«Tuve un sueño… Que salimos los pueblos… Que bajaban las almas y les ancestres del cerro… Que brotaban los seres de sus vertientes… y todes juntes llenamos las rutas llegando a Andalgalá… Para abrazar al Apu Aconquija y todos sus cauces de aguas”.
Así convocaban «Las Mujeres Guardianas del Cerro y el Agua y Las Mujeres Diaguitas, Ancestras del Futuro” a marchar este viernes 23 y sábado 24 de abril hacia la ciudad catamarqueña , en defensa de los recursos naturales.
Cabe mencionar que en las últimas semanas la histórica lucha de Andalgalá, en la provincia de Catamarca, comenzó a visibilizarse en otros puntos de Argentina. Doce vecines pertenecientes a la Asamblea El Algarrobo fueron perseguides y detenides por oponerse al extractivismo minero.
Si bien este lunes 26 les asambleístas fueron liberades, la lucha contra la megaminería continúa. Y también es librada por las comunidades originarias, que marcharon este fin de semana.
Las “Mujeres Guardianas” integran la Red trasandina de Mujeres Diaguitas en apoyo a las caminatas por la vida. Estas se llevan a cabo en el Cerro Aconquija y en toda la cuenca hídrica que integra el circuito.
Una de las Mujeres Guardianas del Cerro y el Agua, Tahalí Chayle, explicó:
“Es un espacio que se generó por esta actividad de abrazar el Aconquija. Está conformado por vecines, de manera autoconvocada e independiente a la que nos incluimos las mujeres indigenas”.
Las mujeres marchan en defensa de sus territorios, de la naturaleza y la vida. Se manifiestan en contra del proyecto extractivista de minería a gran escala en Agua Rica que llevan a cabo la empresa canadiense Yamana Gold asociada a la transnacional suiza Glencore. En un comunicado denuncian la ilegalidad del proyecto y exigen su paralización.
Unides por un objetivo en común
Las comunidades se encuentran hermanadas en distintas luchas que las unen en un objetivo común: la defensa de sus derechos. Por esto hacen un llamado a que se reconozcan y se encaucen en “un mismo río”.
Nota al Pie se comunicó con Lourdes Albornoz que forma parte de la Red Trasandina de Mujeres Diaguitas Ancestras del Futuro. Ella contó que están denunciando “los crímenes del extractivismo, sobre todo de la megaminería”. También compartió la crónica de los daños a los territorios indígenas diaguitas y a sus pobladores.
En este sentido apuntó que “el detonador del conflicto es un emprendimiento extractivista que amenaza la fuente de agua de todo el NOA (Noroeste Argentino), el Cerro Aconquija, y la fuente del equilibrio de todos sus biosistemas”.
Al respecto, mencionó que existe una causa en la cámara federal, “por el delito de contaminación de la cuenca Salí Dulce”.
La abogada agregó:“se pretende utilizar nuevamente en el proyecto integrado minera Agua Rica y Alumbrera, hoy denominado Proyecto MARA; perteneciente a las corporaciones Yamana Gold, Glencore, Newmont, en vínculo con la Universidad Nacional de Tucumán y el gobierno de Catamarca”,
En medio del rebrote en el país por el aumento de casos de Covid-19, el 8 de abril se decretó en Andalgalá el regreso a fase roja.
“Mientras tanto, un convoy de máquinas perforadoras y camionetas de la empresa, subieron a la montaña escoltada por móviles de Gendarmería Nacional”, manifestó Albornoz.
Apoyo a la distancia
Por su parte, Tahalí Chayle expresó que “nos urge unirnos tanto por nuestra cosmovisión como mujeres indígenas, como está detallado, y también unirnos ante la persecución que se está viviendo en los territorios”.
En este sentido, aseguró que en Catamarca hay hermanas “que están recibiendo amenazas por parte de gente de fuerzas de seguridad del Estado. Gente enviada por la minera, entonces no pueden ni siquiera llegar a la instancia de denunciar a la policía”.
“Nos urge poder acompañarlas, apoyarlas”, manifestó Chayle. Además, explicó que este soporte tiene que ver con “una cuestión de salud”. La joven compartió que hay hermanas de Catamarca que “en su sangre tienen plomo, cianuro, metales pesados, a causa de la contaminación de las mineras”. Sin embargo, debido a las amenazas que reciben “ni siquiera pueden acceder a recibir atención médica”.
Chayle, que al momento de comunicarse con Nota al Pie estaba en la Patagonia, manifestó: “a la distancia también nosotras apoyamos a la lucha que se está llevando desde los territorios”.
La joven agregó que “además de compartir una cuestión de cosmovisión porque que son lugares sagrados”, la pelea tiene que ver con “poder volver a nuestras familias, la posibilidad de regresar al territorio”.
“Son nuestras familias indígenas, campesinas, las que se ven obligadas a tener que exiliarse, a tener que dejar sus lugares, a causa de la sequía, de la enfermedad de sus ganados, y bueno obviamente también de la enfermedad de las familias mismas”, manifestó.
En este contexto, remarcó que “nos urge poder apoyarlos y que no se tengan que ir de sus lugares, de sus tierras, a las ciudades”, donde aseguró que estarían en una situación más vulnerable.
La mirada legal
La abogada de la Asamblea El Algarrobo, Mariana Katz, explicó que en Catamarca “no se ha llevado adelante el relevamiento técnico jurídico catastral de las comunidades indígenas”, que implica realizar un registro de las tierras ocupadas en la actualidad por los pueblos originarios.
La letrada compartió que “hay solo una sola comunidad en la provincia que tiene hecho el relevamiento, y esa es la comunidad que se asienta en el departamento de Antofagasta, que se llama Antofalla”. Sin embargo, aseguró que “en la práctica no se aplica el derecho a la consulta previa, libre e informada”.
Además, Katz manifestó que les vecines de Andalgalá “están contando a la sociedad argentina que hoy también, por fuera de los límites de la Ciudad de Buenos Aires, también hay otra Argentina”. Y agregó que en “Algunos lugares de nuestro país tienen prácticas de la dictadura militar, que no es militar sino que es policial y con anuencia del Estado provincial, instaurada por una empresa transnacional. Por eso los vecinos de Andalgalá hablan de dictadura minera”.
Finalmente, Tahalí Chayle insistió en que “no se va a dejar a Andalgalá sola”. Por eso, expresó que “desde nuestro espacio, de las Guardianas del cerro y del agua, se continuará acompañando hasta que liberen al cerro”.
En este sentido, lanzaron una petición en la plataforma Change.org, que, como explicó la joven, “lo hacemos una unión de mujeres, de hermanas indígenas, ante la unión de las corporaciones”.