Las discusiones sobre la regulación de la distancia permitida de fumigación respecto de áreas habitadas sigue estando a la orden del día, algunos partidos han logrado importantes hitos como restringir la distancia de fumigación a 1000 metros, siendo Exaltación de la Cruz uno de ellos. Sin embargo, los efectos de estas actividades siguen impactando en su población.
Nota al Pie dialogó con Agustín Brun, miembro de la organización Exaltación Salud para conocer la situación actual que atraviesa el partido.
¿Cómo se encuentra la situación respecto a las fumigaciones en Exaltación de la Cruz? ¿Desde qué momento comenzaron a ocurrir?
La situación actual en el partido comenzó en 2012 con la creación del grupo de vecinos y vecinas Exaltación Salud. Además, junto a otras organizaciones se emprendió una lucha con altibajos. De todos modos, hoy en día podemos decir que hemos logrado que se prohíban las fumigaciones aéreas y que la Justicia declare 1000 metros de restricción a fumigaciones terrestres a través de una cautelar.
Sin embargo, aunque es un avance, sabemos que no es suficiente teniendo en cuenta que no se puede tener ningún tipo de control sobre los agrotóxicos una vez liberados al ambiente. En este sentido, se da el hecho de tener que lidiar con fumigaciones ilegales, que son denunciadas en la justicia penal, y algunas incluso protegidas por la Municipalidad que continúa usando para fiscalizar un mapa de ordenamiento territorial que no se adecúa ni a la actualidad productiva y tampoco a lo que ordena con claridad la justicia.
¿Qué opiniones tienen los vecinos frente a esto? ¿Cómo impacta en su vida cotidiana?
Las opiniones han sido siempre variadas, pero notamos una mayor conciencia general sobre el tema. Lo que lleva a una obvia preocupación de la gente por la salud y el ambiente. Ha sido de mucha ayuda la replicación en algunos medios de comunicación de nuestros problemas. Aunque en general haya una invisibilización del tema (a propósito, claro).
El impacto es claro. Dos vecinas impulsaron una encuesta de salud, en tan sólo dos barrios de Capilla del Señor (San José y Esperanza), en donde se constataron 50 casos de cáncer en 30 manzanas. Además, es notorio el elevado número de casos de enfermedades de tiroides, respiratorias, alergias alimentarias.
Por último, y sobre todo para con la gente que milita en esto, hemos visto un aumento de agresividad por parte de la gestión municipal. Esto incluye amedrentamientos, un inédito despliegue policial en nuestras manifestaciones pacíficas, violencia psicológica, la detención de compañeros por pegar carteles (incluyendo brutalidad policial contra uno de ellos), etc. Todo esto, obviamente, también impacta en nuestras vidas, por lo que sostenemos que este es un modelo basado en la violencia.
En varias localidades se observó una reacción de los vecinos: ¿Que ocurrió con las autoridades? ¿Han brindado respuesta?
Desde el 2012 las autoridades han respondido ninguneando los reclamos legítimos de las organizaciones. Un ejemplo paradigmático es la ordenanza del 2012, que fue presentada por la por entonces concejala María Luz Bozzani, y hecha a medida de la Sociedad Rural, ignorando carpetas de evidencia científica entregadas por Exaltación Salud.
Para agravar la situación, con el crecimiento de la lucha, en los últimos años notamos un cambio de la estrategia del Municipio hacia medidas más drásticas hacia los vecinos y vecinas. En ese sentido, realizaron dos análisis de agua para deslegitimar a los nuestros. Sin informar cadena de custodia, en laboratorios privados con probables conflictos de interés, que utilizan equipos y parámetros, arcaicos y obsoletos, etc.
¿Existen estudios que expliquen la situación de la localidad? ¿Se han llevado adelante estudios de, por ejemplo, agua o suelo?
Durante este año realizamos muestras de agua y de suelo. Las muestras de agua fueron realizadas en una época donde no se fumiga, con las restricciones ya mencionadas. Aun así, se encontraron 6 agrotóxicos distintos en agua de pozo y red de varios puntos distintos del Municipio.
Para colmo, este año una vecina que es constantemente fumigada alertó por un derrame tóxico a metros de su casa y de una escuela pública. Dicho derrame trató de ser ocultado por la gestión municipal. Aún así, Exaltación Salud logró tomar muestras de suelo, encontrando cantidades abismales de 14 agrotóxicos distintos. Tal es la magnitud del daño en los suelos, que las proporciones eran semejantes e inclusive superiores a las relevadas en la causa judicial de la fábrica de agrotóxicos Atanor en donde se enterraban residuos peligrosos.
¿Actualmente qué visiones tiene respecto al tema? ¿Se ha logrado reducir esta problemática?
La visión es que estamos mejor que cuando empezamos, vemos que la gente del pueblo se va sumando de a poco a nuestras actividades, incluyendo manifestaciones en las calles.
Si bien a nivel local se han logrado pequeñas grandes victorias, no nos han dado todavía la protección suficiente, vemos con preocupación el avance del modelo extractivista en Argentina a un nivel general.
Esto se suma a un aumento de la producción de soja anunciada por Julián Domínguez (a 70 millones de toneladas). Que se haya dejado morir la Ley de Humedales de nuevo, que el gobierno provincial siga sin derogar la resolución 246 que habilita a pulverizar en todos lados de modo terrestre.
En fin, si bien el panorama es oscuro, creemos firmemente en nuestra lucha y seguiremos en pie. Hasta que se prohíban todas las fumigaciones y tengamos una producción agroecológica, porque se nos va la vida en eso, literalmente.