El cantante Daniel Fiorentino, junto con sus compañeros Víctor Lasear y Mariano Escobar, presentarán La Cuadrilla Cultural Tanguera en el sur de la ciudad. El próximo sábado 2 de octubre, a las 21hs, llegan a la Imprenta Recuperada Chilavert, en el barrio de Pompeya, Chilavert 1136. La entrada como dicen sus integrantes, es “al sobre, nunca a la gorra”. Un encuentro a través de nostálgica y buena música, de la mano de una sólida agrupación que usa las guitarras, la voz, y la pasión por el tango, para enlazar diferencias y caminos.
Fiorentino durante la pandemia se juntó con Lasear y con Gustavo Corrado y grabaron un disco llamado “La Cuadrilla Cultural Tanguera”. Un álbum que él define como un reencuentro con parte de su identidad. Ya que luego de transitar distintos estilos con su voz, se cobija en el tango. En esas melodías que sonaban en el conventillo de La Boca, donde nació y marcaron su infancia.
Para armar su disco, rebusco en sus memorias y se apropió de canciones. Un set de clásicos como “El que atrasó el reloj”, “Leguisamo solo”, “Manoblanca”, “Gol argentino” “Malena”, “Naranjo en flor”, “Cafetín de Buenos Aires”, y “Como dos extraños”, más dos temas “Milonga hereje”, un tributo a Jorge «El Gordo» Alorsa, líder, cantante, letrista y compositor de la Banda Platense “La Guardia Hereje”. Más “Sueños perdidos”, una composición de Lasear.
Luego de algunas presentaciones por streaming y en distintos lugares como el Conventillo de la Paloma, en la Casa de Evaristo Carriego, en la esquina de Scalabrini Ortiz y Corrientes. Ahora llegó la oportunidad de presentarlo en vivo, una fiesta para el trío y para el público en esas melodías que los músicos definen como “tangos para reparar el alma”.
Imprenta Recuperada Chilavert, su historia
Antiguamente este lugar fue el Taller Gráfico Gaglianone, fundado en 1923. La empresa se fue deteriorando, y sufriendo procesos de vaciamiento. Sin inversión, máquinas en deterioro y malísima situación de trabajo para sus empleados. Para el 2001, la planta contaba con 30 trabajadores de los cuales solo ocho fueron sobrevivientes. Y enfrentaron el desenlace de la quiebra. Luego de una dura lucha lograron que la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires les diera la expropiación temporaria de la empresa el 17 de octubre de 2002.
Hace años esta imprenta es una de las tantas fábricas recuperadas, que volvieron a funcionar en Buenos Aires. Una fábrica que quedó en manos de sus trabajadores, luego de la crisis del 2001. En esta ocasión el lugar resguarda un oficio y además honra la cultura popular y se armó un espacio didáctico.
Además se sumaron a la movida de bachilleratos populares, y en el 2007, arrancó lo que llaman el Bachi, con unos 60 chicos. Una escuela para adolescentes y adultos que levanta la educación popular. Todo empezó con la llegada de profesores que ofrecían clases particulares y de apoyo a la comunidad. Luego se sumaron a otras fábricas y se logró la oficialidad de dichas escuelas.
Hoy es un Bachillerato Popular que emite títulos oficiales reconocidos por el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires y es la fuente de trabajo de docentes y talleristas. Y además un espacio para la cultura popular abierta a toda la comunidad.