
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó por un incremento sostenido de casos de fiebre amarilla en Latinoamérica. Los registros confirman la expansión de la enfermedad más allá de la región amazónica, con brotes activos en Brasil, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia.
La fiebre amarilla es una enfermedad viral grave que se transmite por la picadura de ciertos mosquitos infectados. Puede provocar fiebre alta, dolores intensos, vómitos y, en los casos graves, hemorragias, insuficiencia hepática y falla orgánica múltiple. Su denominación “amarilla” hace alusión a la coloración de la piel característica de la ictericia presente en la fase avanzada. Aunque no tiene tratamiento específico, puede prevenirse con una sola dosis de vacuna.
De acuerdo a la OPS, Brasil y Colombia encabezan el listado. El primero registró 111 casos confirmados y 44 muertes, mientras que el segundo reportó 74 infecciones y 31 fallecimientos. En ese sentido, la organización explicó que “la infección puede conducir a formas graves y potencialmente mortales, en especial si no se cuenta con protección inmunológica previa mediante vacunación”. Es por esta razón que está catalogada como una enfermedad de alto impacto y riesgo de propagación internacional.
En este contexto, la emergencia eleva el riesgo para la Argentina por su proximidad y la circulación regional del virus. Además, cabe recordar que el Gobierno restringió la gratuidad de la vacuna, dejándola sólo para las provincias consideradas de mayor riesgo. Esta medida contradice las recomendaciones de la OPS, que hace hincapié en el valor de las vacunas.
El recorte en la aplicación de las vacunas
En agosto de este año, el Ministerio de Salud decidió ajustar la aplicación de la vacuna contra la fiebre amarilla. En aquel momento, bajo el argumento de “eficientizar recursos”, la cartera dirigida por Mario Lugones anunció que solo se garantizaría la cobertura en las regiones del país donde exista “riesgo real de transmisión”.
Las provincias de Formosa, Misiones y Corrientes fueron consideradas zonas endémicas, por lo que el Estado asegura la provisión de dosis. Además, se incluyeron ciertos departamentos de Salta, Jujuy y Chaco.
En el comunicado, el Ministerio informaba que quienes viajaran al exterior y requirieran protección contra la enfermedad deberían recurrir a centros privados. “De esta manera, el Estado dejará de financiar con el dinero de todos la prevención de riesgos que son ajenos a la realidad sanitaria del país”, expresaba en un comunicado.
La medida despertó la preocupación de profesionales de la salud, que en ese momento enfatizaron en la importancia de la aplicación del fármaco de forma gratuita a toda la población y advirtieron que zonas libres de la enfermedad podrían quedar en riesgo de reintroducción del virus