
Un juez británico, vestido con la tradicional toga negra y peluca blanca, golpea su mazo contra un manifestante sometido que sostiene una pancarta ensangrentada. Así es la nueva obra de Banksy, aparecida este lunes 8 de septiembre en el principal tribunal de Londres.
La intervención llega en un contexto de creciente tensión en el Reino Unido, marcado por la detención de 890 activistas propalestinos en los últimos días, tras la reciente ilegalización de la organización Palestine Action, catalogada como terrorista por el Gobierno.
Reacciones en redes y medidas de protección
Aunque Banksy no emitió comentarios, sí compartió el mural en su cuenta oficial de Instagram. Cientos de usuarios interpretaron la obra como una denuncia directa a la criminalización de las protestas.
Uno de los mensajes más destacados señaló al primer ministro Keir Starmer por “destruir la libertad de discurso y criminalizar a quienes defienden a otros”.
El mural fue rápidamente protegido con paneles de plástico negro, vallas metálicas y vigilancia privada, para evitar daños y asegurar su conservación.
El arte como resistencia política
Banksy es conocido por utilizar el espacio público como lienzo para visibilizar problemáticas sociales y políticas. En esta ocasión, la aparición de su obra ocurre apenas dos días después de la detención masiva de manifestantes en Londres.
El artista ya ha expresado anteriormente su apoyo al pueblo palestino a través de murales en Cisjordania, incluido el icónico pesebre “La cicatriz de Belén” y figuras de ratas con resorteras, símbolos de resistencia en las intifadas.
De activistas a terroristas
Palestine Action, el grupo que motivó la última oleada de arrestos, lleva años realizando acciones directas contra infraestructuras vinculadas a la industria armamentista. En julio de 2025, el Gobierno británico lo declaró organización terrorista, lo que convirtió en delito cualquier expresión de apoyo o pertenencia.
En el primer mes desde su proscripción, la Policía detuvo a 221 personas bajo cargos de terrorismo, entre ellas una por pertenencia directa, 58 por organizar reuniones en apoyo al grupo y el resto por portar símbolos asociados a la organización.
Un regreso cargado de mensaje
La aparición de Banksy en Londres reaviva el debate sobre arte, protesta y represión en un contexto donde la frontera entre manifestación pacífica y terrorismo es cada vez más difusa.
Su mural no solo recupera el espíritu crítico de su obra, sino que también coloca a la justicia británica en el centro de la discusión pública.