dan un mes o dos y se olvidan de vos. Te sacan de un lugar para echarte. La verdadera solución sería un lugar para vivir, pero no fuera de este lugar. No podemos sacar a los chicos todo el tiempo de los colegios. Muchas familias llevan a sus hijos a los colegios cercanos.
Nos gustaría que nos digan: “en vez de darle un plan para alquilar, les damos un terreno y una ayuda para pagarlo”.
Nos vendría bien hablar con el intendente y que nos digan si esto tiene dueño, si es un engaño, porque todo es de palabra. Por otra parte, los policías que nos reprimían ni siquiera tenían identificación y los patrulleros tenían tapados sus números, solo tenían uniformes. Acá están mentidos policías y mucha gente poderosa de la cual tememos de tener alguna agresividad.
Creemos que este maldito estado no nos da ninguna oportunidad. Si bien cobramos la asignación por hijo, hoy en día no alcanza para nada. Si no tenes 80 mil pesos para una familia de cuatro o cinco, no podés hacer nada.