El atleta paralímpico Aníbal “Coco” Urbano recorre el país con una bicicleta adaptada bajo el lema “Una vereda al mar”. El deportista, oriundo de Mar del Plata, se comprometió a realizar una travesía por diferentes localidades de Argentina a fin de que los municipios se comprometan a realizar balnearios accesibles para personas con discapacidad.
Nota al Pie dialogó con “Coco” Urbano, quien explicó que la travesía nace con el fin que se construya una vereda al mar en su municipio. “Las personas que andamos en sillas de ruedas no podemos ingresar al agua por la arena. Entonces se me ocurrió, deportivamente, proponer esto y nació este desafío”, aseveró el entrevistado.
“Es una distancia importante y si yo podía hacer todos los kilómetros; tal vez el municipio podría hacer una vereda al mar que me permitirá a mí ingresar los 200m de arena que me separan”, agregó Urbano y prosiguió: “Estamos a punto de terminar en la ciudad de Mar de Plata el domingo al mediodía”.
Sorteando obstáculos
El desafío consistió en visitar más de 35 ciudades y pueblos para así llevar un mensaje de integración, paz y amistad. Respecto al periplo el entrevistado comentó que fue un desafió muy duro que pudo sortear con fuerza de voluntad y su equipo de apoyo.
“Hemos pasado por todos los climas y hemos pasado por temporales de viento, montañas increíbles en donde los climas han sido muy inhóspitos, tormentas de viento y de agua, calor extremo y agotamiento físico”, contó Urbano.
Asimismo, informó que debido al desconocimiento respecto al terreno montañoso por el cual debían transitar, se alargaron las horas previstas del recorrido. “Sin dudas el obstáculo más difícil fueron las tormentas de viento en los corredores de vientos de la Patagonia y las alturas de las montañas. Pero bueno, logramos sortear todos esos obstáculos naturales”, afirmó.
Por otro lado, mencionó que en cada ciudad recorrida la gente lo esperaba. “Yo soy hincha de Estudiantes de la Plata así que las 16 filiales de todo el recorrido estaban esperándome para darme aliento con sus banderas, sus palabras de admiración y respeto. Ellos hicieron también la logística en cada comunidad”, aseveró.
Sin embargo, en algunos lugares no había alojamiento y debían acampar. “La admiración, el respeto y el cariño de la gente nos dieron muchos ánimos para poder continuar”, agradeció el entrevistado.
Por una inclusión real
El atleta paralímpico considera que hubo una toma de conciencia, pero no asegura que ello alcance para operar los cambios necesarios en cada comunidad.
“Realmente con tristeza he comprobado que el área está devastada. Hay una desidia total donde no se cumplen las leyes de ningún tipo”, aseguró Urbano.
Además, continuó ejemplificando con la falta del cumplimiento del cupo laboral en las municipalidades y la escasa difusión y apoyo que se le da al deporte.
“Más de la mitad de mi vida trabajé por la integración, pero no tengo muchas expectativas al respecto. Se que hay un entusiasmo ahora, lo que dura la travesía, y que posiblemente han hecho una verdad de material reciclable, pero en poco tiempo es probable que desaparezca. Porque ya ha sucedido otras veces”, aseveró el atleta.
Mencionó que, en la última travesía en 2017 desde Cataratas del Iguazú a Mar del Plata, si bien hicieron una vereda muy precaria, luego fue utilizada como fogón por las personas que viven en situación de calle. “Lamentablemente no ha habido un gran cambio simplemente una conmoción en el momento y que impacta principalmente en la familia o amigos y queda ahí”, explico Urbano.
Finalmente agradeció a toda la gente que sí hace cambios como la de Estudiantes la Plata que trabaja en pos de la integración. “Creo que la inclusión no sale del discurso. Pero bueno hay que seguir proponiendo, seguir trabajando para la inclusión real, una inclusión con hechos”, concluyó.