Enrique Bunbury, uno de los cantantes más exitosos del rock español, anunció su retiro de los escenarios tras finalizar su gira de conciertos en septiembre de este año. A través de su newsletter y redes sociales, el artista zaragozano reveló los motivos de su retiro.
Según Bunbury, ha sufrido dolencias en los últimos años que comenzaron alrededor de 2015 durante su gira Mutaciones y que continuaron durante la gira de Expectativas (2019/2020). En ese sentido, admitió que la pandemia y las interrupciones en cualquier actividad cultural fueron un alivio para él. Sin embargo, aunque creyó que los dolores habían desaparecido, durante su gira por México, en el inicio de las celebraciones de su 35° aniversario, se confirmó lo contrario y tomó una decisión drástica de dejar los escenarios.
En tanto, según describió el mismo cantante, desde el momento en que sale de su casa y comienzan los viajes, lo embarga un dolor que lo acompaña durante todo el concierto. Si bien no reveló los diagnósticos que recibió, sí aclaró que le duele la garganta y las vías respiratorias le dificultan cantar.
“Entonces, lo que solía ser alegría y gozo se ha convertido en una fuente de inmenso dolor y sufrimiento. Todo esto nunca me pasa cuando no estoy de gira”, expresó Bunbury, para enorme tristeza de sus fanatiques.
Sus inicios como arquitecto del rock español
Sus comienzos en la música fueron en una banda de rock de la escuela secundaria llamada Apocalipsis, luego se sumó a Proceso Entrópico. En 1986 se unió al guitarrista Juan Valdivia para formar y liderar la banda de rock Héroes del Silencio, junto con el bajista Joaquín Cardiel y el baterista Pedro Andreu.
Como líder de Héroes del Silencio, su habilidad para escribir canciones, su forma apasionada de cantar, la fusión de sonidos populares, punk, new wave, indie rock, y pop allanaron el camino para innumerables artistas. Bunbury se encuentra entre los artistas musicales más exitosos que surgieron en Europa a finales del siglo XX.
La banda, arquitecta del rock en español, proporcionó a su líder dos nociones que lo guiarían a lo largo de su carrera: la primera fue la fusión de su amplia gama de influencias de rock, pop, música clásica, folk y gitana de una manera que subrayaría, y no diluiría, su identidad hispana. La segunda fue que el cambio en sí mismo es el motor principal de la creatividad.
“El mar no cesa” (1988), “Senderos de Traición” (1990), “El Espíritu del Vino” (1993) y “Avalancha” (1996) han sido los cuatro discos que produjo la banda. Así, junto con un espectáculo en vivo electrizante, cada una de las producciones posterior a su debut llegó a la cima de las listas españolas y también entró en el Top Five en otros países europeos.
Por su parte, Bunbury creció no solo como cantante, refinando su estilo y personalidad escénica, si no también como un letrista excepcional. La banda se separó en 1996, aunque desde entonces han tenido varios discos de reunión en vivo.
Una carrera solista repleta de colaboraciones interesantes
Al inicio de su carrera solista en 1997 sus producciones pasaron inadvertidas o sorprendieron por su estilo camaleónico. Y, aunque, tardó un tiempo en recuperar un lugar en las listas españolas, sus giras, en general, siempre tuvieron entradas agotadas.
En 2004 grabó “Bushido”, con los artistas españoles Carlos Ann, Shuarma (Elefantes) y Morti (Skizoo). Entregaron una provocativa grabación homónima literaria e ingeniosa. Con Ann, junto a los escritores José María Ponce y Bruno Galindo, Bunbury grabó un CD/libro en los que recitaban los atormentados versos del poeta Leopoldo María Panero.
Para el álbum en vivo Freak Show, Bunbury tuvo invitados a Iván Ferreiro, Adría Punti, Ann, Mercedes Ferrer y el compositor Nacho Vegas. El álbum llegó al número tres en España, y Bunbury estaba de vuelta en la cima.
Una vez más, el artista volvió a examinar su dirección, se centró en el folk, el rock y la psicodelia en su trabajo con Nacho Vegas en “El Tiempo de las Cerezas” (2006). El disco doble contiene 20 canciones de una colaboración perfecta que sigue siendo la más infravalorada de su catálogo.
En 2014, junto a Andrés Calamaro grabó “Hijos del Pueblo”, en la que ambos rockeros reversionaron “Sin Documentos”, “Copa Rota”, “Maldito Duende”, “Crimen” y “Estadio Azteca”.
En 2015, MTV invitó a Bunbury a grabar un unplugged, “El libro de las mutaciones”. En una carta a sus fans, antes del lanzamiento del álbum a fines de ese año, escribió que no era «un álbum recopilatorio de grandes éxitos» y que no representaba su catálogo de manera uniforme; en cambio, le ofreció la oportunidad de volver a escuchar canciones en las que no había pensado en muchos años.
Un retiro de los escenarios, no del arte
Con una inmensa carrera y una brutal cantidad de discos grabados, el cantante tomó la decisión “muy meditada” de retirarse de los escenarios, pero solo en conciertos y giras.
Sin embargo, en el mundo del arte se sabe que le apasionan otras actividades fuera de la música, incluso él mismo las describió en su comunicado y así lo afirmó, ahora se dedica a la pintura y a escribir poesía. Además ha dejado abierta la posibilidad de continuar con la composición y la grabación de más discos.
“Tengo la edad suficiente para hacer este gran cambio en mi vida y el apoyo de mi familia y management”, escribió el cantante desde Zaragoza. “Fue un gran viaje. Gracias a todos. Enrique Bunbury”, concluyó.