El documental ‘Winter on Fire: Ukraine’s Fight For Freedom’ (2015) del cineasta Evgeny Afineevsky, narra con imágenes los 93 días de protestas contra el gobierno ucraniano que se llevaron a acabo en Kiev, Ucrania desde noviembre de 2013 hasta febrero de 2014. Las manifestaciones terminaron con un alto número de muertos y heridos, además de la renuncia del presidente Viktor Yanukovych. Este hecho se conoce como la Revolución del Maidán o Euromaidán.
Al comienzo de la película, vemos las calles de Kiev, Ucrania, llenas de manifestaciones pacíficas contra el gobierno. El pueblo quiere ser parte de Europa y hacerlo oficial significa firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea.
Pero en noviembre de 2013, se suspendieron los preparativos para firmar el acuerdo, lo que provocó protestas. Tres meses después, la ciudad de Kiev se convertía en una zona de guerra. La cinta obliga a sentir esta abrumadora transformación. Ver a los ciudadanos ucranianos unirse y encontrar formas de lucha puede ser inspirador, pero un buen documental arroja luz sobre un evento sin obviar la otra parte de la historia, y este no es el caso.
La cinta, nominada al Oscar como Mejor Película Documental 2016, presenta entre los manifestantes una colorida variedad de activistas, artistas, sacerdotes y estudiantes que hace parecer que todo el pueblo ucraniano era parte del levantamiento de Maidán. Pero falta una parte importante de los manifestantes que le da mayor sentido a los acontecimientos violentos presentados: los grupos de extrema derecha.
La extrema derecha
La extrema derecha se había establecido en Ucrania mucho antes de los levantamientos del Maidán. En 1990 se fundaba la Asamblea Nacional Social, una organización política supremacista blanca.
En 2010, el entonces presidente del país, Viktor Yushchenko, provocó la condena generalizada de la opinión pública cuando decidió honrar a Stepan Bandera, un colaborador nazi y líder de un ejército clandestino responsable de masacrar cientos de miles de judíos y polacos durante la Segunda Guerra Mundial.
También ese año, el líder Andriy Biletsky de la ANS declaraba que su misión y la de su grupo era ‘dirigir a las razas blancas del mundo en una cruzada final por su supervivencia”. Todo lo que necesitaban era una oportunidad para salir de las sombras; Maidan les dio esa oportunidad. Estos grupos desempeñaron un papel importante en las protestas que condujeron al derrocamiento de Yanukovich.
La masacre de los francotiradores de Maidán
El jueves 20 de febrero de 2014 Kiev se bañó de sangre cuando un grupo misterioso de francotiradores asesinaron sin discriminar a protestantes y policías. La lluvia de balas se cobró más de 50 vidas, en una jornada que contabilizó más de 100 muertos.
Además de ser un punto de inflexión para la renuncia de Yanukovych, la masacre es el climax de Winter on Fire. El gobierno no pudo dar una explicación de lo sucedido. La ausencia de denuncia de la participación de la extrema derecha en el documental se vuelve más evidente cuando se compara con otros materiales sobre el tema.
Maidan: Tonight Tomorrow, logró incluir a la extrema derecha, a pesar de su corta duración, mientras que Masks of the Revolution (Paul Moreira, 2016), una película francesa, se centró en el papel de los ultranacionalistas durante y después de Maidán. El gobierno ucraniano intentó evitar que Francia transmitiera esta película.
Sin los grupos neonazis, Maidán no habría tenido éxito en derrocar al presidente electo de Ucrania. Y, sin embargo, la película no los menciona. El hecho de que Evgeny Afineevsky, el director de la película, optó por ignorar el factor que hizo posible su película nos deja sorprendidos.
El papel de USA
Otra omisión del cineasta fue presentar a Maidán como un fenómeno independiente libre de toda interferencia occidental. Si bien la cinta profundiza en los lazos entre el gobierno de Yanukovych y Putin, retrata el movimiento de protesta como algo espontáneo, ajeno a los intereses extranjeros.
Sin embargo, la evidencia demuestra que el papel de Estados Unidos durante la protesta fue relevante. Más allá de la llamada filtrada el 4 de febrero de 2014 entre la entonces Secretaria de Estado Adjunta con el embajador de Washington en Ucrania, en la que ambos analizan sobre qué líder ucraniano debe ser nombrado primer ministro; los senadores McCain y Murphy se presentaron en los escenarios del Maidán para dar discursos de apoyo norteamericano a los manifestantes.
Un cineasta, no un periodista
Lo sorprendente de Winter on Fire no es que se blanquea la historia de Maidán, sino el hecho de que su director lo admita. Al ser cuestionado por haber omitido mencionar la participación de Right Sector, una de las ramas neonazis que desempeñaron un papel importante durante la protesta, el cineasta contestó que ‘eran parte de los manifestantes’ y que él era un cineasta, no un periodista.
Con una decisión consciente de excluir puntos de vista alternativos, como las contraprotestas que recibió Maidan en las regiones de habla rusa del este de Ucrania, en la que aproximadamente 22 millones de ucranianos estaban en contra del levantamiento de Maidán, dan solo media verdad.
Y aunque no se trate de un trabajo periodístico, quiere informar y formar opinión sobre un suceso con un documental que claro, logra ser desgarrador, pero no verídico y suena más a propaganda.
Puntos de vista vs propaganda
Los documentales no son ajenos a la controversia sobre la presentación precisa de temas complejos. Aunque no existen pautas éticas claras, la pregunta se centra en qué tanto puede un cineasta presentar un cierto punto de vista antes de que la omisión de hechos cruce la línea hacia la propaganda.
Winter on Fire omite hechos clave, lo que da como resultado que una audiencia cuya comprensión de la historia, la política, las regiones, la composición sociológica y los idiomas de Ucrania es limitada reciba una visión parcial de los acontecimientos en Ucrania.
El documental logró una buena audiencia gracias a la amplia distribución que le permitió Netflix, pero presenta una versión sesgada de eventos casi desconocidos para el resto del mundo, que desembocaron en una guerra civil, la decisión de Crimea de no formar parte de Ucrania y la actual guerra en desarrollo entre ese país y Rusia.