Este 10 de abril se conmemoró en Argentina el Día de la y el Investigador científico, en alusión al nacimiento de Bernardo Houssay, científico argentino que fundó el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en 1958, dando origen a la carrera de investigador.
Houssay se recibió de farmacéutico a los 17 años, y de médico a los 23 años. Fue profesor titular de la Cátedra de Fisiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires desde los 21 años, siendo un gran referente a nivel mundial como catedrático.
Además, fundó y dirigió el Instituto de Fisiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires en 1919. Allí formó a muches discípules que luego se convirtieron en grandes investigadores y científicos. También participó en la creación de la Sociedad de Biología en 1920. La publicación de su tratado «Fisiología humana«, en 1945, fue traducido en varios idiomas, posicionando a la divulgación científica argentina en un lugar importante, y que también le hizo ganar premios internacionales.
Por sus estudios sobre las hormonas hipofisiarias en la regulación del azúcar en sangre, obtuvo el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1947, transformándose en el primer científico latinoamericano en recibir dicho galardón.
Por sus diferencias ideológicas con el entonces presidente Juan Domingo Perón sobre la Segunda Guerra Mundial, fue desplazado de su cargo en la Universidad hasta 1955. Por eso, creó en 1944, de manera privada, el Instituto de Biología y Medicina (IBYME), que hoy sigue funcionando. Allí se realizaron investigaciones en farmacología, nutrición, endocrinología, hipertensión y diabetes. Además presidió la Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias, la Academia Nacional de Medicina, la Sociedad Argentina de Biología y la Federación Internacional de Diabetes.
Debido a su fama y su prestigio internacional, recibió ofertas de trabajo en muchos lugares del mundo, pero siempre eligió quedarse en su país y fomentar la ciencia local. Entre sus principales discípulos se encuentra Luis Federico Leloir, quien recibió el premio Nobel de Química en 1970.
Su casa donde vivió desde 1925 hasta que falleció en 1971, ubicada en Viamonte 2790, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y su archivo personal fueron donados a la Fundación para la Educación, la Ciencia y la Cultura (FECIC), institución que fue creada por el mismo Houssay. El objetivo es promover su trayectoria, sus valores y sus logros académicos, ser lugar de referencia para todes les investigadores y un centro de divulgación científica.