En el club Estudiantes de La Plata funciona la Secretaría de Género y Diversidad. Desde 2018, su trabajo consiste en transversalizar la perspectiva de género en todas las disciplinas y espacios “pincharratas”. Realizan actividades dentro del club y en conjunto con otras instituciones, como la Subcomisión de Género de Gimnasia y Esgrima de La Plata, el otro gran club de la ciudad.
¿Es posible trabajar en armonía con el histórico clásico rival? ¿Se pueden pensar otras maneras de relacionarse por fuera de la competitividad entre los clubes? ¿Cómo es llevar la mirada feminista a espacios tan machistas como es el fútbol? En el marco del clásico platense, Nota al Pie dialogó con Gabriela de Lucía de la Secretaría de Género y Diversidad del pincha para saber más sobre su experiencia.
¿Qué estrategias piensan necesarias para que el fútbol en Argentina sea un espacio libre de violencias y discriminación por género?
Es fundamental trabajar alineadamente con los clubes y seguir empujando para que haya áreas de género en todos. Ojalá no fueran necesarias, porque si pensamos en un objetivo al que queremos llegar es, justamente, no ser necesarias. Pero por lo pronto sí, lo somos y hay muchísimo trabajo para hacer.
Por supuesto, lograr equidad en los espacios de decisión. Es fundamental que la mirada con perspectiva de género se aplique. No ya el cupo femenino -que es otra discusión-, sino esta mirada que atraviesa todas las decisiones que se toman en los clubes, en relación a la asignación de recursos y al acompañamiento y visibilización de las disciplinas.
Obviamente nosotras sabemos que hay un montón más por hacer pero la decisión política fundamental fue la de crear la Subsecretaría. Esto nos permitió aplicar la Ley Micaela en el club, llevamos ya más de mil personas capacitadas en un año. También armar un protocolo de género y estar acompañadas en todas y cada una de las acciones que impulsamos.
¿Están en contacto con otras áreas de género de otros clubes? ¿Saben cómo es la situación de esos espacios en general?
Sí, nosotras trabajamos especialmente por una cuestión de cercanía y también porque hemos nacido en la misma época, con las compañeras de la Subcomisión de Género de Gimnasia. Con el resto de los clubes que tienen áreas de género hemos ido trabajando sobre tópicos muy particulares, como fue el impulso de los protocolos de intervención y de prevención de las violencias.
En ese sentido tenemos espacios o redes en las que participamos. El más sólido y estable de esos espacios es la Coordinadora feminista de fútbol sin fronteras. Ahí tenemos una agenda compartida. Si bien en la Coordinadora la participación es diversa (desde espacios institucionales y no institucionales o personas agrupadas de manera no orgánica), pensamos estrategias concretas en conjunto con otros espacios de género institucionalizados.
Por otro lado, también nos permite alimentar nuestros trabajos. Al ser tan novedoso en los clubes las políticas de género y de diversidad, es sumamente importante que podamos articular y que los avances de cada uno de los espacios empujen al resto. Es fundamental que podamos trabajar juntas, pensar juntas. Y resulta muy satisfactoria esta forma de trabajo feminista que sucede, por lo menos, en este ámbito de las instituciones deportivas.