El domingo pasado, numerosos manifestantes realizaron una marcha rumbo al Lago Escondido, ubicado en la zona cordillerana de la provincia de Río Negro. La iniciativa fue emprendida por activistas de la Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua (FIPCA).
La medida la impulsaron para reclamar por un libre acceso al lago puesto que consideran que las barreras al ingreso, constituye una violación a la soberanía nacional. El lago se encuentra rodeado por terrenos del empresario Joe Lewis a quien los activistas acusan de impedir indebidamente el acceso al espejo de agua.
Les organizadores de la marcha sostuvieron en el día de hoy una reunión para evaluar el resultado de la iniciativa. Nota al Pie diálogo con Sebastián Miquel para conocer los motivos de la movilización y las conclusiones a las que arribaron.
¿Cuáles fueron los causales de vuestro reclamo respecto del Lago Escondido?
El reclamo es por la falta de acceso libre al Lago Escondido siendo que es parte de la soberanía nacional. Es parte del Estado Nacional, es de todos los argentinos y argentinas. Ese lago está virtualmente privatizado y el usufructo lo tiene Joe Lewis, porque está rodeado de sus tierras. Aclaramos que esas tierras las adquirió irregularmente hace más de diez años. Lo hizo con fallos judiciales adversos que aún están en pie y obviamente son desconocidos por Lewis. Son 11.000 hectáreas y están en zona fronteriza, por ende la adquisición por parte de él está prohibida por la ley.
¿Cuál fue el impacto de la marcha a nivel social?
El impacto fue masivo, lo que hicimos acá fue tendencia durante tres días en redes sociales. Es algo que permite visibilizar los problemas que tenemos en nuestro territorio en relación a la soberanía. También refleja la dificultad que presenta el vínculo entre el Estado y las grandes corporaciones y los millonarios. Esto que estamos evidenciando acá se puede extrapolar a otros problemas que tenemos a nivel nacional. Ejemplo de eso la deuda externa, el caso Vicentin o la navegabilidad y el control sobre el Río Paraná. Son temas múltiples que hacen que el Estado deba estar más presente en temas de soberanía nacional que es lo que permite generar desarrollo, inclusión y estabilidad.
¿Cuál fue el objetivo de la marcha iniciada el domingo?
Reclamamos por el acceso al lago. Hay dos caminos posibles. Uno es un camino de montaña, cuyo viaje dura tres días y es sumamente exigente, no es un sendero. Dado que es un camino muy dificultoso, es por eso que Lewis permitía su uso, pero este año ya no lo hizo. El cuarto el paso de la columna que iba hacia allá, lo hizo violentamente. Esa acción la llevó adelante sobre territorio provincial, ni siquiera lo hizo sobre territorio privado. El otro camino es un camino que debiera estar abierto y hoy está virtualmente privatizado por Lewis y sus vecinos que viven en esa zona. Es un camino de 14 kilómetros que tiene una tranquera, es como si fuera la entrada a un country. Hay seguridad privada, que básicamente son matones que están a sueldo y que se dedican a custodiar esas tierras. Son los mismos matones que impidieron el paso de la columna que iba hacia allá por el otro camino. Nuestra acción se trataba de un acto simbólico con el objeto de reivindicar la soberanía sobre ese lago.