El Papa Francisco mantuvo ayer una reunión privada con Zuzana Caputova, presidenta de Eslovaquia. Tras el encuentro, el sumo pontífice dio un discurso desde los jardines del Palacio Presidencial hacia los países europeos. La premisa principal fue que no se aíslen en la pospandemia y que sean solidarios «atravesando las fronteras». La reunión tuvo lugar en Bratislava, la capital del país.
El Papa Francisco también reiteró la condena «a toda forma de antisemitismo», en otro discurso pronunciado en la plaza Rybne; donde se emplaza el monumento que conmemora a las 105.000 víctimas del Holocausto en Eslovaquia.
Fraternidad y solidaridad
En referencia a la fraternidad europea, el Papa afirmó «urge ahora, en un momento en el que, después de durísimos meses de pandemia, se plantea, junto a muchas dificultades, una anhelada reactivación económica, favorecida por los planes de recuperación de la Unión Europea».
Según Francisco, «todavía se puede correr el riesgo de dejarse arrastrar por la prisa y la seducción de las ganancias; generando una euforia pasajera que, más que unir, divide». Y agregó «Además, la sola recuperación económica no es suficiente en un mundo donde todos estamos conectados; donde todos habitamos una tierra media», profundizó el Papa.
Durante su discurso también hizo referencia a sus preocupaciones sobre la pandemia.»Nos ha mostrado que es muy fácil, a pesar de estar todos en la misma situación, disgregarse y pensar solamente en uno mismo. Volvamos a comenzar reconociendo que todos somos frágiles y necesitados de los demás. Ninguno puede aislarse, ya sea como individuo o como nación», reclamó.
En este sentido, al firmar el libro de visitas del Palacio Presidencial, el Papa planteó su intención de que Eslovaquia «sea un mensaje de fraternidad y de paz en el corazón de Europa».
Condena a la violencia en todas sus formas
En el encuentro que encabezó en la plaza Rybne, de Bratislava, Francisco pidió rechazar «toda forma de antisemitismo»; y criticó «las manipulaciones que instrumentalizan la religión», al reunirse con miembros de la comunidad judía eslovaca.
«Estamos unidos, lo repito, en la condena de toda violencia, de toda forma de antisemitismo, y en el esfuerzo para que la imagen de Dios en la persona humana no sea profanada», remarcó el pontífice frente al monumento que conmemora a las 105.000 víctimas del Holocausto en Eslovaquia.
Durante el encuentro de este lunes, el Papa recordó la época en la que Eslovaquia estuvo bajo el mando del sacerdote Josef Tiso; aliado del régimen nazi, cuando decenas de miles de judíos eslovacos fueron deportados y asesinados.
«Aquí el nombre de Dios fue deshonrado, porque la peor blasfemia que se le puede causar es la de usarlo para los propios fines, más que para respetar y amar a los demás», lamentó el Papa Francisco. Y planteó que «la memoria no puede y no debe dejar lugar al olvido».
Este lunes, el Papa reforzó además sus críticas a la censura de la época comunista, cuando según Bergoglio «un pensamiento único coartaba la libertad».
Luego del encuentro con el mundo diplomático, político y social, el Papa se reunió con obispos, sacerdotes; religiosas y catequistas locales y los convocó a seguir el camino de «la unidad, la comunión y el diálogo» con las otras confesiones cristianas.
La reunión con Zuzana Caputova
La reunión del Papa Francisco con Zuzana Caputova, es leída por diversos analistas como un acto simbólico que contrapesa los liderazgos conservadores del este europeo; como el que se referencia en el primer ministro húngaro Viktor Orban. La diferencia entre las menos de siete horas que el Papa pasó en Hungría y los cuatro días que pasará en Eslovaquia pueden leerse en esa dirección.
Caputova es la primera mujer eslovaca en ser elegida para el cargo de presidenta. Y es también una importante líder ambientalista. Dio el salto a la política tras haber ganado, como abogada, una batalla contra un vertedero ilegal de Pezinok, su ciudad natal.
La mandataria eslovaca por su parte, no ahorró gestos hacia el Papa desde la llegada de este a su país. Lo consideró «un mensajero de la inspiración que se necesita para el futuro de la humanidad”.
En el día de hoy, el Papa se trasladará a la segunda ciudad del país, Kosice, donde visitará una de las poblaciones gitanas más grandes de Europa; y también se encontrará con jóvenes eslovacos.