El 18 de septiembre de 2006 marcó un antes y un después en la historia argentina. Se producía en La Plata la desaparición en democracia del testigo clave de los crímenes cometidos por Miguel Etchecolatz: Jorge Julio López. Sin embargo, a 15 años de su desaparición forzada la causa sigue parada.
Jorge Julio López fue un trabajador más de Buenos Aires, albañil y peronista que durante la última dictadura cívico militar fue víctima de desaparición forzada. Durante los años de su primer secuestro fue trasladado a distintos centros clandestinos de detención donde vivenció diferentes delitos de lesa humanidad.
Sobreviviente de todo lo ocurrido, Julio Lopez no se permitió olvidar. Con el retorno a la democracia comenzaron los juicios contra represores, torturadores y genocidas que actuaron durante la dictadura. Sin embargo, la sanción de la leyes de “Obediencia Debida” y “Punto Final” tejieron una gran red de impunidad que duró varios años. Finalmente, el 21 de agosto de 2003 el Senado convirtió en ley la anulación de las “Leyes del perdón y de la impunidad”.
La anulación de las leyes de impunidad permitió reabrir los juicios a les genocidas que operaron de 1976 hasta 1983. Uno de los primeros juicios reabiertos fue contra Miguel Etchecolatz, uno de los principales responsables de los delitos cometidos contra Jorge López.
Ya en 1999, Lopez había declarado como testigo en el Juicio por la Verdad de La Plata, donde relató detalles sobre los diferentes centros clandestinos en los que estuvo y los delitos de lesa humanidad que vivenció. Y nuevamente para el 2006 declaró como testigo en la causa contra Echecolatz, donde narró su experiencia, los ocurrido con les detenides y desaparecides y cómo funcionaba el circuito CAMPS.
La red antes nombrada estaba constituida por 29 centros clandestinos de detención dependientes de la policía bonaerense a cargo de Ramon Camps y de su mano derecha.
La segunda desaparición de Jorge Julio López
El testimonio de Jorge Julio López fue clave para condenar a cadena perpetua a Miguel Etchecolatz. Sin embargo, a poco tiempo de brindar su testimonio, antes de la sentencia y en pleno gobierno democrático, López desapareció.
Durante los primeros 18 meses de su desaparición la causa fue caratulada como averiguación de paradero a cargo de la policía bonaerense. Esta fuerza había sido comandada por Etchecolatz y era sospechosa de haber participado de la segunda desaparición. También se ha de destacar que en ese momento había más de 9000 efectivos activos desde la dictadura.
Recién en el 2008 gracias el trabajo de las organizaciones de derechos humanos, se logró que la causa se investigue como desaparición forzada y que se aparte a la Policía Bonaerense. A pesar de ello, la causa sigue sin avanzar ya que en la actualidad a la justicia le cuesta recabar pruebas.
El hijo de Julio López, Ruben López, informó a medios nacionales que la causa “tiene 50 cuerpos, 48 anexos y ninguna pista firme”. Asimismo, en una entrevista que le realizaron en El Destape detalló: “Hay una suma de errores por parte del Estado. El Estado siempre fue responsable por omisión. En este caso, el Estado somos todos así que están todos envueltos en esta cuestión. De haberlo cuidado, protegido y prestado todas las herramientas que el Estado tenía a disposición, hubiera sido diferente. Fijate que a partir de la desaparición de mi viejo, se crea un área de protección a testigos. En ese momento no existía ese área, no se implementaba”.
Por otro lado, se ha de recordar que Etchecoltz fue parte de la policía bonaerense hasta agosto de 2017 bajo la figura de retiro activo voluntario y que en 2014 se lo volvió a condenar a cadena perpetua. Esta vez por los crímenes cometidos en el centro de detención “La Cacha”, lugar en el que estuvo Laura Carlotto, hija de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Durante el juicio llevado a cabo enl 2014, el genocida tuvo entre sus manos un papel que decía claramente “Jorge Julio López. Secuestrar”.
Pedido de justicia
A 15 años de su segunda desaparición y con una causa parada, les ciudadanes argentines junto con organismos de derechos humanos alzaron su voz pidiendo Memoria, Verdad y Justicia. Concentrando en diferentes puntos de Argentina, realizando posteos o volviendo a pasar el testimonio del albañil durante el juicio del 2006, se buscó recordar que a todes les argentines les falta Julio López; y que mientras la desaparición quede impune y sin él, no habrá “Nunca Más”.