
Constitución es uno de los 48 barrios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pertenece a la Comuna 1 y limita con cinco barrios. Pese a su historia y progreso, este barrio es más un lugar de paso que un lugar de desarrollo deportivo. Sin embargo, en Constitución se identifica un club de barrio que engloba a chicos y grandes: el Club Jaque Mate.
En una serie de notas abordaremos los clubes más importantes de cada uno de los 48 barrios porteños, conociendo su historia y tratando de brindarles a los lectores de Nota al Pie la posibilidad de aprender sobre ellos. En esta oportunidad, nos enfocaremos en un club del barrio de Constitución.
Jaque Mate: historia, legado y desafíos de un club emblemático de Constitución
El Club Jaque Mate fue fundado durante la segunda presidencia de Hipólito Yrigoyen (entre 1928 y 1930) y se convirtió en una institución clave para el ajedrez argentino. Se ubica en Santiago del Estero 952, en el barrio de Constitución.
En 1953, con un crédito del Banco Hipotecario, se adquirió el inmueble de la calle Santiago del Estero 952, con la firma del entonces presidente Juan Domingo Perón. Desde entonces, los salones de esa sede se transformaron en un lugar de referencia, donde transitaron maestros de todo el país y referentes internacionales de este antiquísimo deporte.
Durante el siglo XX, toda la plana mayor del ajedrez nacional transitó por sus instalaciones con mayor o menor frecuencia. Incluso el polaco Miguel Najdorf, considerado el mejor ajedrecista argentino de la historia, pasó jornadas enteras de entrenamiento en “Jaque Mate”.
Un hecho de relevancia internacional ocurrió en 1954, cuando el club organizó un match de entrenamiento en el Teatro Cervantes entre los seleccionados de Argentina y la URSS (8 jugadores por equipo, 32 partidas). El evento arrancó con una “movida” inaugural del presidente Perón y quedó en la memoria como una cita histórica: los rusos, con su “Dream Team”, se llevaron la victoria.
Como recuerdo, quedó un pergamino con las firmas de los jugadores y los escudos de las instituciones participantes: una copia permanece en la sede de Constitución y otra se exhibe en el Club Central de Moscú.
El Jaque Mate fue pionero en el ajedrez femenino y también en la adaptación del juego para no videntes, ampliando su rol social y pedagógico.

Ya en tiempos recientes, el club también se adaptó a las nuevas dinámicas: durante la pandemia, cuando los clubes permanecieron cerrados, las clases se dictaron por Zoom, lo que acercó a muchísimos jugadores. Estos desarrollos digitales hoy siguen siendo muy útiles para realizar ejercicios y aprender distintas jugadas.
La Ciudad de Buenos Aires también acompañó con políticas públicas: desde la década del 90 se implementó un plan de ajedrez escolar, con torneos sabatinos rotativos por los distritos educativos. La Secretaría de Deportes porteña brinda clases gratuitas en polideportivos, y la Comuna 1 se ofreció como sede de torneos locales.
En cuanto al debate sobre el estatus del juego, el ajedrez fue reconocido como deporte por el Comité Olímpico Internacional en 1999, aunque aún no integra el programa oficial de los Juegos Olímpicos. De todos modos, desde hace casi un siglo la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) organiza su propia competencia olímpica: primero llamada Copa de las Naciones (1927-1939), y desde 1950, Olimpíadas de Ajedrez.
Después del fútbol, la FIDE es la federación con más países afiliados. Sin embargo, en términos estrictamente deportivos, el ajedrez todavía genera discusión sobre si debe considerarse o no un deporte.
En la actualidad, a pesar del nuevo interés que despierta el ajedrez, podría decirse que Jaque Mate atraviesa un momento en el que su potencial supera a la actividad real. Es decir, el club tiene mucho más para ofrecer de lo que el público efectivamente aprovecha.
Un rol fundamental en este presente lo cumple Ernesto Panizo, actual presidente, quien asumió la responsabilidad de mantener viva la institución en tiempos difíciles para las actividades presenciales. Gracias a su gestión, el club sigue abriendo sus puertas a la comunidad todos los días al atardecer con excepción de los domingos.