Las organizaciones nucleadas en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) continúan reclamando vacunación para quienes laburan en los comedores populares, ya que son considerades personal esencial y estratégico en la contención de la pandemia.
Los comedores y merenderos populares tuvieron que organizarse artesanalmente y sin asistencias profundas por parte del estado. Pese a esa situación, lograron seguir abiertos para estar al servicio de miembros de los sectores populares.
Sin embargo, los trabajadores sociocomunitarios de estos espacios se llevaron una sorpresa al descubrir que no estaban categorizados como personal estratégico para la vacunación. Esto desató una ola de reclamos, pero siguen sin respuestas.
En comunicaciones con Nota al Pie, Dina Sanchez, vocera nacional del Frente Popular Darío Santillán (FPDS), indicó que “la pandemia nos está dejando un saldo bastante grande, que es la pérdida de compañeros y compañeras de primera línea desde que empezó. Necesitamos ya mismo vacunas para los trabajadores y trabajadoras de la economía popular”.
Además, agregó que cerrar estos espacios, por algún contagio, deja consecuencias bastante negativas en el barrio. “Significa cientos de familias que no pueden garantizar un plato de comida en sus hogares. Es fundamental que esto no quede en un simple pedido, sino que se avance”, agregó.
Sin respuestas concretas por parte del estado
El FPDS ya había mantenido reuniones con el entonces Ministro de Salud, Ginés Gonzalez García, quien comunicó que iba a apoyar su demanda, y que la modificación “incluso iba a salir en el boletín oficial”. Luego de la renuncia del funcionario, estas charlas “quedaron en la nada”.
Sánchez exigió que “este reclamo no puede quedarse solo en discurso. No basta con salir a reconocer el trabajo que venimos haciendo. Tienen que tomar acciones concretas”.
Organización de los comedores
En cuanto a las actuales medidas protocolares de los comedores populares, la vocera del FPDS expuso la ausencia del estado. Y explicó que están trabajando con el sistema de burbujas.
“Intentamos hacer barbijos de la mano del CONICET, empezamos a fabricar alcohol en gel, mochilas para poder desinfectar nuestros espacios de trabajo. Gracias a eso, hemos podido mantener nuestros espacios abiertos”, precisó.
“Los protocolos los armamos antes de que llegara el primer caso de COVID al país porque ya sabíamos que si llegaba a nuestros barrios iba a explotar”, agregó.
Ante el impacto de la segunda ola y el aumento de contagios en este sector, Sánchez señaló que se están organizando para “salir con un comunicado en conjunto, activando el Registro Nacional de Comedores y Merenderos (Renacom) para sostener ahí la inscripción de nuestros compañeros y compañeras”.