La pandemia de Covid 19 tuvo sus efectos en la política, y Europa no es la excepción. Esto, sumado a la fragmentación de los partidos de derecha, dieron lugar, en los últimos meses, a victorias de partidos socialdemócratas en varias naciones. Sin embargo, las fuerzas de centroizquierda aún tienen problemas de representación y dificultades para captar a una parte importante de les votantes.
Luego de años de derrotas, la socialdemocracia triunfó en los recientes procesos electorales de Noruega, Alemania e Italia; en este último caso en elecciones municipales, donde esta fuerza ganó en las cinco principales ciudades. En la actualidad, les socialdemócratas encabezan los Gobiernos de siete países europeos: la ya mencionada Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca, España, Portugal y Malta.
A ellos se sumará la nación germana, tras la victoria en septiembre del candidato Olaf Scholz, quien reemplazará a Angela Merkel en el cargo de canciller. Si bien estos triunfos no significan la hegemonía de la socialdemocracia en Europa, es notorio que en varios países haya sido la fuerza más votada.
En diálogo con la Agencia de Noticias Télam, la investigadora del Centro de Estudios de Política Internacional (CEPI) de la Universidad de Buenos Aires, Mariana Polizzi, consideró que “hay un proceso en recuperación de la socialdemocracia en Europa”.
“La Covid-19 generó una modificación en los lazos sociales y económicos”, remarcó Polizzi. En este sentido, explicó que “hay mayor necesidad de un Estado de bienestar presente, que pueda responder a las demandas sociales de los ciudadanos de pie y la ultraderecha no ofrece ese tipo de propuestas”.
La influencia de la pandemia en la política europea
El periodista italiano Iacopo Scaramuzzi también dialogó con Télam y consideró que la pandemia desarmó el discurso de los partidos de derecha. En consecuencia, facilitó sus derrotas en favor de les socialdemócratas.
“La pandemia demostró que el enemigo no es el migrante, sino un virus; que las fronteras no eran tan importantes porque el virus podía pasarlas fácilmente; y que la cooperación internacional era muy importante y el nacionalismo no era la solución”, explicó el también escritor.
Scaramuzzi también remarcó el rol de la Unión Europea (UE) durante la crisis sanitaria, que permitió a los Estados miembros sobrellevar mejor la crisis. Esto se debió a la campaña de vacunación comunitaria y a un fondo de recuperación económica de 750.000 millones de euros.
Según el periodista italiano, esta situación fortaleció a la socialdemocracia, a lo que se sumó la fragmentación política de otros partidos. “Los populistas de derecha no son capaces en este momento de interpretar lo que la gente quiere y eso es consecuencia del hecho que, en realidad, están bastantes fragmentados”, consideró.
Con este panorama, Polizzi señaló que puede darse “un contagio de la ola rosa” de la socialdemocracia en Europa. Sin embargo, advirtió que esto ocurriría sólo si la UE continúa adoptando medidas a favor de un Estado “más presente y sostenedor de las cuestiones sociales”.
“La UE está dando señales para que el Estado social esté presente porque, a mi parecer, no quieren repetir la historia de la crisis económica de 2008, que fue el punto de ebullición de los partidos de extrema derecha”, explicó la politóloga.
En contraposición, Scaramuzzi manifestó sus dudas sobre la capacidad de la UE para mantener una respuesta eficaz a largo plazo; ya que destacó que tras la pandemia “habrá una ola de desempleo, miedo, pobreza y ese es exactamente el humus que alimenta a los populistas de derecha”.
Sobre los triunfos de la socialdemocracia en Europa
Con respecto a las victorias electorales de la socialdemocracia europea, el periodista italiano advirtió que una gran cantidad de gente no vota. Como ejemplo, contó que, en los últimos comicios municipales en Roma, sólo votó un 40% de la población.
Los primeros análisis sostienen que quienes eligieron no ir a las urnas, cinco años atrás votaron por partidos antisistema y antiestablishment. En este sentido, Scaramuzzi remarcó que “la socialdemocracia es votada por ricos y pobres, pero no por los antisistema”; y agregó: “Creo que aún hay un gran problema de representación y es un riesgo para los socialdemócratas a futuro. Tienen que acercarse a ellos para que su éxito sea duradero”.
“Imagino que, gracias a la actual fuerza de la socialdemocracia, la UE estará más orientada el próximo año hacia algún tipo de flexibilidad en la política presupuestaria y será un poco más tolerante con la deuda y el déficit”, finalizó Scaramuzzi.