
La Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina (FOETRA) y la Confederación de los Sindicatos de las Telecomunicaciones (CONSITEL) se reunieron en un acto este martes en la Ciudad de Buenos Aires. El evento se desarrolló en el marco de la conmemoración del aniversario de puesta en órbita de los satélites ARSAT I y II.
Estos 10 años dan cuenta del hito histórico que significó para la soberanía tecnológica del país. Sin embargo, el contexto es poco feliz para la ciencia: las políticas de ajuste y desfinanciamiento solo se agravan con la entrega de recursos estratégicos, como la banda de 5G a empresas extranjeras.
La alegría de aquellos años se transformó en una jornada de defensa de la ciencia nacional y de denuncia frente al desfinanciamiento. El secretario general de FOETRA, Claudio Marín, fue el anfitrión del encuentro y resaltó la importancia del rol estratégico de ARSAT para el desarrollo nacional.
Durante el encuentro se recordó el rol de ARSAT como empresa estratégica del Estado: operadora de dos satélites geoestacionarios diseñados y fabricados en el país, administradora de la Red Federal de Fibra Óptica que conecta más de 1.200 localidades, y responsable del datacenter más moderno y seguro de Latinoamérica, donde se alojan servicios del Estado nacional, provincias y municipios.
La urgencia de leyes que protejan la ciencia y sus trabajadores en clave federal
El reclamo se enlaza con la situación general del sistema científico nacional. En paralelo al aniversario, la Cámara de Diputados otorgó media sanción a la Ley de Emergencia por la Ciencia, una iniciativa que busca frenar el colapso de los organismos públicos de investigación, garantizar el financiamiento mínimo para el CONICET, la CONAE y el desarrollo tecnológico nacional. “Sin ciencia no hay soberanía, y sin soberanía no hay país”, dijeron en el acto.
Durante el evento, los trabajadores propusieron la creación de un Consejo Consultivo Federal para que cada provincia tenga voz y decisión en el futuro de la empresa. La idea apunta a fortalecer la mirada regional del desarrollo tecnológico, garantizando que la conectividad, la innovación y los proyectos satelitales respondan también a las necesidades locales.
El objetivo es que ARSAT funcione como una política de Estado verdaderamente federal, donde las decisiones estratégicas no se concentren en Buenos Aires, sino que integren la experiencia y las demandas de todo el país.
El testimonio de los trabajadores de ARSAT también puso en primer plano lo que significa perder esa infraestructura. Sin la empresa estatal, el país dependería de corporaciones extranjeras para las telecomunicaciones y el almacenamiento de datos, afectando directamente la seguridad y la independencia tecnológica. “Perder ARSAT es perder trabajo calificado, conocimiento y autonomía. Es retroceder veinte años”, advirtieron.
Pese al clima adverso, el mensaje que atravesó la jornada fue de orgullo y resistencia. En cada discurso resonó la idea de que ARSAT es testimonio del país que supo construir futuro con ciencia y cooperación.
Por eso, los trabajadores impulsan la creación de un consejo federal que integre a todas las provincias en el diseño de políticas tecnológicas y que garantice continuidad a proyectos como el ARSAT III, actualmente frenado por falta de presupuesto.
En un país que alguna vez se atrevió a mirar al espacio, hoy la ciencia pelea por sobrevivir. Y, como repitieron varios durante el acto, defender ARSAT es defender el derecho a tener futuro.