El 24 de noviembre de 1991, Freddie Mercury, el mítico cantante de la banda británica Queen, se convertía en leyenda tras perder su batalla contra el SIDA. Un día antes, había confirmado su enfermedad lo que generó conmoción entre sus fans alrededor del mundo.
El frontman falleció a los 45 años en Garden Lodge, su casa ubicada en la ciudad de Londres. La propiedad le sirvió de refugio del ojo público durante los casi cuatro años que convivió con la enfermedad.
Este miércoles, a 30 años de su partida del mundo terrenal, el legado y la impronta de Mercury se mantienen con vida. Dueño de una voz única, conquistó a miles de fans a través de las generaciones y se convirtió en uno de los intérpretes más destacados de la historia.
A lo largo de los casi 20 años que duró su carrera artística, Mercury le imprimió su sello al mundo de la música con un estilo propio marcado por la versatilidad y la innovación.
Esas cualidades sirvieron de punto de conexión con sus colegas Brian May (guitarra), John Deacon (bajo) y Roger Taylor (batería). Así, dentro de la extensa obra de Queen, cada uno de sus integrantes compuso algunas de las canciones que hasta hoy se encuentran entre los grandes clásicos del rock.
Queen se caracterizó por la mixtura de su obra que recorrió desde el rock más pesado en los primeros años hasta la fusión con elementos operísticos como en la aclamada «Bohemian Rhapsody»,
De Zanzíbar al mundo
Farrokh Bulsara, quien años después se convertiría en Freddie Mercury, llegó al mundo el 5 de septiembre de 1946, en el conjunto de islas de Zanzíbar, en Tanzania, África. El joven creció en una familia integrada por su madre, su padre y una hermana seis años menor.
En su niñez, Mercury asistió al internado St. Peter’s, cercano a la ciudad de Bombay, (India). Allí, comenzó a manifestarse su pasión por la música. Motivado por un docente, estudió piano y en 1958 formó junto a un grupo de estudiantes, The Hectis, su primera banda que duró hasta 1962 cuando se graduó.
En 1964, la familia Bulsara decidió mudarse a Inglaterra. Arribaron a la ciudad de Middlesex donde Mercury ingresó al Ealing College of Art para estudiar diseño gráfico.
Durante su etapa en la universidad, se afianzó su amor por el arte musical. Tal es así que conoció a Tim Staffel, quien integraba la banda Smile. Staffel le presentó sus compañeros a Mercury, ellos eran el guitarrista Brian May y el baterista Roger Taylor: ese sería el comienzo de la historia.
En 1970, Staffel decidió abandonar Smile y pronto el joven Bulsara se sumó como el nuevo cantante. Ese sería el nacimiento de Freddie Mercury como tal. Él transformó el nombre de la banda a Queen que se completó en 1971 con la incorporación del bajista John Deacon.
We Will Rock You
Queen tuvo su presentación oficial en 1973 con su primer disco titulado «Queen». Al año siguiente editaron «Queen II» y «Sheer Heart Attack», y el single «Killer Queen» comprendido en el último álbum fue el que allanó el posterior éxito de la banda.
Sin embargo, 1975 fue el año bisagra en la historia de Queen. El estreno del álbum «A Night At The Opera» y la canción «Bohemian Rhapsody» se transformaron en símbolos de la cultura musical.
«Bohemian Rhapsody» rompió con los esquemas del rock al combinar elementos de este género con recursos de la música clásica. La calidad y el misticismo que guarda la canción compuesta por Mercury la convirtieron en un himno que hoy tiene más de mil millones de vistas en YouTube.
Tras la consagración que alcanzaron con su cuarto disco, Queen se transformó en un huracán que cosechó fans alrededor del mundo. Editaron «A Day At The Races» (1976), «News Of The World» (1977) y «Jazz» (1978). De estos discos surgieron canciones como «Somebody To Love», «We Will Rock You» y «We Are The Champions».
En la década de los 80, fieles a su versatilidad, Queen sorprendió con octavo disco titulado «The Game». El álbum presentó un sonido diferente al que la banda había ofrecido hasta el momento con canciones en un estilo más «groove».
A la par de la innovación que supuso «The Game», también hubo un cambio de la estética general de la banda: habían quedado atras las cabelleras largas (excepto May) de los primeros años, para dar paso a looks con pelo corto y poco después la clásica imagen de Mercury con su bigote.
«Nosotros somos los campeones del mundo»
En los años posteriores, la banda continuó con su prolífica discografía. Lanzaron «Flash Gordon» (1980, banda sonora de la película homónima) «Hot Space» (1982),»The Works» (1984) y «A Kind of Magic» (1986).
En 1981, la banda llegó a la Argentina. Queen dio tres recitales en el estadio Vélez Sarfield, en el barrio porteño de Liniers. Mientras tanto, los otros shows se celebraron en el estadio Mundialista de Mar del Plata y el ultimo en el «Gigante de Arroyito» en Rosario (Santa Fe)
A la par de su carrera junto a Queen y las giras alrededor del mundo, Mercury también incursionó como solista. En 1985 editó «Mr Bad Guy» y «Barcelona» (1988) junto a la soprano española Montserrat Caballé. Posteriormente, la canción homónima fue el himno de los Juegos Olímpicos de 1992 en la ciudad española.
A lo largo de su carrera, Mercury intentó mantener su vida privada a resguardo del ojo público. Durante la década de los 70, conoció a una joven llamada Mary Austin, quien fue su pareja por varios años y quien luego, tras su separación, se convirtió en su amiga.
Además de Austin, que estuvo junto a Mercury hasta el final de sus días, la otra pareja más conocida del líder de Queen fue Jim Hutton. Él y el músico se conocieron en la década de los 80 y estuvieron juntos hasta el fallecimiento del artista.
El nacimiento de la leyenda
Entre 1985 y 1986 tuvieron lugar dos de los recitales más icónicos de la historia de la música. El primero fue la presencia de Queen en el concierto solidario de Live Aid, donde durante los 20 minutos de presentación de la banda, quedó demostrado el talento de Mercury para cautivar al público.
Posteriormente, en 1986, la banda británica emprendió la gira «Magic Tour» por Europa con una serie de más de 20 conciertos. Entre los mismos, estuvieron los shows celebrados en Inglaterra en el Estadio Wembley y en Knebworth Park, que fue la último recital de Queen junto a Freddie.
Para 1987, Mercury fue diagnosticado con la enfermedad del SIDA. Desde ese momento, mientras intentaba luchar contra las secuelas que le provocaba la misma, continuó su trabajo creativo junto a Queen. La banda lanzó «The Miracle» (1989), «Innuendo» (1991) y «Made In Heaven» (1995) que fue un álbum póstumo.
Finalmente, el 24 de noviembre de 1991, debido a complicaciones producto del SIDA, Freddie Mercury, falleció a los 45 años en Londres. La vida del magnético cantante de Queen se apagó para dar lugar al nacimiento de la leyenda.
30 años después de su paso a la inmortalidad, el legado del músico se mantiene tan vivo como siempre. Su estilo camaleónico, su calidad vocal y compositiva y su magnetismo para con el público, convierten a Freddie Mercury y a su recuerdo en una pieza fundamental de la cultura musical universal.