Este domingo 25 de julio se celebra el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente, en conmemoración del Primer Encuentro de Mujeres Negras de América Latina y El Caribe, realizado en 1992. Entre quienes enfrentaron y enfrentan al racismo con perspectiva de género, se encuentran las emprendedoras afroargentinas Analía Vargas, de 59 años, y Florencia Arce, de 29. Estas dos mujeres, madre e hija de Rosario, Santa Fe, crearon la marca de ropa “Impermanente” luego de quedarse sin trabajo en plena pandemia.
En diálogo con la Agencia de Noticias Télam, Florencia Arce contó que además de reivindicar sus raíces, su diseño “se basa y se nutre de lo local”. La joven explicó: “La primera colección nació de mi militancia en contra de la quema de los humedales del Delta del Paraná”; y detalló que “en las manifestaciones nos expresamos con el candombe, y del fuego de las islas y el fuego para calentar los cueros de los tambores, del río y del verde del humedal, salieron las primeras prendas”.
Con respecto al nombre “Impermanente”, Arce señaló que “representa la incertidumbre del día a día nuestro, de la resistencia que encaramos con la costura que nos obliga a mutar constantemente y a reinventarnos”.
En su taller ubicado en la zona sudoeste de Rosario, las mujeres realizan sus diseños adaptándolos a cada persona, “como una respuesta a la industria y también como una forma de revalorizar el diseño de Rosario”. En este sentido, ambas remarcaron que su objetivo es “descolonizar la vestimenta”; ya que “las marcas se rigen por Europa y reproducen sus diseños, su moda y su cultura vistiéndonos a todes iguales”.
“Tenemos que ser conscientes de que no todo está afuera, acá adentro tenemos grandes creadores, no tenemos que ir a copiar modas a otro país porque cada ciudad y país tiene una realidad”, manifestó Analía Vargas a Télam.
Vestimenta anticolonial, amigable con el ambiente y no binarie
En relación con la idea de “descolonizar la vestimenta”, Vargas aseveró que “se ve discriminación en la industria y en la sociedad por ser mujer y por ser afrodescendiente. Somos las negras. La costurera es la negra”. Ella es diseñadora y modelista industrial, y, al igual que todas las mujeres de la familia, aprendió el oficio de su madre. En este sentido, remarcó: “Tenemos el legado ancestral matriarcal en la memoria”.
Además de tener un objetivo anticolonial, Impermanente sostiene que “vestir es político y un derecho”. Por este motivo, las emprendedoras buscan “contemplar todos los cuerpos y empezar el camino hacia un perchero sin género”.
En este punto, Arce opinó que “en algún momento todes nos vamos a vestir como queramos”; e hizo referencia al reciente reconocimiento de las identidades no binarias en el Documento Nacional de Identidad. “Sabemos que viene eso y queremos colaborar en esa causa”, comentó.
Impermanente también pretende difundir el consumo consciente. Por eso, la joven expresó: “Cuando estemos más plantadas en el mercado nuestra idea es trabajar con telas orgánicas y con el cáñamo”. Asimismo, buscan vincularse “con productores responsables y tinturas naturales hechas con plantas y raíces para producir telas para no dañar el medioambiente”.
En el mismo sentido, su madre agregó que “la industria textil es la que más afecta al medioambiente con sus tinturas químicas, el desperdicio constante, el plástico del poliéster, las grandes huellas de carbono y los agroquímicos que se utilizan en la producción del algodón”.
Descubriéndose afroargentina
El origen de Impermanente se remonta a un viaje que Florencia y Analía hicieron por Brasil y Uruguay; en el que la joven diseñadora subsistió vendiendo ropa. “Mi amor por Bahía (Brasil) y mi relación con la música y el baile del candombe uruguayos me hizo investigar más mis raíces familiares y comencé a autopercibirme afroargentina”, contó.
Arce también hizo referencia a una experiencia racista que vivió a sus 20 años y que la había alejado de la costura. “Estaba sobre una manta en una feria informal vendiendo ropa hecha por mí con retazos de tela cuando una mujer, dueña de una marca de ropa importante para la que cosía mi mamá me comenzó a acusar de robar sus telas y diseños”, recordó.
Sin embargo, fue ese mismo acto de discriminación el que le sirvió “para saber lo que quiero con Impermanente”. En ese momento “ya estaba haciendo una reutilización y al confrontar con una marca que daña al planeta y viste a todos iguales con copias de Europa, estaba naciendo una identidad propia”, remarcó.
Esa experiencia, sumada al acoso callejero, las llevó a crear Impermanente. “Como afroargentinas sufrimos todos los días el sexismo”, expresó la joven; y agregó: “Tal vez por eso hacemos una exhibición del cuerpo a través de la danza mostrando la prenda”. De la misma forma, comentó que “las personas que se visten con Impermanente también se muestran sensuales o danzando con la prenda. Es una forma de luchar contra las imposiciones sexistas y racistas”.