Elga Velásquez es una joven jujeña de 36 años que en el 2019 creó la Fundación Para el Desarrollo Sostenible en Córdoba, provincia a la que se mudó de adolescente para poder estudiar. En un principio, la organización realizó una investigación donde se pudieron obtener datos de la situación de las cooperativas.
El siguiente paso dado fue pensar en una campaña para también hacer un cambio en la ciudad. Dicho proyecto cobró vida en diciembre del 2020 en conjunto con empresas, ciudadanes, cooperativas, instituciones y ONGs con el objetivó de subir el índice de recuperabilidad.
Actualmente, cada tercer sábado del mes, les vecines pueden acercarse a los puntos de acopio para llevar sus residuos.
Velásquez preside la Fundación para el Desarrollo Sostenible y trabaja allí en diversos proyectos, como huertas comunitarias, educación en economía circular, compostaje, entre otros. Por otro lado, también trabaja en el proyecto Recircular y en Plantando Futuro, que tiene el enfoque sobre el arbolado urbano.
Más allá de su compromiso con el medio ambiente y el reciclaje, Velásquez fue postulada por una voluntaria de Buenos Aires a la convocatoria de Abanderados de la Argentina Solidaria 2021. En el mismo se elige une abanderade al año y se le otorga un premio de $1.000.000 de pesos.
Este es el caso de Elga, quien quedó como finalista del certamen gracias al proyecto Recircular. Se encuentra junto con otras 7 personas, luego de una rigurosa selección que se dio entre 700 postulades. Cabe destacar que la gala de premiación será este sábado 20 de noviembre a las 23:45 por Canal Trece.
Nota al Pie dialogó con Elga Velásquez, quien contó cómo es el trabajo que viene haciendo con la fundación y la importancia que tiene este estilo de causas.
¿Por qué es importante el desarrollo sostenible en tu vida cotidiana?
Es fundamental para trazar estilos de vida mucho más sustentables que conllevan una serie de cambios de hábitos que tenemos que empezar a realizar todos. En mi vida cotidiana trato de enseñarle a mi familia, de ser el ejemplo en esto y por supuesto siempre con la mejora continua.
No soy una persona cien por ciento sustentable, sino que faltan muchos actos por hacer, como por ejemplo consumir más responsablemente, fijarme en etiquetas, el tema de empezar a hacer estas prácticas que son un punto de partida para preguntarnos sobre diferentes cuestiones de la vida.
Siento que hace falta bastante compromiso por parte de la producción, pero hay un cambio en términos generales que se está notando. Lo que me motivó a crear la fundación y estar en este tema, fueron las ganas de ver cambios y que la gente tenga también la motivación y las ganas de lograr esos cambios. El hecho de podamos saltar los muros que tenemos como sociedad, de mucha falta de oportunidades de la gente, el tema de la falta de conexión y de oportunidades.
Por otra parte, también me motiva que en la parte de recuperadores urbanos puedan salir adelante con la dignificación de su trabajo y pueda visualizarse en la sociedad de diferentes maneras, ofreciendo un servicio, siendo artífice de ese cambio y que puedan sentirse plenamente felices por el trabajo que hacen.
Me duele mucho lo que vive Argentina, el índice de pobreza que es un 50% de niños hoy. También recorrer los barrios y ver tantas desigualdades me mueve y me causa mucho dolor. Así que trato de justamente, en la pospuesta, tratar de hacer ese cambio y dejar un poco de esperanza para la gente que está trabajando y tratar de construir otra realidad.
¿Por qué se creó la fundación para el desarrollo sostenible?
La fundación la creamos porque veníamos desarrollando el evento Green Drinks Córdoba hace nueve años. La motivación que tuve fue traer un formato de diálogo para que se tomen diferentes vinculaciones y puntos de vista desde el área académica, empresarial, gubernamental, etc. y realmente poder hacer ese cambio que necesitamos en el desafío global que tenemos en la salud, la pobreza, la igualdad de género y la educación, entre otras cosas.
Todos los desafíos que tenemos, creo que eran necesarios que confluyan en un diálogo. Pero después de ese diálogo salir a ser propositivos y que esto se tangibilize, que esto no quede en un diálogo o una charla. Por eso la necesidad de generar esta fundación; somos muy jóvenes, tenemos recién dos años en Green Drinks como fundación.
La fundación lo que nos permite es poder canalizar recursos y poder tangibilizar diferentes propuestas, como las huertas comunitarias, la generación de herramientas educativas o convenios con universidades. También está el tema de generar una red de viveros, detectar las necesidades que tiene la comunidad para ser propositivos, por eso la fundamos.
Somos actualmente 11 miembros del concejo de administración y alrededor de treinta en lo que es el trabajo de campo, lo hacemos todo, por el momento, voluntariamente, también ciertas tercerizaciones de servicios. En la campaña recircular, como es una vez al mes y es más esporádico, somos sesenta personas, pero estamos contentos de todo lo que se está logrando.