Durante la Misa de Epifanía del Señor, el Papa Francisco reflexionó en su discurso de homilía; sobre problemáticas que afectan a la sociedad en la actualidad. El Sumo Pontífice se refirió a una “falta de deseo de las necesidades de dios”. En su reflexión, criticó “la obsesión con las necesidades sobre lo que comeremos o con qué nos vestiremos”, Y añadió que se deja que “se volatilice el deseo de aquello que va más allá”.
A partir de estas reflexiones del líder religioso, en esta nota se analizan dos problemáticas asociadas al consumismo como la obesidad y la contaminación textil que se produce en la denominada “moda rápida”. En diálogo con Nota al Pie la Licenciada en Nutrición Agustina Beacon brindó sus conocimientos respecto a la obesidad y a cómo prevenirla y tratarla.
“La obesidad se debe prevenir desde el nacimiento con la lactancia materna. Después, con la incorporación progresiva de los alimentos, es importante que los niños tengan una alimentación variada, con muchas frutas, vegetales, carnes, grasas saludables y limitar el consumo de alimentos procesados”, sostuvo la especialista.
En este sentido remarcó que “cuando un niño come de manera saludable, difícilmente será un adulto con obesidad”. A esto, hay que “sumarle hábitos saludables como la actividad física diaria, el descanso y el disfrute de las cosas cotidianas”.
También es importante “sacar a los niños del sedentarismo tan impuesto de la televisión, los celulares y los vídeos juegos, es un gran paso para prevenir la obesidad”, sostuvo.“Debemos crecer saludables, para ser adultos saludables”, reflexionó.
“La obsesión con lo que comeremos”
Según datos de la Organización Mundial de la Salud la obesidad se triplicó desde 1975 en todo el mundo. El organismo internacional define al sobrepeso y la obesidad como “una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”.
En este sentido se utiliza el índice de masa corporal (IMC) que “es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos”. Y se calcula «dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2)».
La licenciada en Nutrición explicó que “un IMC mayor a 25 nos está indicando sobrepeso”. Por supuesto que, “hay que tener en cuenta factores como la edad, sexo, contextura y si la persona es deportista, (que en este caso un IMC más alto no está indicando una mayor masa muscular y no un sobrepeso)”. En el caso de una persona sedentaria: “a mayor IMC, mayor sobrepeso y obesidad”. “Un IMC mayor a 30 nos está indicando obesidad”, detalló.
Consultada sobre qué se recomienda en estos casos, además de recurrir a un profesional, Beacon explicó que “cuando una persona está con sobrepeso, con cambios de hábitos asesorados por profesionales, como nutrición y actividad física, y las ganas del paciente de estar bien, seguramente se logre un peso saludable a corto plazo”.
Pero en el caso de que la obesidad, “se necesitará el asesoramiento de un grupo interdisciplinario donde además de nutricionista y profesores de educación física intervengan médicos y psicólogos”, sostuvo. Y destacó que “nunca debemos olvidar que la obesidad es una enfermedad crónica asociada a muchos factores de riesgo que pueden llevar a nuestro paciente a enfermedades crónicas más graves y la muerte”.
En sus redes la Licenciada Beacon combina recetas, consejos saludables y mucho humor.
¿Existen tratamientos “mágicos»?
Consultada sobre qué no se recomienda para el descenso de peso ( como dietas “express”) ; la nutricionista aclaró que “para el descenso de peso siempre se recomienda asesoramiento de un profesional que adapte la alimentación a cada paciente”. Respecto a todo lo demás advirtió que “son inventos del consumismo, que prometen descensos de peso por obra de magia”.
“Ningún batido, ni té, ni polvo mágico va a lograr por sí solo que el paciente baje de peso”, aclaró. Beacon explicó que si bien “hay suplementos que complementan el plan alimentario y que hasta puede resultar beneficioso, especialmente para pacientes con algún déficit nutricional”. Pero advirtió que “nadie les hace creer que un simple polvo va a inhibir una pizza entera, porque no es real”.
Entonces ¿cuál es el secreto? “No hay secretos, hay hábitos saludables, hay constancia, hay ganas de estar bien y sentirse bien”, explicó Beacon. Lo demás “se compra en las farmacias y en las dietéticas y si todos estos productos fueran reales, se acabaría la creciente obesidad mundial por la módica suma de 10 dólares mensuales”, sostuvo. “Es para meditar…”, añadió.
“La obsesión con lo que vestiremos”
Según la Organización Naciones Unidas “la producción de ropa se duplicó y el consumidor promedio compró un 60 por ciento más de prendas en comparación con hace 15 años. Sin embargo,” cada prenda de vestir ahora se conserva la mitad de tiempo”, explican. La industria entró en lo que denominan: “la era de la moda rápida».
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«La industria de la moda es muy intensiva en gases de efecto invernadero, con emisiones estimadas que oscilan entre el 2 y el 8 por ciento del total mundial», sostienen desde el organismo internacional. Además, la industria textil es uno de los principales contribuyentes a que el plástico ingrese al océano. También contaminan las sustancias peligrosas utilizadas en su producción.
Actualmente desde distintas instituciones ligadas a la industria textil se plantea la producción de moda sustentable, entre otras medidas para reducir las emisiones contaminantes que dañan el medio ambiente. También se busca promover un consumo responsable que incluya el uso prolongado, la recirculación y el reciclaje de las prendas.