El Origami es una práctica artística milenaria basada en la técnica del plegado de papel para, de esta manera, crear diversas figuras. Todos los años, entre el 24 de octubre y el 11 de noviembre, se celebra su día mundial. La fecha del 24 de octubre se estableció en homenaje al aniversario del nacimiento de la estadounidense Lillian Oppenheimer, fundadora de la Sociedad Británica de Origami y Origami USA, a quién se le atribuye la popularización de la técnica en Occidente alrededor de los años 50.
Sin embargo, en Japón el día del Origami se celebra todos los 11 de noviembre. Por este motivo es que,para unificar ambas fechas, se propuso un festejo internacional que comienza con la fecha de occidente y finaliza con la de oriente.
Los orígenes del Origami
Los orígenes del Origami se remontan a China donde apareció por primera vez, en los S. I y II, el arte del plegado de papel. En aquel entonces era solo utilizado como parte de las ceremonias de la nobleza. Pero varios siglos después es introducido por los monjes budistas a Japón para utilizarlo en sus rituales religiosos y como amuletos de buen augurio. Es de allí dónde toma su nombre: oru (doblar) y kami (papel).
Su técnica consiste en la creación de figuras en 2 ó 3D mediante el plegado de un cuadrado de papel sin realizar cortes ni utilizar pegamento.
El arte del Origami ha adquirido diferentes significados alrededor del mundo. En España el escritor Miguel de Unamuno lo introdujo en la década de 1930 como un sofisticado entretenimiento, mientras que en Oriente el significado de su práctica se encuentra más apegado al arte, los valores de amistad, la concentración y la armonía universal. En Japón uno de sus grandes maestros fue Akira Yoshizawa.
Diferentes usos del Origami
Desde las grullas de papel popularizadas en la cultura oriental como símbolo de paz y unión, hasta numerosos inventos de nanotecnología aplicables a la medicina, utilizan esta conocida técnica que va de la creación de formas simples, a otras que pueden llegar a ser muy complejas. También muchos investigadores de diferentes disciplinas crearon aplicaciones a partir de este arte milenario. Un ejemplo es el caso de la nave espacial japonesa Ikaros, que usa una técnica de origami para almacenar, abrir y cerrar las velas solares que sirven para su propulsión.
Mil Grullas
En la literatura, el milenario arte oriental fue inmortalizado en la historia de amor y amistad de Naomi Watanabe y Toshiro Ueda, el maravilloso cuento de la reconocida escritora argentina Elsa Bornemann