Feb 27, 2022 | Internacional

Rusia fue expulsada del SWIFT

En el cuarto día de operaciones militares, comienzan a llegar las “enormes sanciones” económicas que había prometido parte de la comunidad internacional a Rusia. Estados Unidos y la Unión Europea acordaron su expulsión del mecanismo financiero SWIFT, una de las principales plataformas de transacciones a escala internacional.
Rusia SWIFT
La Unión Europea y Estados Unidos anunciaron una serie de boicots a Rusia en las últimas 24 horas. Crédito: Twitter @emeequis.

El enfrentamiento militar entre Rusia y Ucrania sigue escalando en lo militar pero también en el plano de las sanciones internacionales. Este sábado, Estados Unidos y la Unión Europea definieron en una cumbre virtual de emergencia expulsar al país euroasiático del mecanismo financiero SWIFT, lo cual implicaría su exclusión de los mercados internacionales. En el encuentro participaron el presidente de Estados Unidos, Joe Bide; el canciller alemán, Olaf Scholz; el presidente francés, Emmanuel Macron; el primer ministro italiano, Mario Draghi; y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

El SWIFT

El Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication es un sistema bancario con sede en Bélgica utilizado por 11.000 entidades bancarias en más de 200 países y permite que el comercio internacional fluya sin problemas. Se estima que más del 1% de los millones de dólares que se intercambian gracias a ella involucran transacciones rusas. 

La expulsión del país euroasiático tiene como objetivo debilitar la “maquinaria de guerra rusa”, según anunció von der Leyen. Además, este domingo se sumó la paralización de las transacciones con el Banco Central de Rusia y el cierre del espacio aéreo para cualquier avión ruso.

En el momento en que Ucrania acepta conversar con Rusia en la ciudad bielorrusa de Gomel, Estados Unidos y sus socios europeos dan un golpe de efecto que acorrala a Putin. Sin embargo, no es el primer antecedente de tal estrategia. En 2012, SWIFT desconectó los bancos iraníes en el momento en que se endurecían las sanciones internacionales contra Teherán por su programa nuclear. El país asiático perdió la mitad de sus ingresos por exportaciones de petróleo y el 30% del comercio exterior. Si bien el aislamiento financiero y comercial es un recurso político clave para presionar a Moscú, también acarrea un gran riesgo para la Unión Europea. Esto se debe a que Rusia suministra el 40% del gas europeo y otras materias primas críticas para el desarrollo industrial, como el petróleo y distintos cereales.

Rusia SWIFT
La expulsión de Rusia del SWIFT pone en una encrucijada a Alemania, que hace años viene trabajando en iniciativas conjuntas, como el gasoducto Nord Stream 2. Crédito: Twitter @Stratton_Aok.

Resistencias

El SWIFT fue creado por bancos estadounidenses y europeos en 1973 y es supervisado por el Banco Nacional de Bélgica en asociación con los principales bancos centrales de todo el mundo, incluida la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Inglaterra. Sin embargo, la organización reúne los intereses de diversos países con notable peso político en el tablero mundial. En este sentido, no son pocos los que se resistieron a utilizar el recurso político de expulsar a Rusia del SWIFT porque habría de desencadenar graves problemas.

Principalmente Alemania y Francia, pero también Austria, Finlandia y Polonia tienen una gran dependencia del gas ruso. Por este motivo, la desconexión rusa del SWIFT supondría un gran riesgo para sus economías. De hecho, la construcción del gasoducto ruso-germano Nord Stream 2, que permitiría transportar gas sin pasar por Ucrania, fue la razón de discordia al interior de la OTAN, puesto que la Unión Europea desplazaría a Estados Unidos como su principal exportador de gas.

La expulsión rusa del SWIFT tiene un sentido táctico para debilitar sus capacidades militares y financieras, pero principalmente estratégico en lo geopolítico. Estados Unidos, Gran Bretaña y algunos socios de la Unión Europea vienen boicoteando hace muchos años las iniciativas de la alianza multipolar entre Rusia, China e Irán para integrar Europa a sus mercados, como Nord Stream y la Ruta y la Franja de la Seda.

En efecto, la decisión de desconectar a Rusia no es una decisión unilateral. Alemania sería el principal detractor pero también Francia plantea que debiera ser un “último recurso”. Como contraparte, países como Gran Bretaña mantuvieron su firmeza e incluso tuvieron la iniciativa de aplicar semejante sanción.

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